27 de octubre de 2008

LA REPRESENTACIÓN MEDIÁTICA DE LA PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, ¿UN CASO DE INVISIBILIZACIÓN DE LA CIUDADANÍA?

La presidenta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, en el discurso de apertura de esa reunión, dijo que su intención era terminar con la discriminación, pero esta es una tarea difícil de realizar en un contexto público en el que todavía las mujeres no son visibles, en el que las mujeres de los diferentes grupos sociales son indiferentes las unas con las otras y en el que la diversidad cultural todavía no ha sido completamente aceptada o por lo menos no ha sido suficientemente representada.

La representación mediática de lo que se considera noticioso para una sociedad que espera que sus medios respondan a sus demandas de información dentro de ciertos mínimos estándares de ética profesional y de pluralidad ideológica construye también la materia prima de la realidad histórica. La actuación de jefes de estado y personajes por lo general involucrados en la política constituyen el material noticiable, presentados a diario en las primeras páginas de los diarios.

De quiénes hablan las noticias y cómo los muestran en relación con cualquier tema en agenda es importante pero también es conocer que los propios emisores utilizan una estructura del lenguaje que opera en diferentes niveles y dimensiones. Los textos de las noticias también despliegan estructuras lingüísticas y gramaticales de palabras, oraciones y otras combinaciones que dejan huella en los lectores.

El estudio de los titulares de 4 periódicos (El Deber, La Razón, Correo del Sur y El Potosí) en tres momentos cruciales durante la Asamblea Constituyente (AC), giró en torno a las siguientes cuestiones: ¿cómo los diarios representan a los/las actores políticos en tres momentos conflictivos de la Asamblea Constituyente, ¿qué actores son visibles?, ¿qué se dice de ellos?, ¿cómo se los valora?

Para el análisis de los titulares se ha recurrido a algunos conceptos desde la pragmática del discurso mediático, los que tienen la palabra, en este caso los diarios, a través de los redactores elijen concientes o no, una forma de decir las cosas, una forma de presentar a través del lenguaje los elementos de una realidad, la nominación de los personajes o actores a los que hacen referencia, la forma en que los valoran, posicionan de cierta manera las imágenes y reacciones que los lectores tienen, luego de leer, de los acontecimientos. El ejercicio de la selección lingüística, que va más allá del simple léxico, ya que involucra además un cierto ordenamiento de las palabras especialmente a la hora de presentar los titulares se puede analizar a través de la pragmática del discurso.

El corpus ha estado constituido por más de 80 titulares que han sido repasados haciendo uso del análisis de substitución lingüística de Theo Van Leeuwen, seguidor de la gramática funcional de Michael Halliday, quien afirma que para ver de qué manera los medios masivos de comunicación representan a los actores que intervienen en determinadas actividades se puede recurrir al análisis de la estructura del campo, que muestra la manera como cierto dominio institucional, en este caso los diarios, construyen el conocimiento sobre algún campo temático concreto. Van Leeuwen postula que los participantes de un determinado acontecimiento pueden ser recontextualizados siguiendo un conjunto de opciones binarias utilizadas en este caso.

Los resultados señalan que en los tres momentos de conflicto identificados para el estudio (1. la aprobación de los 2/3 para las decisiones de la AC; 2. el retiro del tema de la capitalidad en el debate plenario; 3.la aprobación del nuevo proyecto de constitución), gran parte de las noticias se han referido al tema de la AC. Pero a diferencia de los actores “hombres” que son mencionados ya sea personalizados o colectivizados, las mujeres simplemente no figuran, salvo contadas ocasiones (cuando los periodistas que escriben la noticia recurren precisamente a algún tipo de valoración de la persona), además muy en el interior de las noticias.

En la muestra revisada, los titulares, más que personalizar, hacen una representación colectivizada, es decir nombran genéricamente: “Masistas”, “Constituyentes”, “La oposición”, “PODEMOS” (el partido de la oposición), “Los cívicos”, “Municipios”, “las Brigadas parlamentarias”, “los Asambleístas”, “Prefectos”, “Cruceños”, “Chuquisaqueños”, “Paceños”.

A nivel de individualización (en el interior de las noticias) se han registrado con nombres propios al menos 40 hombres entre autoridades y miembros de la AC. El que más veces se repite es Evo Morales, seguido por Álvaro García Linera, Rubén Costas, Jorge Quiroga, Branko Marinkovic, Edwin Velásquez. Frente a menos de 10 mujeres, entre las que se destaca Silvia Lazarte, también han sido nombradas en las noticias al menos una vez: Aideé Nava, Isabel Domínguez, Mirtha Jiménez, Ana Melena y Eliane Capobianco.

En la mayoría de los casos se representa a los hombres activos y tomando decisiones, mientras que a las mujeres como centro de conflicto como el caso de la propia presidenta de la AC. Una buena parte de las noticias muestra una polarización entre los que están a favor y los que están en contra del nuevo proyecto de constitución política del estado, unos que obstaculizan y otros que imponen, unos que acusan y se sienten ofendidos, mientras otros orgullosamente sienten que están haciendo historia. La ciudadana o el ciudadano en ningún caso ha tenido opinión con respecto a los acontecimientos de la Asamblea Constituyente en las noticias los que han sido enfocados son los miembros representantes y dirigentes de los partidos políticos, los movimientos, comités cívicos y autoridades locales.

Por otro lado el hecho de deshumanizar a los actores, concepto introducido por Amparo Moreno en la “Mirada Informativa” propuesta metodológica para analizar las noticias, es otra tendencia observada ya que los protagonistas no humanos, sin nombre ni apellido son colectivizados, además aparecen generalizados en torno a su afiliación política, su lugar de nacimiento, origen étnico, incluyen además connotaciones negativas: “masistas”, “cívicos”, “indígenas”, “ponchos rojos”, “autonomistas”, ·la turba”. El registro bajo la categoría de humanos o no humanos permite dar cuenta de la forma en que las noticias muchas veces representan a los actores como carentes de una identidad propia, con una identidad más bien colectiva, que muchas veces repercute luego en la apreciación que pueda hacer la sociedad de ellos.

En suma, se puede afirmar que en los cuatro diarios estudiados de las ciudades de Santa Cruz, La Paz, Sucre y Potosí, los titulares de las noticias han servido de escenario de la disputa entre los enfrentados en la contienda, (entre los militantes del gobernante Movimiento al Socialismo) que fueron mayoría de los representantes elegidos para elaborar la nueva constitución política del estado y las autoridades departamentales y cívicas de los departamentos en los que gano el referéndum por la autonomía) una disputa mayormente liderada por los hombres. Los medios se nutren de los conflictos para llevar a la sala de redacción o a las pantallas un tipo de espectáculo, que despierta en la población emociones y resentimientos y por lo tanto contribuye en vez de pacificar a generar mayores conflictos.

El análisis realizado de los titulares sobre la cobertura en tres momentos clave de la AC da cuenta de este tipo de información que se limita a describir el hecho, representa de una forma a ciertos actores; entonces, el concepto de esfera pública (espacio donde participa públicamente la ciudadanía con su propia opinión en los asuntos que le conciernen) o participación ciudadana es idealista, porque en la realidad no incorpora en su verdadera dimensión a la ciudadanía.

Rosmery Machicado G.
machicado.rosmery@gmail.com
Docente de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno

21 de octubre de 2008

Cinco apuntes para meditar el Periodismo

Hacen política abrazándose ante las cámaras de los medios. El domingo 5 de octubre por la noche, el Presidente de la República y los prefectos opositores posaron juntos para enviar “un mensaje positivo” al país después de reunirse durante 10 horas sin firmar ningún acuerdo que facilite la resolución del conflicto. La Prefecta de Chuquisaca justificó su ausencia diciendo: “Yo no soy una payasa”.


La escena melodramática, con falsas sonrisas, apretones de manos y tímidos abrazos (sólo ellos saben qué palabras intercambiaron), tras la postal en la que algunos aparecen con los brazos izquierdos (¿o derechos?) levantados y las palmas de las manos abiertas y otros con rostros adustos y manos cruzadas sobre el bajo vientre, constituyó el preámbulo de conferencias de prensa separadas. Primero, el Ministro de Desarrollo Rural (no el portavoz de la Presidencia) explicó la versión del Gobierno e, inmediatamente después, el Prefecto de Tarija, flanqueado por sus homólogos de Santa Cruz, Beni y Chuquisaca, expresó las razones de los opositores.

Todos los periodistas experimentados percibieron que se trataba de una puesta en escena ideada a la medida de un público que esperaba ansiosamente el último capítulo de la serie denominada “diálogo”, que durante aproximadamente 24 días reunió a ambos actores en los citadinos salones de la Casa Campestre.

¿Qué ocurrió aquel domingo tras bambalinas? Ni las calculadas declaraciones del Ministro de Desarrollo Rural ni las escuetas expresiones, con ademanes y palabras calculadas, del Prefecto de Tarija despejaron la interrogante. Los medios se limitaron a amplificar la escena y, más adelante, cedieron micrófonos y cámaras a unos y otros en busca de repercusiones sobre el acontecimiento. Todos respondieron con esquemas predefinidos.

Se trata de un típico evento que grafica la frecuente relación entre políticos y periodistas. Unos pretenden utilizar a medios y periodistas como simples instrumentos de amplificación de sus acciones/decisiones y otros intentan informar e interpretar el acontecimiento en condiciones difíciles.

A propósito de este hecho, que tiene relación con la solución de problemas profesionales del Periodismo, propongo cinco apuntes:


Primero: Los medios (los espacios informativos, específicamente) son necesarios; es impensable, aún para el grupo hegemónico actual, prescindir de ellos. ¿Cómo llegarían a los electores?

Segundo: No solamente los productores de algunos noticieros de televisión melodramatizan (manipulando imágenes y sonidos); los políticos literalmente actúan —“Interpretar un papel, especialmente en una obra teatral o cinematográfica”, dice una de las acepciones del Diccionario de Real Academia de la Lengua— frente a los medios. Y no solamente los de niveles superiores lo hacen, también los “de base”. Cuando los periodistas visitan cualquier huelga de hambre, rápidamente se recuestan, ponen caras de sufrimiento, entreabren los ojos y balbucean; o, cuando los reporteros cubren una marcha o un bloqueo, hacen muecas de combate, levantan palos y vociferan amenazas e insultos para tele-intimidar a sus oponentes.


Tercero: Los políticos creen que los periodistas son simples “boy office”, es decir, pretenden que la obligación de los reporteros consiste en poner micrófonos como si fueran pedestales y enfocar bien las cámaras para que ellos puedan decir lo que quieran. Pero, los periodistas, a pesar de la presión por incorporar cuanto antes en la agenda pública las noticias que construyen, deben saber que enfrentan la responsabilidad profesional de evaluar la pertinencia y la credibilidad de las fuentes que consultan, por un lado, y de valorar las declaraciones de éstas antes de incorporarlas en sus notas, por otro.

Cuarto: Por lo anterior, los periodistas encaran el desafío profesional de informarse sobre todos los detalles del acontecimiento (lo que quiere decir que no pueden hacer reportería a vuelo de pájaro) y no solamente en fuentes personales, si no también en fuentes documentales, lo que implica leer e investigar.


Quinto: Para informar a la población, el periodista debe aprender a preguntar, anticipar escenarios y preparar cuestionarios, pues las fuentes pueden proporcionar datos (información), proponer análisis (interpretación) y expresar opiniones (comentarios). De ellos, de los reporteros, debe depender el contenido de las declaraciones de los políticos.


Hay que recordad frecuentemente que el maestro Ryszard Kapuscinki, en su Los cinco sentidos del periodista (estar, ver, oír, compartir, pensar), afirmaba: “Siempre el principal reto para un periodista está en lograr la excelencia en su calidad profesional y su contenido ético. Cambiaron los medios de coleccionar información y de averiguar, de transmitir y de comunicar, pero el meollo de nuestra profesión sigue siendo el mismo: la lucha y el esfuerzo por una buena calidad profesional y un alto contenido ético. El periodista tiene el mismo objeto de siempre: informar. Hacer bien su trabajo para que el lector pueda entender el mundo que le rodea, para enterarlo, para enseñarle, para educarlo”.


Que los políticos no crean que los periodistas trabajan sin sus cinco sentidos.


Francisco Sosa GrandónCorresponsal del Onadem en Cochabamba