28 de julio de 2008

"Periodismo" yatiri

Francisco Rubén Sosa Grandón

Reviso los títulos de los periódicos locales de Cochabamba del día sábado 26 de julio. Recuerdo la intervención de una periodista-docente que, en el taller “Un día en las noticias de prensa, radio y televisión”, que organizó el Observatorio Nacional de Medios el miércoles 23 de julio por la tarde, concluyó –refiriéndose a unas muestras de radio y televisión– que no era oportuno analizar con criterios periodísticos discursos que no constituían “piezas periodísticas”.

El cuerpo B del periódico estándar de la región contiene una nota que titula: “Aumentarán producción en Camiri”; una nota breve dice: “Paraguay no abandonará el MERCOSUR pese a descontento”. En la sección Deportes encuentro: “Vargas y Colque jugarán en el mundial de Chile” y “San José no podrá jugar en el Bermúdez”. En el cuerpo central del tabloide, tres notas titulan: “Darán la harina subvencionada a juntas vecinales y reclusos para que hagan pan”, “Consejo de la UMSS definirá si habrá incremento salarial” y “Chávez venderá a España 10.000 barriles diarios a $us 100 a cambio de tecnología”.

Estos ejemplos, afortunadamente en temas relativamente intrascendentes, demuestran que algunas veces los periódicos también incluyen discursos que ignoran criterios básicos del Periodismo informativo. Los encabezamientos, específicamente los títulos, constituyen narraciones del periodista, quien tiene la misión de informar sobre acontecimientos pasados o (en radio y en televisión) presentes, nunca sobre hechos por ocurrir, por “evidentes” que parezcan.

Los periodistas no tenemos más alternativa que informar a la población sobre lo que ha ocurrido y, por lo tanto, sobre lo que es posible comprobar. Anticiparse, es decir, “narrar” en futuro, le corresponde a los yatiris. Si no cuidamos este detalle, más allá de usurpar el rol de los adivinos andinos, corremos el riesgo de hacer publicidad o propaganda, en vez de Periodismo.

En la nota: “Aumentarán producción en Camiri”, una fuente parcialmente identificada afirma que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) inició el traslado de torres de perforación desde Arica al campo Víbora, en Camiri. ¿Cuál es el hecho noticioso? El traslado de tal maquinaria; pero no merece una nota de tres columnas, menos con una fotografía que muestra un letrero de YPFB. ¿Qué efecto tiene el título? ¿A quién beneficia?

La nota breve que titula: “Paraguay no abandonará el MERCOSUR pese a descontento”, reproduce una declaración de Alejandro Hamed, Canciller designado por el presidente electo de Paraguay. Se trata de una cita de una fuente que aún no ha asumido su cargo. ¿Interesa en Bolivia? Poco, lo más probable es que simplemente se trate de una nota de “relleno”, sin mayor interés para el lector cochabambino.

Detrás de “Vargas y Colque jugarán en el mundial de Chile” existe una evidente, aunque no necesariamente premeditada, intención por favorecer al dúo Vargas-Colque. La nota sólo reproduce citas del “pelotari” Gonzalo Vargas, quien anuncia su participación en un “torneo mundial de pelota de mano” en “reemplazo de…, quienes renunciaron jugar el certamen por diferentes motivos”. Ningún dirigente de alguna federación, asociación o club de pelota vasca anuncia la participación de Vargas y Colque. El periodista reproduce un anuncio sin verificarlo con una fuente confiable.

“San José no podrá jugar en el Bermúdez” constituye una deducción del periodista. La nota reproduce las declaraciones de un dirigente, Felipe Rodríguez, cuyo cargo se omite, quien informa que el “Comité Técnico de la Liga” inhabilitó el estadio Jesús Bermúdez de Oruro por “los sucesos registrados el domingo pasado, durante el partido entre San José y La Paz Fútbol Club”. Una cosa es que inhabiliten el estadio y otra, distinta, ¡pobres fanáticos “santos”!, que San José “no podrá jugar” en el estadio orureño.

La nota titulada: “Darán la harina subvencionada a juntas vecinales y reclusos para que hagan pan” amplifica una advertencia implícita. Reproduce las declaraciones de una funcionaria del PL-480, quien declara tal amenaza porque “los panificadores reciben la subvención, pero no bajan el precio [del pan]”. La nota no incluye la contraparte de los dirigentes de los panaderos. Así, los periodistas se alinean con una de las partes. ¿Son conscientes de ello?

En la nota “Consejo de la UMSS definirá si habrá incremento salarial”, simplemente se reproduce, con forma de relato, una paráfrasis del Rector de San Simón, Juan Ríos. ¿Cuál es la noticia? Docentes y administrativos de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) saben que incrementarán sus salarios, la discusión es en qué porcentaje. Además, estas decisiones siempre son responsabilidad de los consejos universitarios. Simplemente se trata de un anuncio que no merece ser apertura de página a cuatro columnas.

Finalmente, el título: “Chávez venderá a España 10.000 barriles diarios a $us 100 a cambio de tecnología” contiene una anfibología: ¿10.000 barriles diarios a $us 100? Además, sólo da cuenta de que los presidentes de España y Venezuela “acordaron” la organización de un grupo de trabajo. ¿Ocurrirá lo que anuncia el título? El tiempo lo dirá; por el momento, solamente se trata de una “carta de intenciones”.

Estos casos nos demuestran que detrás de títulos con formas verbales en futuro se encuentran limitaciones profesionales relacionadas con la definición de la noticia, el enfoque de ésta y, en algunos casos, la búsqueda de información.

Los periodistas necesitamos convencernos de que, en prensa, es aconsejable evitar el futuro cuando se narra. Imaginen títulos como: “Los cocaleros bloquearán la carretera a Santa Cruz”, “Los movimientos sociales harán cumplir el referéndum”, “Los prefectos de la media luna impedirán la votación” o “La juventud cruceñista golpeará a los seguidores de Evo Morales”. ¿Tienen sentido? No, simplemente se trata de amenazas de algunas fuentes beligerantes que pretenden atizar conflictos. Por tal razón, los periodistas debemos remitirnos siempre a los hechos o a las declaraciones consumadas y, por lo tanto, verificables.

Los docentes que participaron en el taller “Un día en las noticias de prensa, radio y Televisión”, a propósito de ejemplos similares a los que expongo en estos apuntes, reflexionaron sobre el papel de las carreras de Comunicación en la formación de periodistas. ¿Cuánto podemos hacer los profesores de Periodismo y/o Redacción Periodística para superar el “Periodismo” yatiri? Bastante, es necesario contribuir a que los estudiantes, que prevean ser periodistas, piensen y vivan como tales.


El autor es Corresponsal del Onadem en Cochabamba.

23 de julio de 2008

Periodistas contra la pirámide

Erick R. Torrico Villanueva

Un elemento fundamental de la desfiguración del periodismo proviene de la “guerra” declarada por algunos informadores contra la estructura profesionalmente aceptada para organizar y comunicar una noticia: la pirámide invertida. Ésta consiste en que al inicio del relato se aporte los datos mínimos suficientes como para que el receptor sepa qué pasó o fue dicho, dónde, cuándo y quién proporcionó el informe o efectuó la declaración.

Es claro que si un mensaje no sigue esas pautas no llegará jamás a ser informativo. Así, si sólo se dijera “Renunció el ministro”, nadie sabría qué ministro ni comprendería cuándo, dónde o en razón de qué sucedió el hecho, aparte de que no entendería a qué renunció el personaje de referencia.

La técnica periodística recomienda, por eso, que se dé la información necesaria al comenzar —en lo que se llama la entrada o el lid de la noticia, y esto vale para prensa, radio, TV o Internet— y que luego se presente otros detalles: cómo ocurrió o fue dicho, por qué ocurrió o fue dicho, qué dijo la contraparte implicada y qué consecuencias supone el hecho o la declaración, aunque para esto hará falta acudir a fuentes precisas que evalúen y contextualicen la nota.

Pese a que todo lo anterior tiene una lógica poco discutible por su utilidad, algunos periodistas y profesores de periodismo decidieron convertirse en “renovadores” de los relatos noticiosos hasta el punto de casi hacerlos desaparecer. Están los que dicen que la “pirámide invertida está en desuso”, pasando por los que la desconocen, y están asimismo los que indican que la noticia no tiene que responder a seis preguntas básicas (qué, quién, cómo, dónde, cuándo y por qué) sino a siete o más.

Uno de los mentores —probablemente involuntario— de esa deformación de la estructura noticiosa es el español Álex Grijelmo, cuyo manual de periodismo (1997) dice que “la teoría de la pirámide invertida ha quedado anticuada” gracias (¡increíble razón!) a que con la computadora se puede cortar, mover o reescribir el texto de una noticia para acomodarlo al espacio o tiempo disponibles en el medio, lo que según él no se podía hacer en otros tiempos. Su segunda idea “original” es que las preguntas básicas deben ser nueve: a las conocidas agrega “según quién”, “para qué” y “cuánto”.

Olvidan algunos que el “para qué” fue sugerido 25 años antes por otro español, Gonzalo Martín Vivaldi, con el recaudo de que se use en textos analíticos y no apenas informativos, y no asumen que “según quién” redunda en el quién ya existente o que “cuánto” sólo sirve cuando se hable de la magnitud de las consecuencias de algo, esto es, otra vez en notas de análisis que difieren de la noticia. De igual modo, miran como “innovación” el hecho de que las respuestas “pueden ir desgranadas a lo largo de la información”, siendo que por ejemplo el boliviano Raúl Rivadeneira explicó ya en 19g77 la estructura escalonada que posee esas características sin prescindir de la entrada.

La cuestión no es quién es más creativo, sino simplemente que la noticia informe en consideración del tiempo y la atención de los receptores, con sencillez y precisión.

Habrá que decir “no hay nada nuevo bajo el sol” a la vez que pedir a muchos informadores que vuelvan a elaborar las noticias como se debe, ante todo en la TV y la radio. Aún se está a tiempo de evitar que con aires de “nuevo estilo” predomine una “pirámide pervertida” sobre la invertida.

9 de julio de 2008

Los leads de prensa: entre la “modernización” y la improvisación

Óscar J. Meneses Barrancos (*)

O la figura y valor técnicos del lead —primer párrafo que sirve de “entrada” en las noticias— han sido enriquecidos por nuevas fórmulas de encabezamiento de las notas periodísticas o se necesita más que una simple lectura para llegar a percibirlos, incólumes, en los textos informativos. Cualquiera de las dos presunciones es válida a la hora de intentar dar una explicación plausible a propósito de lo observado en 32 casos elegidos de una muestra de 16 diarios del país el 21 de noviembre pasado.

En un primer análisis, las mencionadas partes pueden ser consideradas a la luz de cuatro ‘miradas’, las cuales, si bien componen un mosaico ordenador preliminar de las falencias identificadas en aquéllas, integran elementos que hacen a la propia construcción (deseable) del mensaje periodístico. Dichas ‘miradas’, cuyo empleo en ese entendido obedece a un afán último de “zonificación” de los casos de inaplicación de la normativa advertidos, son las siguientes: estructura formal de la noticia, cualidad noticiosa, idea central y enfoque noticioso. A continuación se desarrolla las implicaciones de cada una de ellas.


Desdén por el complemento tiempo

A diferencia de otros identificables en la esfera del empleo del lenguaje y de los propósitos específicos del mismo en perspectiva de su función social, el mensaje noticioso —cuya expresión principal es la noticia— se caracteriza por ser claro, breve y, por cierto, completo. Esta última cualidad, que importa la provisión de los detalles —léase datos— indispensables para la comprensión suficiente de la noticia en consideración de su valor intrínsecamente informativo, descansa en buena parte en la presencia en el texto noticioso de cuando menos tres de los seis componentes estructurales básicos del mensaje mismo (qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué).

De modo coincidente, en los tres casos identificados para ejemplificar la formalización noticiosa poco ortodoxa advertida en los leads de la muestra, la información ligada a lo temporal es uno de los elementos que se echa de menos. Si bien la forma pretérita indefinida del verbo elegido para dar cuenta de los consabidos hechos permite, sin lugar a dudas, descartar que su ocurrencia tenga relación alguna con el ahora (‘hoy’), queda en cambio la duda, por la incidental ausencia del ‘cuándo’, de si el acontecimiento motivo del relato sucedió ‘ayer’, ‘anteayer’ o, por qué no, incluso ‘en la madrugada’. El siguiente es uno de esos tres casos hallados:


La noticia (des)empleada

La cualidad noticiosa se mide por el grado de afectación que pueda alcanzar el reporte de un determinado acontecimiento. En este cálculo intervienen tres factores que componen esa condición: actualidad, novedad e interés. Si bien es cierto que ni la dinámica de los hechos ni aun su posterior procesamiento periodístico suelen satisfacer invariablemente la globalidad de dicha tríada, no es menos cierto que lo que en todo caso va contra esa cualidad del producto noticioso es el ofrecimiento, con pretensión informativa, de relatos ‘intemporales’ por la condición no privativa de su referencialidad atribuida, ‘perpetuos’ por el consabido significado y/o trascendencia del tema destacado, o ‘focalizados’ por lo periférico del sentido del mensaje producido.

Entre los casos advertidos en relación con este punto, las entradas noticiosas presentan como información de actualidad temáticas más bien coyunturales cuando no endémicas, involucran afirmaciones que valen independientemente de cualquier tratamiento noticioso o dan carácter de este corte a sucesos intrascendentes en una proyección pública. Las siguientes reproducciones muestran de manera respectiva lo dicho:





Un inacabable tren

Si a algo no se puede renunciar en la factura noticiosa, ni siquiera con cargo a los requerimientos propios de un tema de por sí complejo en torno al cual gire la versión narrativa, es la composición de un mensaje claro. Varios elementos —ideas—dentro de una misma oración, muchas veces ya ni en satisfacción de los seis elementos estructurales del lead, predestinan al texto noticioso a tal renunciamiento. El resultado de ello, una especie de aglomeración de datos que pugnan por concentrar al qué de la noticia, no resulta sino en un relato internamente disgregado e integralmente disperso.

Mediante la observación de los leads se halló que en los primeros párrafos de las noticias suelen incorporarse hasta seis ideas no necesariamente de inserción imprescindible. El siguiente caso es elocuente:





Con la brújula sumergida

Una cuestión básica para procesar los datos disponibles para la composición de la nota informativa es la aplicación de eso que se llama enfoque noticioso, esto es, la lógica de la que parte el periodista para tomar contacto con una situación potencialmente noticiosa y que, con fines informativos, recrea en el procesamiento técnico de los datos correspondientes. De ahí que en una noticia se encuentre o no el mencionado enfoque depende de la capacidad de hallar, como en un juego de figuras escondidas, aquello que representa, a todas luces, el factor-noticia.

Dentro del grupo de leads sometidos a observación, el factor-noticia aparece des-enfocado por observaciones indirectas o, incluso, por sentencias que direccionan desde un inicio la proposición ofrecida. Como en el caso que sigue, en el que el factor-noticia —el inicio de medidas de presión por parte de dirigentes— da sentido a la información apenas desde el segundo plano:



Por lo evidenciado, resulta que el hecho de que el periodismo escrito, salvando toda suerte de interesados argumentos sobre presuntas “superaciones estilísticas” en la tarea de redactar la noticia, está renunciando en la práctica a uno de sus más reclamados fundamentos: informar con prontitud, precisión y brevedad. Y si cabe transar una causa común con el lector sobre cada una de las apreciaciones hechas, habrá que empezar reivindicando el hecho de que la lectura sigue sirviendo, afortunadamente, para notar sentidas ausencias.


__________________________

(*) Responsable de monitoreos de prensa del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM)-La Paz. Docente universitario.