14 de enero de 2008

Tanta información merecería una explicación



Informar con abundancia y explicar lo menos posible parece ser una de las constantes y tendencias generales en la oferta periodística de los diarios bolivianos, considerando las asimetrías que presentan entre el volumen y espacio de sus subgéneros noticiosos e interpretativos.


En efecto, el monitoreo de 16 diarios nacionales, de 8 capitales departamentales —excepto Cobija— y El Alto, realizado por el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM), en 2006, mostró que la abundante presentación descriptiva e inmediata de datos —noticias— tuvo prioridad absoluta frente a la búsqueda de antecedentes, contextualización y explicación prospectiva de los hechos, por excelencia características de los subgéneros interpretativos. Concretamente, el monitoreo analizó y cuantificó, en una semana de 7 días continuos, 8.203 (76%) notas de información noticiosa y sólo 91 (1%) de interpretación. Asimetría similar se verificó entre los espacios (en centímetros cuadrados) que obtuvieron, esto es, 49% y 2% respectivamente.


Se puede concordar en que la actualidad y el interés público general son los componentes principales de la información noticiosa, engatillada por la inmediatez y la exclusividad. Sin embargo, las dos últimas parecieron imponerse a los primeros, al concentrarse la mayor parte de la oferta y producción periodística en la noticia por sobre otras formas narrativas, es decir, otros subgéneros con vocación analítica.


Esa producción y oferta concentrada repercutió, asimismo, en la poca variedad de subgéneros informativos, ya que precisamente la noticia alcanzó el 74% de frecuencia —y concentración— en relación a otros que fueron mucho menos utilizados como la entrevista (2%) o fueron casi inexistentes como la crónica (0,2%). Otras narrativas alternas apenas bordearon el 10% de frecuencia: la nota ampliada (11%) y la columna informativa (9%).


Por otro lado, dentro del escaso 1% (91 notas) de materiales de interpretación, el subgénero que articula la rigurosidad periodística (información actual, inédita y exhaustiva) con la explicación de los hechos noticiosos, el reportaje interpretativo (31%), no fue precisamente el primero, sino el segundo más frecuente. El otro subgénero que hace un ordenamiento explicativo de los hechos, trasponiendo la simple valoración —opinativa—, el análisis (21%), fue el menos ofrecido.
Entonces, casi la mitad de los materiales interpretativos, con la mayor frecuencia, fue presentada como ensayo (48%), subgénero que temáticamente no está circunscrito a la actualidad noticiosa, sino más abierto a aproximaciones literarias (sobre cultura, historia, etc.).


La asimetría entre subgéneros de información e interpretación pudo haber sido inclusive mayor, ya que en la observación y cuantificación se incluyeron notas y materiales no noticiosos (13%, notas de sociales, entretenimiento y otros, que no son en sentido estricto subgéneros). Como dato adicional, la cantidad —y proporción— de estos materiales dobló la de las notas de opinión (6%).


Al diagnóstico anterior se suma un “paralelismo temático” en la oferta periodística, ya que en cada género tuvo mayor frecuencia de abordaje un tema diferente. En el caso de opinión, el tema más abordado fue POLÍTICA (29%), en interpretación el agregado CULTURA E HISTORIA (46%).


En información noticiosa, la cantidad de notas que abordaron el tema SOCIEDAD (19%, relacionado con los actores y/o intereses de la sociedad civil) fue menor a las de DEPORTES (23%). Sólo de manera agregada y conjunta las notas que tocaron los temas de interés más general (SOCIEDAD, POLÍTICA Y ECONOMÍA, 46%) pudieron sobrepasar el considerable volumen de notas deportivas que alcanzaron, así, casi una cuarta parte de la producción periodística. También en la desagregación, claramente, POLÍTICA (16%, referido a actores o acciones de carácter estatales) y ECONOMÍA (11%) fueron menos abordados que DEPORTES.
El “paralelismo” señalado, verificado como tendencia general, supuso, en suma, un desencuentro entre el esfuerzo y trabajo de los tres géneros periodísticos.


Sería de esperar, entonces, que ese paralelismo tienda a ser superado, buscando que la interpretación se preocupe más por abordar los temas de actualidad que más afectación e interés tienen en la ciudadanía (SOCIEDAD, POLÍTICA, ECONOMÍA) y otros como TIERRA Y TERRITORIO, ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE), sin dejar de producir lo que ya se hace respecto a CULTURA E HISTORIA. Es más, en la tentativa de atenuar las asimetrías y desequilibrios, este último agregado temático (CULTURA E HISTORIA) podría tener más espacio en la información noticiosa, en la que apenas alcanzó el 6%.


A la prensa diaria quizás no se le puede pedir, con la misma periodicidad, productos que son resultado y requieren de investigación. A esa inversión de tiempo tendría que sumarse la preparación, si no especialización, de los periodistas en el trabajo interpretativo.
Empero, un mayor esfuerzo interpretativo puede generar la especialización requerida en la contextualización, investigación y prospección periodística. El periodista dejaría de ir detrás de la noticia y se podría adelantar a los hechos no sólo para conseguir “la pepa” (primicia), sino fundamentalmente para trazar líneas de comprensión, lo más completa posible, del hecho.


A dos años del monitoreo, se puede observar que los 16 diarios observados mantienen sus estructuras básicas de oferta y presentación periodística, es decir, su organización temática (secciones) en el interior de los cuerpos, suplementos, revistas y separatas. En todo caso, aunque con pocas excepciones, se han dado cambios y apuestas saludables como la revista “Domingo” del diario paceño La Prensa que abren otras sendas para el periodismo.


Por: Bernardo Poma- Responsable Operativo Metodológico del Observatorio Nacional de Medios -

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