17 de diciembre de 2008

PROFUNDIDAD E INVESTIGACION EN LAS REVISTAS PERIODISTICAS DE DIARIOS BOLIVIANOS


Bernardo Poma Ulo·

Las revistas periodísticas dominicales tienden a diferenciar su contenido de los temas que tradicionalmente abordan los diarios con los cuales se publican. Además concentran y ofrecen notas de mayor investigación y profundidad, lo que se verifica en un número considerable de reportajes interpretativos e informativos. Por otro lado, el espacio dedicado a lo periodístico y noticioso se acerca a la mitad de las páginas disponibles.


Esas y otras características fueron encontradas a partir del estudio de 5 revistas dominicales periodísticas, tomadas aleatoriamente en febrero de 2008: OH! del diario Los Tiempos (Cochabamba), Domingo de La Prensa (La Paz), Extra de El Deber (Santa Cruz), Escape de La Razón (La Paz) y Dominical de La Patria (Oruro). Entre sus características, todas publicaron 28 páginas, siendo la única excepción Dominical, con 8 páginas.

La tendencia general mostró que del total de 120 páginas observadas, el 47% de dicho espacio fue destinado al desarrollo y presentación de la información noticiosa, mientras que de los otros contenidos —incluida la publicidad— ocuparon la mayor parte (53%). En el análisis particular, dos de las revistas destacaron por haber otorgado más de la mitad de su espacio disponible a la presentación de contenidos noticiosos: Escape (61%) y Dominical (55%). Entretanto, a bastante distancia, Oh! fue la que menor espacio otorgó a lo noticioso (36%).

En general, cabe destacar los 10 reportajes, 5 interpretativos y 5 informativos que representaron el 36% de un total de 26 de notas analizadas. Sobre el mismo total, hubo preeminencia de los materiales de información (69%) sobre los de interpretación (31%) que constituyeron sólo un tercio de los materiales analizados. En rigor, todas las revistas presentaron al menos un reportaje ya sea interpretativo o informativo.

Entre los 8 materiales del género de interpretación, fue significativa la presencia de 5 reportajes interpretativos (63%) respecto de los 3 ensayos (38%).

Del mismo modo, entre las 18 notas del género de información, destacaron 5 reportajes informativos (28%), prácticamente un tercio de esos materiales. Otros tres subgéneros alcanzaron cada uno a 3 materiales (17%): la noticia, la nota ampliada y la crónica informativa. La oferta en el género de información se completó con dos entrevistas (11%), una fotonoticia (6%) y una columna informativa (6%).

Respecto del contenido, tres temas tuvieron mayor frecuencia de aparición entre las notas analizadas, entre las cuales, destaca HISTORIA (4 notas; 15%,) en relación a CIENCIA (3 notas; 12%) y ECOLOGÍA (12%).

Los otros temas abordados cada uno por dos notas (8%) fueron TURISMO, SOCIEDAD, INTERNACIONALES, DELINCUENCIA Y CULTURA. Menos frecuencia tuvieron los que fueron tocados por una sola nota (4%): POLÍTICA INTERNACIONAL, MINERÍA, COMUNICACIÓN, DEPORTES, DESASTRE NATURAL y ARQUITECTURA.

Las notas de la muestra presentan, en el análisis general, una relevancia o alcance equilibrado de interés tanto nacional como local, ya que 11 notas (42,3%) fueron dedicadas a cada uno de esos ámbitos geográficos. A su vez, 4 notas de interés internacional representaron el 15,4%.

Entre las notas con interés local, en el periodo observado, el área geográfica más enfocada fue el departamento de Oruro con 4 notas (37%) publicadas por Dominical, justamente del orureño La Patria. La segunda área local más abordada fue La Paz con 3 notas (27%), las cuales fueron presentadas 2 por Domingo y 1 por Escape; estas notas, en realidad, tuvieron centrado el interés en la ciudad capital (La Paz) y no en el departamento.

Para Cochabamba se presentaron 2 notas (18%), todas ellas en Oh!, con interés departamental. Tarija y Beni, como departamentos, fueron objeto de interés de una nota cada uno (9%) en Extra y Escape, respectivamente.

La autoría de las notas mostró asimismo el esfuerzo periodístico, ya que la gran mayoría de notas y fotos que las acompañaron fueron producidas por periodistas de la propia redacción de cada revista (54%), frente a los materiales “ajenos” (33%), es decir, elaborados por periodistas invitados, no periodistas u obtenidos de la Internet, agencias y otros medios.

En la evaluación general, al diferenciar sus contenidos, resulta loable la preocupación de las revistas por temas o asuntos alternos o no abordados por los diarios; también fue saludable encontrar una cobertura geográfica y temática que desborda el “eje troncal” del país.

Por otro lado, una parte considerable de los subgéneros estuvieron adecuados a profundizar e investigar los temas abordados, en particular los 10 reportajes (interpretativos e informativos), esto es, más de un tercio (36%) de todo el material analizado. Además se presentaron subgéneros poco usuales como las 3 crónicas informativas (12%). En conjunto, las revistas dominicales observadas presentaron subgéneros que demandan mayor trabajo de investigación periodística, lo que difiere totalmente de la oferta común y diaria de los periódicos bolivianos.

Con los hallazgos de este y otros trabajos del ONADEM, se reafirma la tendencia de que el grueso de la información, cotidiana, tradicional y descriptiva de los diarios, aún queda sin suficiente análisis ni investigación, es decir, los grandes temas nacionales: SOCIEDAD (problemática de los trabajadores, necesidades ciudadanas, etc.), POLÍTICA (problemática de la gobernabilidad, conflictividad política), ECONOMÍA (explicación periodística de medidas y políticas económicas, las perspectivas de desarrollo, etc.) e incluso DEPORTES. A propósito de ello, otro estudio realizado paralelamente –cuyo resumen fue publicado en este mismo espacio- da cuenta de que los suplementos especializados publicados en el mismo periodo y por los mismos diarios mostró que la mayoría de los contenidos estuvo dedicada a deportes y a comerciales. Así, queda aún la tarea pendiente de los diarios de explicar suficientemente lo que informan.

· Responsable Metodológico Operativo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM).

5 de diciembre de 2008

Derecho de Información y Libertad de Expresión en los Estatutos Autonómicos de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni


Jenny Ampuero[1]

El escenario histórico del país en los dos últimos años ha sido tierra fértil para la discusión de la visón de país y el marco normativo a del Estado boliviano en el cual, uno de los aspectos debatidos ha sido el de la libertad de expresión y el derecho a la información. Este tema ha demandado la reflexión de varios sectores vinculados al ejercicio periodístico y comunicacional con el argumento que a través del estado se debe garantizar estos derechos básicos del ser humano y requisitos indispensables del ejercicio de la ciudadanía.

Sin embargo, al concluirse este proceso de refundación del país, las instituciones cívicas y prefecturales de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, reclamaron el “incumplimiento” de la Asamblea Constituyente en relación al tema de las autonomías departamentales, por lo cual deciden redactar sus propios Estatutos Autonómicos que reflejen sus “verdaderas demandas”.

Entre mayo y junio de 2008, se llevaron a cabo referendos para su aprobación en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, en los cuales el “Sí” ganó con porcentajes significativos, pero con altos índices de ausentismo por la ilegalidad denunciada es este proceso. Sea como fuere, estos Estatutos fueron aprobados sin el reconocimiento de la Corte Nacional Electoral, menos por el gobierno. Sin embargo, a partir de entonces, el proceso de llevar a cabo lo que estipula en los Estatutos sigue adelante.

Desde esta perspectiva, el presente trabajo pretende responder a la interrogante ¿De qué manera se concibe la libertad de prensa y de expresión en los Estatutos Autonómicos de los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija? , para lo cual se han formulado preguntas guía para la construcción de la matriz de análisis: ¿Cuál el rol del Estado en relación a la libertad de información y expresión planteado por los estatutos Autonómicos?, ¿Cuál es el alcance de los estatutos en relación al derecho de la información y comunicación? ¿Cuál es el grado de conocimiento y opinión de los periodistas cruceños sobre el planteamiento de los Estatutos en relación a la información y comunicación?

Con los aspectos arriba señalados se ha construido una tabla de análisis y para el análisis del nivel de conocimientos y las opiniones que tienen los periodistas cruceños se realizó 10 entrevistas a periodistas elegidos al azar y de diferentes medios de comunicación (estas entrevistas fueron realizadas por estudiantes de primer año de la carrera de comunicación de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, UAGRM).

Con los aspectos arriba señalados se ha construido una tabla de análisis en la cual se toma en cuenta las siguientes matrices: Competencias del Estado: para identificar si las competencias son compartidas, si son exclusivas de la región o si es competencia exclusiva del Estado. Sujetos del estatuto. Los sujetos que se toman en cuenta en el EA de cada región en relación a la información y la comunicación, idealmente debería contemplar a los actores involucrados de un proceso de comunicación públicos de un país: los ciudadanos (en primer lugar, de manera prioritaria como centro, medio y fin de todo proceso), los periodistas (entendidos como los facilitadores / mediadores entre el acontecer público y el ciudadano), los medios de comunicación (como vehiculizadores de los procesos humanos de información, comunicación de un país, las instituciones públicas respecto a la obligatoriedad de otorgar información a los ciudadanos, respondiendo así al derecho humano a la comunicación e información.

Finalmente, se tomo en cuenta el Alcance, es decir el ideal comunicativo / informacional planteado por los EA: la Libertad de expresión, el Derecho a la información, supone un nivel más elevado, es el derecho fundamental de RECIBIR información, bajo la premisa que la construcción de ciudadanía con democracias participativas (no meramente representativas) requiere de sujetos INFORMADOS DE SU REALIDAD, de manera libre, fidedigna. Y el ideal más noble, el derecho humano a la información y la comunicación, que implica no solamente procesos de INFORMACIÓN, sino de comunicación desde su acepción más profunda, de emitir y recibir información, expresión libre de ideas de manera libre, activa, participativa en aras de una real democracia.

En primer término, se ha podido ver que la importancia que se ha otorgado al tema de la Libertad de Información y el Derecho a la Comunicación difiere substancialmente de un estatuto a otro por la profundidad y extensión que se le ha dado. El estatuto que le confiere mayor espacio es el de Santa Cruz (SCZ), seguido por el de Tarija (TJA); mientras que el del Beni no tiene ningún apartado sobre este punto; es más, sólo le han destinado dos líneas que mencionan el aspecto comunicacional: “transporte y comunicaciones” y “Medios de Comunicación social escrita, oral y televisiva”. No se comprende cómo se puede legislar la comunicación “oral”. No se especifica. De igual manera, el Estatuto de Pando, solo le destina un artículo.

Se constata que los Estatutos Autonómicos (EA) han sido construidos por las denominadas “Asambleas pre autonómicas” de cada departamento (cuyos miembros no fueron elegidos para ese fin), sin participación ciudadana.

En los tres EA (SCZ, TJA y Pando, en el de Beni no se menciona) se excluyen las competencias del Estado sobre el tema de Información y Comunicación. En el EA de SCZ se menciona una “competencia compartida” en relación a los medios de comunicación para garantizar la “libertad de prensa”. Sin embargo, de manera contradictoria, enfatiza en la competencia del Gobierno departamental en el desarrollo legislativo, potestad reglamentaria y función ejecutiva sobre los medios de comunicación. No se establece, o no se explica qué ni bajo qué circunstancias se “coordina” con el Estado. Existe similitud en este aspecto con el estatuto de Pando. El de Tarija, en cambio, no coordina en ningún sentido con el Estado.

Por otra parte, el Estado es excluido de sus atribuciones en el control y uso del espectro electromagnético, es decir, que los gobernadores (a través de las Asambleas Legislativas departamentales) tendrán toda la potestad para asignar autorizaciones para el funcionamiento de canales de televisión, radio, frecuencias de radiotaxis, etc. Al respecto en el Estatuto de Tarija se aclara que “es competencia exclusiva del Gobierno departamental (…) la creación y regulación de medios de comunicación social en el ámbito departamental” (Art. 39º)

Sobre los sujetos. El EA del Beni, como ya se mencionó, no tiene planteamientos al respecto. El EA de SCZ, hace un especial énfasis en los periodistas. Recuérdese que una vez aprobado el texto final, la Federación de Trabajadores de la Prensa de Santa Cruz cuestionó la falta de artículos que estipulen el resguardo de la labor periodística. Al parecer este hecho influyó decisivamente porque existen seis puntos (en los Art. 76,77 y 78) de amparo a la labor periodística (prohibiciones de agresión física, amenaza, secuestro, intimidación, etc.). Luego el énfasis se va a los medios de comunicación (resguardando la libertad de prensa, evitando la censura y las agresiones a los medios). El ciudadano: el gran ausente.

El EA de Pando menciona también a los trabajadores de la prensa y a los medios de comunicación. También excluye a la ciudadanía. Esto llama la atención porque el ciudadano queda huérfano y a merced de los medios. Se contradice en el sublime ideal del DERECHO HUMANO A LA COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN. El EA de Tarija es el único que menciona a la ciudadanía y también a los medios y periodistas. Incluye a todos los actores.

El alcance de los planteamientos llega muy tímidamente al tema de la libertad de expresión (a excepción de Tarija). Se plantea que la Libertad de expresión es un aspecto importante, pero que es fundamental hablar ahora del Derecho a la Comunicación, es decir, de aquel derecho que tiene el ciudadano (periodista o no) de emitir libremente sus ideas pero también de recibir información, bajo el postulado de que un ciudadano informado debidamente puede participar en la toma de decisiones de un país.

LOS PERIODISTAS OPINAN

En la consulta efectuada a periodistas cruceños sobre el EA se pudo verificar que la mayoría desconoce los planteamientos de los EA sobre el tema del Derecho de Información y Libertad de Expresión. Algunos manifestaron haber escuchado “algo” en debates televisivos y otros habían leído “un poco” al respecto. Sin embargo, manifestaron una opinión favorable y apoyo al texto de los EA (a excepción de los periodistas de los medios estatales).

En la consulta sobre el proceso por el cual se redactó el texto de los EA, un significativo porcentaje de los periodistas consideran que no ha existido la participación de los actores involucrados (Federación de la Prensa, Colegio de Comunicadores, Asociación de periodistas, ciudadanía)
Finalmente, los periodistas de los medios “oficialistas” (Red patria Nueva, Canal 7) plantearon su desacuerdo al texto de los EA. Su fundamentación radica en el control prefectural a la información. Los periodistas independientes (aquellos que tienen programas o espacios en algunos medios impresos y/o televisivos) demostraron mayor suficiencia y criterio sobre los EA. Uno de ellos, afirmó que este tema no debería ser referido en los estatutos porque “es un tema de estado”. Asimismo, se afirmó que los EA deben enfocarse no solamente al derecho de libre información por parte del periodista, sino también del público.

[1] Comunicadora social, docente asociada de la carrera de Comunicación Social de la UAGRM

21 de noviembre de 2008

EL DESARROLLO HUMANO ES POCO VISIBILIZADO EN LAS NOTICIAS


Sandra Villegas T.[1]

Las noticias sobre desarrollo humano, aquel con énfasis en salud (12%) y educación (7%) mostraron una tendencia generalizada en los diarios bolivianos de usar una noción macroeconómica del desarrollo ─basada en índices de desempleo, inflación, producto interno bruto, entre otros indicadores─ más que trabajar siguiendo el enfoque de desarrollo promovido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y expresado en los “Objetivos del Milenio”.

Así lo constató el estudio denominado “Rastros y rostros del desarrollo: las ONG en la prensa”, que forma parte del libro ¿Qué hay en la prensa sobre desarrollo? publicado por el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM)
[2] y el Programa de Coordinación en Salud Integral (PROCOSI), que fue presentado el pasado 18 de noviembre en la ciudad de La Paz.

Las noticias sobre desastres fueron la mayoría dentro de la temática señalada, y fueron presentadas desde un enfoque de conflicto político (por la tuición para recolectar, recibir y distribuir donaciones entre las Prefecturas y el gobierno); desde un enfoque de consecuencias económicas y sociales (por las pérdidas en ganado y cultivos); desde un enfoque de interés humano (por los damnificados).

Las grandes pérdidas económicas, los heridos y muertos causados por los fenómenos climáticos denominados “El Niño” (2207) y “La Niña” (2008) se reflejaron en noticias sobre atención a desastres (18%) que también fueron más incluidas en primeras planas de los diarios en Bolivia, dejando de lado la prevención (1,7%) y la rehabilitación (1%), éstos dos últimos temas directamente vinculados a las necesidades de las comunidades.

A su vez, las noticias sobre desarrollo humano mostraron segmentación y poca explicación porque versaron sobre diferentes temas (vivienda, electrificación, servicios básicos, etc.) sin precisar en sus alcances. Las noticias sobre educación reflejaron que el tema se encuentra bajo liderazgo exclusivamente estatal. Y aquellas noticias sobre salud la mostraron como una iniciativa pública efectiva donde también se advierte dispersión y duplicidad de acciones por parte de las organizaciones no gubernamentales (ONG).

En general, las noticias sobre desarrollo describieron el inicio, avance o entrega de obras de infraestructura preponderantemente; el estado de la situación en el caso de desastres sin profundizar en las causas y cubrieron escasamente algunos conflictos generados por fallas de coordinación o demandas de los sectores involucrados.

Al igual que otros estudios del ONADEM, dentro de las noticias existió una mayor concentración en las fuentes oficiales (Ministerios de Salud y Educación con el 16%). Al parecer las ONG no fueron consideradas fuentes relevantes para los periodistas porque sólo representaron el 5% de las fuentes identificadas; a lo que sumó su invisibilización (9,7% sin especificar) en las noticias al no incluir su denominación.

El lenguaje utilizado no fue preciso. Por ejemplo los términos que usaron las fuentes por el manejo de términos distintos como crédito rural, crédito solidario, agente comunitario, promotor en salud, responsable popular en salud, etc. para referirse a los mismos temas.

La cobertura en cifras

Sólo el 1% del espacio en los diarios estuvo dedicado a noticias sobre desarrollo y 127 (15% de un total de 855) fueron noticias publicadas en primera plana.

El lugar de origen de las noticias demostró que los diarios siguen priorizando lo urbano y las ciudades del eje (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz), lo que corrobora que las fuentes sean prioritariamente públicas y políticas. Aunque llamó particularmente la atención que rompiendo la tendencia general se utilizaron fuentes informativas del área rural en diarios como La Palabra del Beni, El Deber (Santa Cruz), Nuevo Sur (Tarija) y Correo del Sur (Sucre).

Por otro lado, primó la información noticiosa (87% como subgénero más usado) que en relación al nivel de profundidad y enfoque informativo se caracterizó por ser eminentemente descriptivo (87%) en relación al análisis (5%) o el reportaje (2%). Por tanto, el grado de profundidad de las noticias fue bajo. Hace falta recuperar espacios de investigación en el periodismo para explicar los alcances del desarrollo en nuestro país.

Reconocimiento
Como resultado de este estudio, en función del número de noticias y del espacio asignado en los diarios bolivianos a los temas del desarrollo se entregaron placas de reconocimiento a El Diario (15%
[3]), El Deber (11,6%) La Palabra del Beni (8,1%), Nuevo Sur (8%), Correo del Sur (7,5%) y La Prensa (7,3%) por apoyar regularmente a través con su cobertura periodística a las iniciativas públicas y privadas vinculadas al desarrollo y difundir esta información de interés de toda la sociedad.
[1] La autora es coordinadora Metodológica del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM).
[2] Una iniciativa de la Fundación UNIR Bolivia y la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social (ABOCCS).
[3] La cifra da cuenta del porcentaje de noticias sobre el desarrollo que publicó cada diario.

4 de noviembre de 2008

PRENSA Y CULTURA, UNA RELACIÓN MARGINAL

Óscar José Meneses Barrancos (*)


Una reciente investigación realizada por un equipo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) y que fue presentada en el Encuentro Internacional sobre Comunicación y Cultura “Interculturalidad, comunicación y globalización”, llevado a cabo en Cochabamba entre el 24 y 26 de septiembre de este año, revela que en las páginas culturales de la prensa boliviana la cultura es concebida, apenas, como arte; más aún, como arte clásico.

Para el mencionado trabajo, interesado en analizar la producción especializada de los medios impresos bolivianos en relación con la cultura, se observó un total de 401 materiales publicados en 11 diarios —El Diario, La Prensa y La Razón de La Paz; Los Tiempos y Opinión de Cochabamba; El Deber, El Nuevo Día y El Mundo de Santa Cruz de la Sierra; Correo del Sur de Sucre; La Patria de Oruro, y El Potosí, de Potosí— entre el 8 y el 14 de junio de 2008. Esos 401 materiales recolectados representan el contenido de 14 secciones y/o suplementos culturales previamente seleccionados.

Uno de los hallazgos más importantes de ese estudio es que de los 4.503.142 cm2 de superficie total impresa en la citada semana por el anotado conjunto de 14 unidades especializadas observadas, a los materiales sobre cultura les corresponden sólo 13.117 cm2; es decir, apenas un 2%.


Lo paradójico del caso es que, siendo integrantes de la oferta del periodismo cultural impreso, únicamente 80 (20%) de esos 401 materiales identificados son auténticamente periodísticos; es decir, dedicados a la revisión de la actualidad cultural. Entre los 321 materiales que conforman el resto de lo observado se encuentran, entre otros, crucigramas, o información sobre teléfonos de emergencia, farmacias de turno, tráfico aéreo, cartelera cinematográfica y, aun, fallecidos.

En lo relativo al tipo de formato periodístico utilizado para la formalización de las notas sobre cultura, la observación de las mismas estableció que, de cada 10, 9 están redactadas como noticia y el resto aparece formalizado como artículo de opinión. Por lo demás, entre las mencionadas 80 notas periodísticas no existe ninguna de análisis e/o interpretación de la actualidad cultural y que, entre los artículos, no figura ningún editorial.


Otro de los hallazgos dignos de mención es el relativo a la vinculación temática de los 401 materiales identificados. De éstos, el 80% (322) trata sobre arte, y el resto, sobre otros temas y/o no se presta a esta clasificación por su naturaleza más bien informativo-referencial (tal es el caso de los citados materiales en cuyos espacios se listan las farmacias de turno, teléfonos de emergencia o fallecimientos). La organización interna de esos 322 materiales tiene todavía mayor interés: en más de la mitad de los mismos (55%) se habla de arte clásico, y, en lo restante, de arte moderno (29%) o de arte popular (16%).


Los materiales sobre arte clásico, a su vez, en su mayoría están dedicados a la literatura (43%), el cine (28%), la pintura (20%), el teatro (7%) y la música clásica (3%).

Queda claro por los hallazgos de la investigación que, lejos de ser uno más de los espacios públicos en que se promueve una idea abarcadora de cultura, el supuesto por el periodismo cultural practicado en los diarios bolivianos es otro más de tantos escenarios en que se opera con y desde una concepción elitista de la cultura.

Si junto a lo dicho se recupera la idea de que se concede un lugar marginal a lo cultural dentro de la globalidad temática del material entregado cotidianamente por los periódicos —siguiendo la diferenciación introducida por ellos mismos en relación con, por ejemplo, la política o la economía—, se concluye que en la prensa boliviana rigen todavía rígidos esquemas de muda sanción a lo “inculto” o, para usar una terminología acorde a lo comentado, una perversa in-cultura.

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(*) Profesor-guía del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) y responsable del estudio “El papel de lo culto en Bolivia. Una aproximación a la figuración de cultura en la prensa nacional”, realizado junto a Mariana Pérez Callejas (ONADEM), encargada de la recolección de datos.

27 de octubre de 2008

LA REPRESENTACIÓN MEDIÁTICA DE LA PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, ¿UN CASO DE INVISIBILIZACIÓN DE LA CIUDADANÍA?

La presidenta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, en el discurso de apertura de esa reunión, dijo que su intención era terminar con la discriminación, pero esta es una tarea difícil de realizar en un contexto público en el que todavía las mujeres no son visibles, en el que las mujeres de los diferentes grupos sociales son indiferentes las unas con las otras y en el que la diversidad cultural todavía no ha sido completamente aceptada o por lo menos no ha sido suficientemente representada.

La representación mediática de lo que se considera noticioso para una sociedad que espera que sus medios respondan a sus demandas de información dentro de ciertos mínimos estándares de ética profesional y de pluralidad ideológica construye también la materia prima de la realidad histórica. La actuación de jefes de estado y personajes por lo general involucrados en la política constituyen el material noticiable, presentados a diario en las primeras páginas de los diarios.

De quiénes hablan las noticias y cómo los muestran en relación con cualquier tema en agenda es importante pero también es conocer que los propios emisores utilizan una estructura del lenguaje que opera en diferentes niveles y dimensiones. Los textos de las noticias también despliegan estructuras lingüísticas y gramaticales de palabras, oraciones y otras combinaciones que dejan huella en los lectores.

El estudio de los titulares de 4 periódicos (El Deber, La Razón, Correo del Sur y El Potosí) en tres momentos cruciales durante la Asamblea Constituyente (AC), giró en torno a las siguientes cuestiones: ¿cómo los diarios representan a los/las actores políticos en tres momentos conflictivos de la Asamblea Constituyente, ¿qué actores son visibles?, ¿qué se dice de ellos?, ¿cómo se los valora?

Para el análisis de los titulares se ha recurrido a algunos conceptos desde la pragmática del discurso mediático, los que tienen la palabra, en este caso los diarios, a través de los redactores elijen concientes o no, una forma de decir las cosas, una forma de presentar a través del lenguaje los elementos de una realidad, la nominación de los personajes o actores a los que hacen referencia, la forma en que los valoran, posicionan de cierta manera las imágenes y reacciones que los lectores tienen, luego de leer, de los acontecimientos. El ejercicio de la selección lingüística, que va más allá del simple léxico, ya que involucra además un cierto ordenamiento de las palabras especialmente a la hora de presentar los titulares se puede analizar a través de la pragmática del discurso.

El corpus ha estado constituido por más de 80 titulares que han sido repasados haciendo uso del análisis de substitución lingüística de Theo Van Leeuwen, seguidor de la gramática funcional de Michael Halliday, quien afirma que para ver de qué manera los medios masivos de comunicación representan a los actores que intervienen en determinadas actividades se puede recurrir al análisis de la estructura del campo, que muestra la manera como cierto dominio institucional, en este caso los diarios, construyen el conocimiento sobre algún campo temático concreto. Van Leeuwen postula que los participantes de un determinado acontecimiento pueden ser recontextualizados siguiendo un conjunto de opciones binarias utilizadas en este caso.

Los resultados señalan que en los tres momentos de conflicto identificados para el estudio (1. la aprobación de los 2/3 para las decisiones de la AC; 2. el retiro del tema de la capitalidad en el debate plenario; 3.la aprobación del nuevo proyecto de constitución), gran parte de las noticias se han referido al tema de la AC. Pero a diferencia de los actores “hombres” que son mencionados ya sea personalizados o colectivizados, las mujeres simplemente no figuran, salvo contadas ocasiones (cuando los periodistas que escriben la noticia recurren precisamente a algún tipo de valoración de la persona), además muy en el interior de las noticias.

En la muestra revisada, los titulares, más que personalizar, hacen una representación colectivizada, es decir nombran genéricamente: “Masistas”, “Constituyentes”, “La oposición”, “PODEMOS” (el partido de la oposición), “Los cívicos”, “Municipios”, “las Brigadas parlamentarias”, “los Asambleístas”, “Prefectos”, “Cruceños”, “Chuquisaqueños”, “Paceños”.

A nivel de individualización (en el interior de las noticias) se han registrado con nombres propios al menos 40 hombres entre autoridades y miembros de la AC. El que más veces se repite es Evo Morales, seguido por Álvaro García Linera, Rubén Costas, Jorge Quiroga, Branko Marinkovic, Edwin Velásquez. Frente a menos de 10 mujeres, entre las que se destaca Silvia Lazarte, también han sido nombradas en las noticias al menos una vez: Aideé Nava, Isabel Domínguez, Mirtha Jiménez, Ana Melena y Eliane Capobianco.

En la mayoría de los casos se representa a los hombres activos y tomando decisiones, mientras que a las mujeres como centro de conflicto como el caso de la propia presidenta de la AC. Una buena parte de las noticias muestra una polarización entre los que están a favor y los que están en contra del nuevo proyecto de constitución política del estado, unos que obstaculizan y otros que imponen, unos que acusan y se sienten ofendidos, mientras otros orgullosamente sienten que están haciendo historia. La ciudadana o el ciudadano en ningún caso ha tenido opinión con respecto a los acontecimientos de la Asamblea Constituyente en las noticias los que han sido enfocados son los miembros representantes y dirigentes de los partidos políticos, los movimientos, comités cívicos y autoridades locales.

Por otro lado el hecho de deshumanizar a los actores, concepto introducido por Amparo Moreno en la “Mirada Informativa” propuesta metodológica para analizar las noticias, es otra tendencia observada ya que los protagonistas no humanos, sin nombre ni apellido son colectivizados, además aparecen generalizados en torno a su afiliación política, su lugar de nacimiento, origen étnico, incluyen además connotaciones negativas: “masistas”, “cívicos”, “indígenas”, “ponchos rojos”, “autonomistas”, ·la turba”. El registro bajo la categoría de humanos o no humanos permite dar cuenta de la forma en que las noticias muchas veces representan a los actores como carentes de una identidad propia, con una identidad más bien colectiva, que muchas veces repercute luego en la apreciación que pueda hacer la sociedad de ellos.

En suma, se puede afirmar que en los cuatro diarios estudiados de las ciudades de Santa Cruz, La Paz, Sucre y Potosí, los titulares de las noticias han servido de escenario de la disputa entre los enfrentados en la contienda, (entre los militantes del gobernante Movimiento al Socialismo) que fueron mayoría de los representantes elegidos para elaborar la nueva constitución política del estado y las autoridades departamentales y cívicas de los departamentos en los que gano el referéndum por la autonomía) una disputa mayormente liderada por los hombres. Los medios se nutren de los conflictos para llevar a la sala de redacción o a las pantallas un tipo de espectáculo, que despierta en la población emociones y resentimientos y por lo tanto contribuye en vez de pacificar a generar mayores conflictos.

El análisis realizado de los titulares sobre la cobertura en tres momentos clave de la AC da cuenta de este tipo de información que se limita a describir el hecho, representa de una forma a ciertos actores; entonces, el concepto de esfera pública (espacio donde participa públicamente la ciudadanía con su propia opinión en los asuntos que le conciernen) o participación ciudadana es idealista, porque en la realidad no incorpora en su verdadera dimensión a la ciudadanía.

Rosmery Machicado G.
machicado.rosmery@gmail.com
Docente de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno

21 de octubre de 2008

Cinco apuntes para meditar el Periodismo

Hacen política abrazándose ante las cámaras de los medios. El domingo 5 de octubre por la noche, el Presidente de la República y los prefectos opositores posaron juntos para enviar “un mensaje positivo” al país después de reunirse durante 10 horas sin firmar ningún acuerdo que facilite la resolución del conflicto. La Prefecta de Chuquisaca justificó su ausencia diciendo: “Yo no soy una payasa”.


La escena melodramática, con falsas sonrisas, apretones de manos y tímidos abrazos (sólo ellos saben qué palabras intercambiaron), tras la postal en la que algunos aparecen con los brazos izquierdos (¿o derechos?) levantados y las palmas de las manos abiertas y otros con rostros adustos y manos cruzadas sobre el bajo vientre, constituyó el preámbulo de conferencias de prensa separadas. Primero, el Ministro de Desarrollo Rural (no el portavoz de la Presidencia) explicó la versión del Gobierno e, inmediatamente después, el Prefecto de Tarija, flanqueado por sus homólogos de Santa Cruz, Beni y Chuquisaca, expresó las razones de los opositores.

Todos los periodistas experimentados percibieron que se trataba de una puesta en escena ideada a la medida de un público que esperaba ansiosamente el último capítulo de la serie denominada “diálogo”, que durante aproximadamente 24 días reunió a ambos actores en los citadinos salones de la Casa Campestre.

¿Qué ocurrió aquel domingo tras bambalinas? Ni las calculadas declaraciones del Ministro de Desarrollo Rural ni las escuetas expresiones, con ademanes y palabras calculadas, del Prefecto de Tarija despejaron la interrogante. Los medios se limitaron a amplificar la escena y, más adelante, cedieron micrófonos y cámaras a unos y otros en busca de repercusiones sobre el acontecimiento. Todos respondieron con esquemas predefinidos.

Se trata de un típico evento que grafica la frecuente relación entre políticos y periodistas. Unos pretenden utilizar a medios y periodistas como simples instrumentos de amplificación de sus acciones/decisiones y otros intentan informar e interpretar el acontecimiento en condiciones difíciles.

A propósito de este hecho, que tiene relación con la solución de problemas profesionales del Periodismo, propongo cinco apuntes:


Primero: Los medios (los espacios informativos, específicamente) son necesarios; es impensable, aún para el grupo hegemónico actual, prescindir de ellos. ¿Cómo llegarían a los electores?

Segundo: No solamente los productores de algunos noticieros de televisión melodramatizan (manipulando imágenes y sonidos); los políticos literalmente actúan —“Interpretar un papel, especialmente en una obra teatral o cinematográfica”, dice una de las acepciones del Diccionario de Real Academia de la Lengua— frente a los medios. Y no solamente los de niveles superiores lo hacen, también los “de base”. Cuando los periodistas visitan cualquier huelga de hambre, rápidamente se recuestan, ponen caras de sufrimiento, entreabren los ojos y balbucean; o, cuando los reporteros cubren una marcha o un bloqueo, hacen muecas de combate, levantan palos y vociferan amenazas e insultos para tele-intimidar a sus oponentes.


Tercero: Los políticos creen que los periodistas son simples “boy office”, es decir, pretenden que la obligación de los reporteros consiste en poner micrófonos como si fueran pedestales y enfocar bien las cámaras para que ellos puedan decir lo que quieran. Pero, los periodistas, a pesar de la presión por incorporar cuanto antes en la agenda pública las noticias que construyen, deben saber que enfrentan la responsabilidad profesional de evaluar la pertinencia y la credibilidad de las fuentes que consultan, por un lado, y de valorar las declaraciones de éstas antes de incorporarlas en sus notas, por otro.

Cuarto: Por lo anterior, los periodistas encaran el desafío profesional de informarse sobre todos los detalles del acontecimiento (lo que quiere decir que no pueden hacer reportería a vuelo de pájaro) y no solamente en fuentes personales, si no también en fuentes documentales, lo que implica leer e investigar.


Quinto: Para informar a la población, el periodista debe aprender a preguntar, anticipar escenarios y preparar cuestionarios, pues las fuentes pueden proporcionar datos (información), proponer análisis (interpretación) y expresar opiniones (comentarios). De ellos, de los reporteros, debe depender el contenido de las declaraciones de los políticos.


Hay que recordad frecuentemente que el maestro Ryszard Kapuscinki, en su Los cinco sentidos del periodista (estar, ver, oír, compartir, pensar), afirmaba: “Siempre el principal reto para un periodista está en lograr la excelencia en su calidad profesional y su contenido ético. Cambiaron los medios de coleccionar información y de averiguar, de transmitir y de comunicar, pero el meollo de nuestra profesión sigue siendo el mismo: la lucha y el esfuerzo por una buena calidad profesional y un alto contenido ético. El periodista tiene el mismo objeto de siempre: informar. Hacer bien su trabajo para que el lector pueda entender el mundo que le rodea, para enterarlo, para enseñarle, para educarlo”.


Que los políticos no crean que los periodistas trabajan sin sus cinco sentidos.


Francisco Sosa GrandónCorresponsal del Onadem en Cochabamba

29 de septiembre de 2008

¿QUIÉN SE ANIMA A DEVOLVER EL ENCANTO AL PERIODISMO?

Osman Patzzi Sanjinés*

Es poco probable que en los tiempos actuales a algún creador se le ocurra que un superhéroe, como Superman, sea un periodista cuando no está resolviendo los problemas de la humanidad. La duda se convierte en certeza al comprobar que el otrora respetado oficio, que siempre fue motivo de orgullo para quien lo abrazaba, así como para su entorno familiar y social, hoy no lo es y, peor aún, tiende a devaluarse más rápido que el dólar.

Los jóvenes estudiantes de ciencias de la comunicación están bien enterados de ello y son muy pocos los que asumiendo riesgos y luchando contra las críticas y los consejos, persisten en defender el periodismo como oficio digno y también necesario para el desarrollo del país y el fortalecimiento de la democracia.

En las aulas, donde es inevitable utilizar la prensa diaria y aludir los espacios informativos en la radio y la televisión ya no como ejemplos a seguir, sino para todo lo contrario, se hacen esfuerzos en la formación de audiencias críticas, otorgando herramientas para que los universitarios puedan fundamentar observaciones, con la esperanza de que, una vez en el mercado laboral, hagan la diferencia. Pero eso no parece ser suficiente.

Las imágenes y testimonios de periodistas que deben esconder sus credenciales y herramientas de trabajo para que no los identifiquen como tales, han calado hondo en el espíritu de quienes alguna vez, quizá desde la niñez, soñaron con ser respetados y valorados al ejercer una noble misión, la de informar y orientar. Y no se trata de esconderse de sicarios contratados por mafiosos o personajes descubiertos en actos irregulares, sino de gente común, que en vez de sentirse protegida se siente amenazada ante la presencia de un informador porque presupone que tiene la misión de distorsionar los hechos para beneficiar a determinados intereses. Peor aún con los mensajes reiterativos que sobre este tema salen de la más alta esfera gubernamental.

¿Cuánta responsabilidad tienen los periodistas por haber llegado a esta situación? ¿Qué hicieron o dejaron de hacer para permitir que les roben ya no sólo la profesión, sino también el futuro?

La enseñanza del periodismo en Bolivia, de acuerdo a recientes investigaciones del Observatorio Nacional de Medios (1), tiene un escaso énfasis en la identidad profesional y mientras no se rompa el círculo vicioso de pretender echar toda la culpa a las universidades por la supuesta mala formación mientras aquellas se defiendan indicando que los profesionales se ven obligados a pasar por alto lo que aprendieron para dar contento a los patrones (2), y los periodistas no asuman que tienen una responsabilidad personal, no van a cambiar las cosas para mejor.

No basta con que se orienten las carreras hacia la comunicación organizacional, las relaciones públicas y otras áreas para evitar que los estudiantes abandonen las facultades. La revalorización del periodismo debe partir de la academia, y encontrar eco en las empresas de comunicación para que el esfuerzo no resulte inútil.

No se pueden dejar convencer de que cualquiera puede ser periodista, que Internet lo demuestra con los millones de blogs y otras formas de expresión ciudadana, o que han perdido miserablemente el tiempo al abrazar una carrera que no tiene perspectivas porque “una cosa es la teoría y otra la práctica”.

Ciertamente es una misión de superhéroe esta lucha para devolver el sitial a la profesión y recuperar la credibilidad, pero es preciso empezar sin demora. En las empresas periodísticas suelen afirmar que su mayor activo son los recursos humanos y todas las universidades aspiran a que sus egresados sean bien valorados en la sociedad. No se trata, entonces, de buscar responsables del descrédito, hay que alentar a los que se quieran hacer responsables para devolver el encanto al periodismo. Y esos son, no los que están en la comodidad, si se permite el término, de la cátedra o de la dirección empresarial, sino fundamentalmente aquellos que están en la calle. ¿Será que se animan, aunque sea por una cuestión de sobrevivencia?


* Periodista y docente. Corresponsal del ONADEM en Santa Cruz


(1) La formación periodística en las universidades bolivianas: escaso énfasis en la identidad profesional. (Ingrid Steinbach/Liliana Colanzi, noviembre de 2007)

(2) Encuesta sobre el perfil profesional de los periodistas formados en las universidades. (Francisco Sosa/ Eva Carvajal, octubre 2007) y Encuesta sobre las condiciones laborales de los periodistas en cuatro ciudades. (Álvaro Marcelo Hurtado, octubre de 2007)

16 de septiembre de 2008

Las agresiones a los periodistas no cesan ni se sancionan

Vania Sandoval Arenas*

Con los objetivos de dar visibilidad pública a los riesgos que enfrenta el ejercicio periodístico en el país y contribuir al debate y reflexión sobre el papel que cumplen los medios de comunicación en la actualidad, el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) se propuso identificar protagonistas, lugares y circunstancias de las agresiones a periodistas y medios registradas desde el 1ro de junio 2007 hasta el 21 de agosto del presente año. El trabajo, titulado “Agresiones a periodistas y medios. Insumos para un debate”, se basó en registros periodísticos de los hechos de violencia, así como en entrevistas a dirigentes sindicales y periodistas de todos los departamentos.

De los 117 registros de agresiones sólo 16 (13,6%) figuran como denunciadas a las instancias policiales y judiciales. En el lapso estudiado no se ha conocido ninguna sanción legal a los agresores. Eso implica que los casos de agresiones de ese período están dentro de la impunidad. Un ejemplo dramático: el caso del periodista Carlos Quispe, victimado en Pucarani en marzo 2008 por problemas de índole municipal; luego de cinco meses no se ha tenido avances significativos en la investigación, habiendo pasado el caso ya por tres jueces.

Otro de los hallazgos del trabajo es que el departamento de Santa Cruz registra el 51% de las agresiones a periodistas respecto al total nacional, seguido de La Paz (13%) y Chuquisaca (9%). Cabe destacar que las agresiones que no han sido publicadas y difundidas no fueron incluidas en el presente trabajo, por lo que es posible que hechos violentos sucedidos en algunas regiones alejadas del “eje central” no hayan podido ser registrados.

La agresión más frecuente se refiere a golpiza y/o apedreamiento de los periodistas (46%), en segundo lugar se encuentra la agresión verbal incluyendo amenaza (27%), en tercer lugar está el destrozo de equipos de trabajo o infraestructura de los medios (10%).

Los periodistas y camarógrafos de televisión son los más afectados por las agresiones (54% de los casos). El 16% de los casos se refiere a los periodistas y fotógrafos de periódicos y el 14% a trabajadores de emisoras radiales.

El ONADEM —iniciativa de la Fundación UNIR Bolivia y de la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social, ABOCCS— buscó también realizar una aproximación a las “causas” por las que los agresores cometen actos de violencia, en base a los testimonios de los agredidos. La polarización política y mediática, el hecho de no ser del lugar, ser identificado como “perteneciente al otro bando”, ser acusado de tergiversador o sensacionalista, presumir que el periodista está sacando fotos o filmando “para identificar a los participantes en movilizaciones”, son los factores más nombrados en ese sentido.

La conflictividad política actual —de hecho la mayoría de las agresiones sucedieron en cierres de campaña de eventos electorales o en movilizaciones o de marchas de protesta— y la percepción de los medios de comunicación como actores políticos agrava los riesgos para el trabajo periodístico.

Aunque los datos presentados comprenden el ya referido lapso, las agresiones contra periodistas y medios se han agravado en los últimos días, concretamente en la primera quincena de septiembre, por el incremento de las medidas de presión contra el gobierno en cinco departamentos y la crisis política nacional. Como ejemplo, un recuento realizado por la Federación de Trabajadores de la Prensa de Santa Cruz señala que del 9 al 11 de septiembre en Santa Cruz –cuando miembros de la Unión Juvenil Cruceñista y la Federación Universitaria Local tomaron instituciones públicas— se registraron nueve agresiones contra periodistas.

Hablando sólo de ejemplos, se registró en la prensa que en distintas poblaciones tomaron y acallaron emisoras de radio y TV (acusándolas de ser pro-oficialistas, incluidas emisoras integrantes de la Red Patria Nueva), y en varias poblaciones de Tarija, Santa Cruz y Pando fueron agredidos periodistas, incluyendo una trabajadora de una red televisiva privada herida de bala en la pierna en la retoma militar del aeropuerto de Cobija que se encontraba ocupado por civiles y también un fotógrafo de un periódico cruceño que fue golpeado brutalmente en la cabeza mientras cubría enfrentamientos en una población cruceña. Las amenazas a periodistas en estos días, a cargo de oficialistas y opositores, son una constante.

Esos sólo son ejemplos, pues se han producido otros hechos que supusieron igualmente ataques a instalaciones de medios u hostigamientos en distintas ciudades. Es indispensable que se abra el debate integral sobre el rol de medios y periodistas y que se otorgue garantías al trabajo periodístico en Bolivia.

* Coordinadora General del ONADEM.

8 de septiembre de 2008

LA POLARIZACION INFORMATIVA EN LA RADIO: EL CASO DE LOS REFERENDOS POR ESTATUTOS AUTONOMICOS

Bernardo Poma*

La radio no pudo eludir la polarización en la cobertura periodística de los referendos por estatutos autonómicos, ya que citó centralmente fuentes con posiciones contrarias o bien se adscribió a sus argumentos irreconciliables. Sin embargo, en general y en relación a los otros, la radio fue el medio que más se acercó al equilibrio de fuentes contrapuestas.

Esas constataciones las hizo el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) a través del monitoreo de la cobertura periodística, en prensa, radio y televisión, de los referendos realizados en Santa Cruz (4 de mayo), Beni y Pando (1º de junio), y Tarija (21 de junio). Aquí se observa con más detalle la característica de dicha cobertura en 16 radioemisoras de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija, durante el día de los referendos (domingos) y en los noticieros meridianos del día siguiente (lunes).

En principio, respecto del despliegue periodístico, cuatro redes nacionales prácticamente pilotaron la cobertura (ERBOL, Patria Nueva, FIDES y Panamericana). A las nacionales se adhirieron sus correspondientes redes o emisoras afiliadas o afines de alcance regional y local. En todo caso, algunas emisoras de alcance local trabajaron independientemente de las redes señaladas (Radios Oriental y Guadalquivir) y ocasionalmente en enlace con otro medio incluso televisivo (Red UNO y Unitel, respectivamente), disminuyendo su cobertura propia.

El tipo de fuentes cubiertas fue una forma en que se manifestó la polarización de la que en mayor o menor grado participaron las radioemisoras observadas. En efecto, la mayor parte (94%) de las fuentes expresaron posiciones polarizadas, a favor (54%) o en contra (40%) de los referendos. Por tanto, apenas el 6% de las fuentes citadas, en conjunto, expresaron posiciones conciliadoras o neutras (médicos, policías, etc.). Sin embargo, la radio, como medio, fue el que más se acercó al equilibrio, al menos cuantitativo, entre las fuentes polarizadas, ya que la distancia entre las fuentes pro y contra referendos fue mayor en la televisión (52% y 32%), más aún en prensa (54% y 22%).


Detrás de ese perfil general de la radio, se dieron casos extremos en la cobertura a fuentes polarizadas, lo que se puede constatar en al menos dos niveles y tendencias: en el comportamiento de las emisoras regionales o locales y en el de las redes nacionales. Las emisoras de las regiones y ciudades donde se realizaron los referendos presentaron notablemente más fuentes que apoyaban tales procesos eleccionarios. Por ejemplo, en mayo, en las emisoras cruceñas monitoreadas, el 91% de las fuentes cubiertas estuvieron a favor de los referendos. La emisora tarijeña estudiada también sobrepasó ampliamente el promedio general de cobertura de las fuentes pro referendo (73%) en junio.

Por el contrario, las emisoras de Cochabamba cubrieron una mayor proporción de fuentes contrarias al referendo (59%) respecto de las pro-referendo (36%), para el caso del proceso del 4 de mayo. Similar situación se dio en La Paz, para la misma fecha, con esta relación: contra-referendo (55%) y pro-referendo (40%).

Respecto de las 4 redes nacionales, ellas reflejaron la misma polarización en la cobertura de fuentes. Para el proceso del 4 de mayo, por ejemplo, la red estatal Patria Nueva cubrió la mayor proporción de fuentes contra-referendo (89%), frente a Panamericana que citó más fuentes pro-referendo (72%). Las otras dos redes, para la misma fecha, al menos disminuyeron las distancia cuantitativa entre las fuentes contrapuestas, en el caso de FIDES: fuentes pro-referendo (55%) y contra-referendo (39%); por otro lado, ERBOL: fuentes contra-referendo (62%) y pro-referendo (34%).

A partir de lo anterior, para el oyente resultaría difícil tener un panorama de las posiciones encontradas, al menos siguiendo una sola emisora. Entonces, con el análisis del conjunto de emisoras observadas fue posible establecer los ejes de los discursos opuestos de las fuentes cubiertas, por ejemplo:

Posiciones de fuentes pro - referendos

"Los emisarios del mal no pudieron imponer su rencor ni su odio (Rubén Costas, Prefecto Santa Cruz)
“… la autonomía es el instrumento para combatir la pobreza” (Mario Cossío, Prefecto Tarija).
Posiciones de fuentes contra-referendos

“Consulta ilegal, anticonstitucional, no tuvo éxito …” (Evo Morales)
“Quieren descuartizar Bolivia” (Vicepresidente, 22-06)

El otro rasgo de la polarización fue la adscripción del medio a uno de los polos discursivos a través del modo de informar, es decir, de describir la votación que, de manera general, se situó en dos extremos: a) Votación con tranquilidad, normalidad, fiesta democrática; o bien b) Votación con amedrentamiento, irregularidad, confrontación y resistencia. Las emisoras optaron por visibilizar o invisibilizar, o bien por maximizar o minimizar los lugares y hechos de “normalidad” o de “confrontación o violencia”.

Las radioemisoras con una posición más radical asumieron, desde sus conductores o presentadores, una carga opinativa y valorativa, al margen de la responsabilidad periodística, descalificando al “otro”, entendido como contrario, por ejemplo: “Santa Cruz es alegría, sonrisa. Occidente es odio…. Desde ahora el cruceño tiene que medir su sonrisa” (Radio Oriental).

De ahí que llamó la atención la mínima consulta a fuentes conciliadoras o distintas de las polarizadas. A ello se sumó el escaso número de analistas consultados, lo que fue en realidad una característica de la cobertura en radio —a diferencia de la televisión y los diarios—. En ese sentido, en los cuatro referendos, a lo sumo se presentaron media docena de analistas presentados como tales. Además, algunas emisoras recurrieron a la retransmisión de la señal de televisión (parcial, sin su previo ni adecuado anuncio) para presentar las posiciones de analistas, como en el descrito caso Guadalquivir (de Tarija) que bajó la señal de la Red UNO y de Oriental (de Santa Cruz) que lo hizo de Unitel.

Por lo anterior, los estatutos en votación, sus contenidos específicos o las consecuencias de su probable aplicación, no fueron explicitados y menos analizados. En consecuencia, las ideas, mensajes, expresiones y posiciones sostenidas por las fuentes y difundidas por las radioemisoras se resumieron en dos argumentos irreconciliables (a favor o en contra de los referendos y los estatutos). Para uno de los argumentos, el estatuto en votación era sinónimo de autonomía, progreso y felicidad, unidad y democracia. Para el otro polo, el estatuto era igual a “centralismo departamental” y oligárquico, así como ilegal, ilegítimo y separatista.

Una tendencia más general se constata con lo expuesto: la presencia determinante de los argumentos y agenda de los actores políticos polarizados, sin posibilidad de proponer una agenda periodística que incluya enfoques o ángulos de análisis propios y diferentes. En síntesis, el campo de acción periodístico tiende a disminuirse frente al campo político (y sus actores) que determina no sólo la agenda y los hechos periodísticos, sino también el modo de entenderlos (visibilizarlos o invisibilizarlos).

En ese contexto, aunque cada proceso eleccionario tuvo su particular, cabe reconocer el trabajo de algunas radioemisoras con amplio despliegue y cobertura propia, y que además dieron espacio a los dos tipos de fuentes encontradas, y visibilizaron, con mayor pluralismo, tanto la “normalidad” como las “irregularidades” en la votación.

Finalmente, quedan pendientes de rescatar las capacidades de llegada de la radio, de “hablarle al oído” al receptor y proponerle una “voz” alternativa que no simplemente sea eco de la polarización, sino constructora y difusora de la reflexión fundamentada y serena.

* El autor es Responsable Metodológico Operativo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM).

1 de septiembre de 2008

POLITICA Y DESARROLLO EN LA PRENSA LATINOAMERICANA: LAS DOS CARAS DE UNA PARADOJA MODERNA

Óscar José Meneses Barrancos (*)


Los resultados de un reciente estudio impulsado por la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios y que tuvo la participación de instituciones representativas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela, indican que la cobertura periodística de la temática del desarrollo se realiza en general enmarcada dentro de los asuntos “políticos”, y en varios países se usa un enfoque meramente descriptivo que no permite entender integralmente una temática compleja. El desarrollo no es habitualmente tema de primera página ni tampoco es priorizado en los editoriales.

Para dicho trabajo se analizó un total de 1.958 materiales periodísticos relacionados con la temática del desarrollo y que fueron publicados el 9 de mayo de 2008 en 41 de los más importantes diarios de América Latina.

En el caso boliviano, las tareas de recojo, codificación y sistematización de los datos estuvieron a cargo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) y se tomó en cuenta a los siguientes impresos: El Deber (Santa Cruz de la Sierra), El País (Tarija), La Patria (Oruro), La Razón (La Paz) y Los Tiempos (Cochabamba).

Del total de la muestra usada —compuesta por el conjunto de noticias y artículos publicados por cada periódico en la fecha indicada y sin vínculo directo con la farándula, el deporte o la crónica roja— sólo el 12% (228 notas) está asociado temáticamente al desarrollo.

La tabla siguiente reproduce, según la prioridad otorgada al tema del desarrollo en cada caso, la distribución específica del total de materiales analizados:


PAÍS.... MATERIALES .....MAT. S/DES .....%
Brasil........260........................ 57 ...............22
Venezuela.294 .......................45 ...............15
Guatemala .72 ........................11 ...............15
Chile .........179 .......................22 ...............12
Perú ..........287 .......................33 ...............11
Bolivia .......248 .......................19 .................8
Ecuador ....408 .......................28 .................7
Argentina .210 .......................13 .................6
TOTAL ..1.958 .....................228


Como dato relevante del análisis de dichos materiales, se tiene que en la mayor parte de éstos el rescate periodístico del tema del desarrollo quedó supeditado a las posibilidades de encuadre político de sus manifestaciones. En el caso peruano, esta forma de presentar al desarrollo estuvo presente en el 62% de los materiales respectivos; en el boliviano, al igual que en el brasileño, en el 59%; en el venezolano, en el 49%, y en el argentino, en el 43%. Sólo en los casos guatemalteco, chileno y ecuatoriano predominó un encuadre concentrado más bien en los beneficios y beneficiarios de las políticas de desarrollo. De manera gráfica, la comentada predominancia general del encuadre político dado por los diarios latinoamericanos al tema del desarrollo puede ser presentada como sigue:

Otros encuadres 57%

Encuadre político del desarrollo 43%

(Sobre el ciento por ciento de los materiales considerados en el estudio)

En lo que se refiere a las características técnicas del tratamiento dado por cada uno de los periódicos a los materiales sobre desarrollo reconocidos en el estudio, se tiene que sólo 11 de cada 100 notas identificadas aparecen en primera página (espacio de un impreso reservado a los materiales considerados de mayor relevancia periodística). Guatemala encabeza la lista con un 45% de sus notas sobre desarrollo presentadas en dicho espacio de privilegio, por encima de Brasil (28%), Argentina (8%), Bolivia (5%) y Venezuela (4%). Perú, Ecuador y Chile, en ese orden según el número de notas representativas, cierran dicha lista sin ningún material destacado.

Salvo un caso excepcional dentro de los ocho países comprendidos en el estudio, en el día elegido para el estudio, la correspondencia entre reporte informativo y valoración opinativa vía editorial fue poco menos que inexistente. En efecto, sin mencionar el caso brasileño —en el que la relación entre información y opinión editorial es igual a 1, dentro de un panorama global conformado por 53 reportajes, 2 notas informativas y 2 editoriales—, los demás países reflejan un marcado predominio del tratamiento periodístico eminentemente informativo del desarrollo. Así, por ejemplo, en Guatemala, que sigue de lejos a Brasil, la comentada relación nota informativa/editorial es de 6 a 1; en Chile, de 13 a 1, y en Perú, de 30 a 1. En el extremo restante, en los totales nacionales de materiales sobre desarrollo de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, la editorialización del desarrollo no sube de cero.

Este panorama sirve de encuadre general al resultante de la observación sobre la forma en que los impresos consignados tratan periodísticamente a las manifestaciones del desarrollo. A cuenta de singularidades nacionales en este orden, se tiene que en 6 de los 8 países, y en una parte representativa del periodismo impreso, es común y hasta predominante la simple descripción del hecho que encarna la filosofía y/o dinámica del desarrollo. Este rasgo es propio de Guatemala (país en el que en el 36% de los materiales identificados el emisor se limita a describir hechos), Ecuador (con un 82% expresivo de igual acción), Argentina (85%), Venezuela (91%), Perú (94%) y Bolivia (ciento por ciento). Están al margen de ese grupo Brasil, cuyo 58% muestral refleja un trabajo de análisis e interpretación del alcance o significación de los hechos recogidos por sus diarios, y Chile, que presenta un 50% de casos similares en su cuota periodística individual.

Lo dicho es clave para comprender, además, por qué en 5 de los 8 casos nacionales es mayoritario un tratamiento informativo sin la necesaria explicación de fondo a propósito del hecho reportado. En detalle, en el ecuatoriano, este rasgo alcanza al 39% de los casos; en el venezolano, al 67%; en el argentino, al 77%; en el peruano, al 79%, y en el boliviano, al ciento por ciento. Complementariamente, en el 54% de los materiales de Guatemala se observa la existencia de un destaque de situación, y, en los de Chile, este mismo rasgo alcanza a un 27%. Como en otros casos, Brasil queda fuera de esta caracterización: el 56% de los materiales identificados en los exponentes de su prensa cuenta con un fondo explicativo sobre los antecedentes y/o alcances del hecho reflejado en sus páginas.

En todo caso, más que la en general escasa relevancia que alcanzan el desarrollo y sus manifestaciones concretas en las páginas de los diarios de algunos países latinoamericanos, lo que los anteriores datos revelan es un efecto de indirecta “devaluación” valorativa y técnica de lo político como elemento de encuadre informativo y/u opinativo del desarrollo. En detalle, la relación que sustenta este efecto se puede resumir en la existencia de una mayoritaria preferencia mediática por la representación política del desarrollo y, en contraste con ello, la constatación de una reducidísima presencia temática del desarrollo en primera página, una prácticamente común proscripción del mismo de la agenda editorial diaria o una extendida coincidencia en dar a sus manifestaciones un tratamiento apenas descriptivo.

Por lo demás, el comentado efecto cobra ribetes irónicos si, para cerrar el eslabón, se trae a colación el hecho de que la importancia específica de las manifestaciones del desarrollo difícilmente podría ser calibrada sin un adecuado enfoque político que sirva de encuadre a sus tanto probables como deseables alcances.

Por donde se lo vea, una auténtica paradoja moderna.


__________________



(*) Profesor guía y responsable de monitoreos del ONADEM para la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios.

25 de agosto de 2008

POLARIZACIÓN INFORMATIVA EN LA COBERTURA TELEVISIVA DE LOS REFERENDOS PRO AUTONOMÍAS DEPARTAMENTALES

Sandra Villegas Taborga[1]

Bolivia ha vivido cinco procesos electorales entre mayo y agosto de este 2008, eventos que se han realizado en medio de la situación enfrentada entre el gobierno nacional refrendado con el 67% de aprobación al mandato presidencial de Evo Morales y la oposición, representada por 4 prefectos también ratificados por el voto. La incertidumbre respecto a la resolución de la crisis política en el país está latente, alimentada también por la información polarizada brindada por los medios de comunicación, de los cuales el más cuestionado por la ciudadanía es la televisión.

El análisis de la cobertura informativa de los noticieros de televisión que efectuó el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM)
[2] en mayo y junio de 2008 sobre los Referendos por Estatutos Autonómicos en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija demostró que hubo una agenda mediática supeditada a la agenda política así como la contraposición de dos tipos de discursos polarizados de acuerdo con el alineamiento mediático a favor o en contra de los referendos.

Cuando uno escucha dos versiones diferentes sobre un mismo hecho, le queda la duda de cuál será la verdad y quién la dirá, quedando la incertidumbre como consecuencia lógica.

Poca idea podrá hacerse un ciudadano de lo sucedido con las informaciones de los medios y el desconcierto trasciende las fronteras para el boliviano que vive en otro país.

Lo evidente es que las noticias según el canal (privado o estatal) que se elija mostraron dos caras de la moneda, dos “realidades” totalmente diferentes.

Varios canales de televisión privados resumieron las jornadas electorales así: “éxito y tranquilidad de la jornada democrática” o “la contundente victoria del Sí en rechazo al gobierno”. Los hechos de violencia suscitados, en especial el 4 de mayo, fueron calificados como “aislados”. En el otro extremo, en la televisión estatal (Canal 7) el primer referendo fue calificado como “consulta ciudadana” y su realización como “rotundo fracaso”, a la vez que la participación en la votación fue descrita como “alto ausentismo”.

El discurso sobre la legalidad y derecho democrático de las regiones a través de los referendos (canales privados) contrastó así con el relativo a la ilegalidad y el fraude “organizado por los cívicos y prefectos” (canal estatal y un par de canales privados afines de alcance local).

El espectáculo primó en las coberturas porque los heridos, la violencia y los sucesos inciertos fueron magnificados para hacer noticia. Un ejemplo para muestra: mientras la mayoría de los canales privados anunciaban la detención de Amadeo Amorin (presentado incorrectamente como Viceministro) por portar material electoral en un vehículo junto a otras dos personas, el canal estatal explicaba que Amorin había encontrado papeletas marcadas con el Sí y las llevaba ante la justicia como prueba del fraude organizado en el referendo en Santa Cruz. Luego de hacer seguimiento al hecho se supo que no era un viceministro sino un ex funcionario de gobierno (error de los canales privados); sin embargo, llamó la atención que en noticias posteriores se habló de escándalos desatados por diputados de la oposición en los juzgados, que los procedimientos judiciales fueron obstruidos y que Amorin habría gozado de protección por instrucciones del gobierno.

Las imprecisiones de este tipo fueron magnificadas por la difusión de información no confirmada como la muerte de un anciano (4 de mayo) como producto de enfrentamientos de jóvenes de la Unión Juvenil Cruceñista y adherentes del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) en el Plan Tres Mil. El Canal 7 mostraba al Ministro de Gobierno, Alfredo Rada, brindando amplias explicaciones sobre el hecho y anunciando investigaciones posteriores, minimizando el fallecimiento hasta evaluarlo. Sin embargo, luego se supo que el anciano falleció por causas naturales. En esa misma fecha, un canal privado anunció la muerte de dos niños como resultado de la violencia desatada, pero este hecho nunca fue confirmado.

Mientras Canal 7 deploraba la participación de una niña de 14 años como jurado electoral, PAT y Bolivisión anunciaron la detención de 30 jóvenes unionistas como noticia de último momento, situación que no se desmintió al comprobarse que no había sucedido tal hecho.

Los canales privados UNITEL y RED UNO minimizaron los cabildos organizados en El Alto y Cochabamba en contra del referendo cruceño y Canal 7 habló de “multitudinarias marchas y movilizaciones”. ¿A quién creerle? Lo cierto es que las verdades se dijeron a medias, se maximizaron o minimizaron según el lente con que se miraba, elaboraba y difundía la noticia.

Volviendo a los resultados generales para las fuentes informativas, el estudio del ONADEM identificó que existió un 51% de fuentes que apoyaban a los referendos, un 32% que los cuestionaban, un 11% de fuentes más imparciales y un 6% de fuentes sin identificar.

Como parte de la cobertura, sobre todo en los canales, se invitó a diversos personajes (78 en total) como “analistas políticos” –en su mayoría varones– para evaluar la coyuntura. Sin embargo, muchos de ellos no guardaron el equilibrio ni la distancia necesarios para evaluar, orientar o complementar la información proporcionada. También los discursos de los comentaristas y analistas se alinearon a favor o en contra de los referendos; escasos fueron los mensajes conciliadores que convocaron al diálogo y la concertación.

Los aciertos

Varios medios trabajaron en red para optimizar recursos y potenciar su impacto. Los despliegues técnicos de la TV privada mostraron importantes innovaciones en materia de escenografía, tecnologías, desplazamientos para contactos en directo y presentación gráfica de resultados.

La excepción —presente en algunos medios y en pocos momentos— fue la cobertura informativa plural, equilibrada, con la presencia de analistas y fuentes que expresaran la variedad de puntos de vista y reflejaran la complejidad del tema.

Pero además del discurso, la parte técnica y el despliegue humano y tecnológico de las coberturas informativas probó haber avanzado positivamente. Los equipos de prensa trabajaron con al menos 6 periodistas y destinaron de 3 a 4 unidades móviles con corresponsales desde el lugar de los hechos; hubo un promedio de 5 despachos desde áreas rurales y 4 desde barrios fuera de los centros urbanos. Las cadenas nacionales de televisión retransmitieron en directo desde sus estudios en Santa Cruz, La Paz y Tarija con permanentes contactos con Cochabamba, Oruro, Trinidad, Cobija y Sucre.

A su vez, algunas redes de televisión trabajaron con empresas encuestadoras: IPSOS, Apoyo, Opinión y Mercado (ATB); Equipos Mori (UNITEL); Captura Consulting (PAT); y Focaliza (Red Uno).

En síntesis

La cobertura informativa televisiva fue sesgada, poco plural en cuanto a temas, fuentes y posiciones. No existió equilibrio informativo, se apoyó o cuestionó explícitamente los referendos.

Se puede decir que no se utilizó un lenguaje que haya contribuido a que la gente pudiera comprender la complejidad de la composición de la sociedad boliviana actual, sino que más bien se llevó a simplificar las posiciones de la población usando el esquema protagonista-antagonista en la construcción noticiosa.

La cobertura periodística, en líneas generales, no contribuyó a dar insumos noticiosos y de análisis para que la población reciba una información plural y precisa que le permita tomar decisiones y formar su criterio libremente sobre un tema de interés público.




[1] Coordinadora Metodológica del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM).

[2] Una iniciativa de la Fundación UNIR Bolivia y la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación (ABOCCS) desde abril de 2006.

7 de agosto de 2008

La necesidad de la calidad en la información noticiosa sobre las personas con discapacidad

Por José Luis Aguirre Alvis*

En los últimos días en el país se ha originado un incesante así como inusual caudal informativo en los diferentes medios de difusión masiva a raíz de la demanda del Bono de Equidad ofrecido por el Gobierno boliviano al sector de la discapacidad hace más de un año.

Esta circunstancia nos ha dejado particularmente conmovidos ya que son pocas o raras las ocasiones en que este colectivo concentra la atención de los medios de difusión en general. El hecho de ver reflejados rostros, escuchar algunos testimonios y hasta ver cómo los elementos básicos del respeto humano han sido transgredidos a través de una desmedida violencia contra las personas con discapacidad ha develado además una faz poco advertida de la discriminación que puede operarse contra este sector.

Esta forma de violencia también ha sido puesta de manifiesto a través del lenguaje informativo utilizado. Los medios han mostrado un sensible desconocimiento de la evolución dirigida al buen trato, relaciones de inclusión y equidad, además de operar la construcción informativa desde una ética de la diversidad y que especialmente en materia de las personas con discapacidad se ha venido gestando como parte del crecimiento democrático en el tiempo actual.

Así, llama la atención cómo se califica al sector de la discapacidad bajo términos que si bien en un amplio contexto informativo pudieran ponerse del lado de sus intereses desde el lenguaje lo menosprecian y disminuyen, quitando a sus miembros, de forma inversa, su valía como personas.

La batalla por las reivindicaciones sociales también va de mano del lenguaje. Los movimientos de las personas con discapacidad en foros mundiales y en espacios de debate democrático ya han hecho notar acerca del cuidado que debe darse desde los medios en el uso de los adjetivos que se les atribuye. Así, expresiones como “los deficientes”, “los discapacitados”, “los minusválidos”, y como se ha escuchado en estos días “personas especiales”, y “personas diferentes” son las que reproducen justamente el estereotipo de su presunta invalidez.

La estigmatización de la discapacidad ha hecho que se substituya la persona, el sujeto y su identidad a través de instrumentos, adjetivos y formas que deterioran su imagen; la forma reconocida hoy para referirse a esta población es la de “persona o personas con discapacidad”.

Este no es un caso de forma lingüística sino concierne a la salvaguarda de la sustantividad de la persona y al reconocimiento integral de sus derechos. Las personas con discapacidad, durante muchos años y a través de sus organizaciones y movimientos asociativos, han luchado incesantemente por recibir un trato equitativo especialmente en lo que refiere al lenguaje que utilizan los medios de difusión a fin de evitar ahondar la discriminación que se opera hacia ellos y que se refuerza desde una imagen de carácter asistencialista, de benevolencia y lástima y que devienen en su marginación social.

En este sentido, cuando se informa utilizando la palabra y la imagen correcta sobre la temática de la discapacidad se logra educar a la sociedad, lo que normalmente conlleva un cambio de actitud que favorece la inclusión de estas personas. La discapacidad tiene una reconocida dimensión social, en virtud de ella y al margen de concesiones paternalistas o de juegos de mercadotecnia asistencialista demanda de la función informativa un trato correcto por su comunicación en igualdad de oportunidades.

Todos los que trabajamos directa o indirectamente en los medios de difusión y por una comunicación democrática tenemos la obligación de construir la realidad de modo que las personas con discapacidad se vean efectivamente reflejada como es, sin apasionamientos ni sensiblería pues al ser sujetos plenos de derechos también les corresponde el derecho a su justa representación y expresión así como a la canalización de su propia palabra.

El estudio de los medios sobre el tratamiento informativo que dan a la discapacidad fue iniciado en la agenda de la Universidad Católica Boliviana el año 2003 en oportunidad de realizarse el Primer Seminario Taller Internacional sobre Medios de Comunicación y Discapacidad.

En el evento se expuso un primer estudio sobre el tratamiento de los medios impresos nacionales constatándose que los mismos no habían superado desde el lenguaje una postura de conmiseración y desconocimiento de la realidad de las personas con discapacidad. Se evidenció así la presencia de estereotipos, imágenes distorsionadas y la reproducción de la postura del modelo médico que sienta sus bases en la enfermedad y no así en la persona como sujeto social e integral.

Desde este evento se han promovido acciones de sensibilización hacia los comunicadores e informadores así como con la propia presencia de los sectores de la discapacidad en la elaboración de una Guía de Comunicación Inclusiva además de pautas para una ética y manejo del lenguaje inclusivo desde la diversidad. Entre las pautas que dan estos instrumentos aparecen constataciones y recomendaciones como las siguientes:

- Siendo los medios de difusión un vehículo importante para la participación pública su contribución para dinamizar la presencia de las personas con discapacidad se constituye en una prioridad para alcanzar su ejercicio ciudadano.

- La información sobre las personas con discapacidad debe enfatizar las facetas positivas, las potencialidades, los logros y avances, además de sus cualidades humanas, especialmente su interacción en y con la comunidad.

- Desmontar falsas creencias, mitos y prejuicios sobre la discapacidad para ayudar a romper con la conceptualización asistencial hacia este sector.

- Alejar la discapacidad de la crónica roja rompiendo el falso vínculo violencia-enfermedad.

- Dejar hablar a los protagonistas, para potenciar la información individualizada que pueden aportar las propias personas con discapacidad como herramienta para crear una imagen positiva.

- Contextualizar y contrastar la información desde las propias personas con discapacidad.

- Contrastar las noticias institucionales y del mundo médico-científico con las versiones de las personas con discapacidad y sus organizaciones.

Estos elementos abren la oportunidad de mejorar la calidad de la información sobre la discapacidad desde un tratamiento equitativo, ético y participativo. Considerándose aun más que en Bolivia este sector representan el 10 por ciento de sus población total, según las estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud.

· Proyecto ”Por el derecho a la comunicación e información de las personas con discapacidad.” Universidad Católica Boliviana “San Pablo” – SECRAD (La Paz).
secrad@ucb.edu.bo
www..secrad.ucb.edu.bo

28 de julio de 2008

"Periodismo" yatiri

Francisco Rubén Sosa Grandón

Reviso los títulos de los periódicos locales de Cochabamba del día sábado 26 de julio. Recuerdo la intervención de una periodista-docente que, en el taller “Un día en las noticias de prensa, radio y televisión”, que organizó el Observatorio Nacional de Medios el miércoles 23 de julio por la tarde, concluyó –refiriéndose a unas muestras de radio y televisión– que no era oportuno analizar con criterios periodísticos discursos que no constituían “piezas periodísticas”.

El cuerpo B del periódico estándar de la región contiene una nota que titula: “Aumentarán producción en Camiri”; una nota breve dice: “Paraguay no abandonará el MERCOSUR pese a descontento”. En la sección Deportes encuentro: “Vargas y Colque jugarán en el mundial de Chile” y “San José no podrá jugar en el Bermúdez”. En el cuerpo central del tabloide, tres notas titulan: “Darán la harina subvencionada a juntas vecinales y reclusos para que hagan pan”, “Consejo de la UMSS definirá si habrá incremento salarial” y “Chávez venderá a España 10.000 barriles diarios a $us 100 a cambio de tecnología”.

Estos ejemplos, afortunadamente en temas relativamente intrascendentes, demuestran que algunas veces los periódicos también incluyen discursos que ignoran criterios básicos del Periodismo informativo. Los encabezamientos, específicamente los títulos, constituyen narraciones del periodista, quien tiene la misión de informar sobre acontecimientos pasados o (en radio y en televisión) presentes, nunca sobre hechos por ocurrir, por “evidentes” que parezcan.

Los periodistas no tenemos más alternativa que informar a la población sobre lo que ha ocurrido y, por lo tanto, sobre lo que es posible comprobar. Anticiparse, es decir, “narrar” en futuro, le corresponde a los yatiris. Si no cuidamos este detalle, más allá de usurpar el rol de los adivinos andinos, corremos el riesgo de hacer publicidad o propaganda, en vez de Periodismo.

En la nota: “Aumentarán producción en Camiri”, una fuente parcialmente identificada afirma que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) inició el traslado de torres de perforación desde Arica al campo Víbora, en Camiri. ¿Cuál es el hecho noticioso? El traslado de tal maquinaria; pero no merece una nota de tres columnas, menos con una fotografía que muestra un letrero de YPFB. ¿Qué efecto tiene el título? ¿A quién beneficia?

La nota breve que titula: “Paraguay no abandonará el MERCOSUR pese a descontento”, reproduce una declaración de Alejandro Hamed, Canciller designado por el presidente electo de Paraguay. Se trata de una cita de una fuente que aún no ha asumido su cargo. ¿Interesa en Bolivia? Poco, lo más probable es que simplemente se trate de una nota de “relleno”, sin mayor interés para el lector cochabambino.

Detrás de “Vargas y Colque jugarán en el mundial de Chile” existe una evidente, aunque no necesariamente premeditada, intención por favorecer al dúo Vargas-Colque. La nota sólo reproduce citas del “pelotari” Gonzalo Vargas, quien anuncia su participación en un “torneo mundial de pelota de mano” en “reemplazo de…, quienes renunciaron jugar el certamen por diferentes motivos”. Ningún dirigente de alguna federación, asociación o club de pelota vasca anuncia la participación de Vargas y Colque. El periodista reproduce un anuncio sin verificarlo con una fuente confiable.

“San José no podrá jugar en el Bermúdez” constituye una deducción del periodista. La nota reproduce las declaraciones de un dirigente, Felipe Rodríguez, cuyo cargo se omite, quien informa que el “Comité Técnico de la Liga” inhabilitó el estadio Jesús Bermúdez de Oruro por “los sucesos registrados el domingo pasado, durante el partido entre San José y La Paz Fútbol Club”. Una cosa es que inhabiliten el estadio y otra, distinta, ¡pobres fanáticos “santos”!, que San José “no podrá jugar” en el estadio orureño.

La nota titulada: “Darán la harina subvencionada a juntas vecinales y reclusos para que hagan pan” amplifica una advertencia implícita. Reproduce las declaraciones de una funcionaria del PL-480, quien declara tal amenaza porque “los panificadores reciben la subvención, pero no bajan el precio [del pan]”. La nota no incluye la contraparte de los dirigentes de los panaderos. Así, los periodistas se alinean con una de las partes. ¿Son conscientes de ello?

En la nota “Consejo de la UMSS definirá si habrá incremento salarial”, simplemente se reproduce, con forma de relato, una paráfrasis del Rector de San Simón, Juan Ríos. ¿Cuál es la noticia? Docentes y administrativos de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) saben que incrementarán sus salarios, la discusión es en qué porcentaje. Además, estas decisiones siempre son responsabilidad de los consejos universitarios. Simplemente se trata de un anuncio que no merece ser apertura de página a cuatro columnas.

Finalmente, el título: “Chávez venderá a España 10.000 barriles diarios a $us 100 a cambio de tecnología” contiene una anfibología: ¿10.000 barriles diarios a $us 100? Además, sólo da cuenta de que los presidentes de España y Venezuela “acordaron” la organización de un grupo de trabajo. ¿Ocurrirá lo que anuncia el título? El tiempo lo dirá; por el momento, solamente se trata de una “carta de intenciones”.

Estos casos nos demuestran que detrás de títulos con formas verbales en futuro se encuentran limitaciones profesionales relacionadas con la definición de la noticia, el enfoque de ésta y, en algunos casos, la búsqueda de información.

Los periodistas necesitamos convencernos de que, en prensa, es aconsejable evitar el futuro cuando se narra. Imaginen títulos como: “Los cocaleros bloquearán la carretera a Santa Cruz”, “Los movimientos sociales harán cumplir el referéndum”, “Los prefectos de la media luna impedirán la votación” o “La juventud cruceñista golpeará a los seguidores de Evo Morales”. ¿Tienen sentido? No, simplemente se trata de amenazas de algunas fuentes beligerantes que pretenden atizar conflictos. Por tal razón, los periodistas debemos remitirnos siempre a los hechos o a las declaraciones consumadas y, por lo tanto, verificables.

Los docentes que participaron en el taller “Un día en las noticias de prensa, radio y Televisión”, a propósito de ejemplos similares a los que expongo en estos apuntes, reflexionaron sobre el papel de las carreras de Comunicación en la formación de periodistas. ¿Cuánto podemos hacer los profesores de Periodismo y/o Redacción Periodística para superar el “Periodismo” yatiri? Bastante, es necesario contribuir a que los estudiantes, que prevean ser periodistas, piensen y vivan como tales.


El autor es Corresponsal del Onadem en Cochabamba.

23 de julio de 2008

Periodistas contra la pirámide

Erick R. Torrico Villanueva

Un elemento fundamental de la desfiguración del periodismo proviene de la “guerra” declarada por algunos informadores contra la estructura profesionalmente aceptada para organizar y comunicar una noticia: la pirámide invertida. Ésta consiste en que al inicio del relato se aporte los datos mínimos suficientes como para que el receptor sepa qué pasó o fue dicho, dónde, cuándo y quién proporcionó el informe o efectuó la declaración.

Es claro que si un mensaje no sigue esas pautas no llegará jamás a ser informativo. Así, si sólo se dijera “Renunció el ministro”, nadie sabría qué ministro ni comprendería cuándo, dónde o en razón de qué sucedió el hecho, aparte de que no entendería a qué renunció el personaje de referencia.

La técnica periodística recomienda, por eso, que se dé la información necesaria al comenzar —en lo que se llama la entrada o el lid de la noticia, y esto vale para prensa, radio, TV o Internet— y que luego se presente otros detalles: cómo ocurrió o fue dicho, por qué ocurrió o fue dicho, qué dijo la contraparte implicada y qué consecuencias supone el hecho o la declaración, aunque para esto hará falta acudir a fuentes precisas que evalúen y contextualicen la nota.

Pese a que todo lo anterior tiene una lógica poco discutible por su utilidad, algunos periodistas y profesores de periodismo decidieron convertirse en “renovadores” de los relatos noticiosos hasta el punto de casi hacerlos desaparecer. Están los que dicen que la “pirámide invertida está en desuso”, pasando por los que la desconocen, y están asimismo los que indican que la noticia no tiene que responder a seis preguntas básicas (qué, quién, cómo, dónde, cuándo y por qué) sino a siete o más.

Uno de los mentores —probablemente involuntario— de esa deformación de la estructura noticiosa es el español Álex Grijelmo, cuyo manual de periodismo (1997) dice que “la teoría de la pirámide invertida ha quedado anticuada” gracias (¡increíble razón!) a que con la computadora se puede cortar, mover o reescribir el texto de una noticia para acomodarlo al espacio o tiempo disponibles en el medio, lo que según él no se podía hacer en otros tiempos. Su segunda idea “original” es que las preguntas básicas deben ser nueve: a las conocidas agrega “según quién”, “para qué” y “cuánto”.

Olvidan algunos que el “para qué” fue sugerido 25 años antes por otro español, Gonzalo Martín Vivaldi, con el recaudo de que se use en textos analíticos y no apenas informativos, y no asumen que “según quién” redunda en el quién ya existente o que “cuánto” sólo sirve cuando se hable de la magnitud de las consecuencias de algo, esto es, otra vez en notas de análisis que difieren de la noticia. De igual modo, miran como “innovación” el hecho de que las respuestas “pueden ir desgranadas a lo largo de la información”, siendo que por ejemplo el boliviano Raúl Rivadeneira explicó ya en 19g77 la estructura escalonada que posee esas características sin prescindir de la entrada.

La cuestión no es quién es más creativo, sino simplemente que la noticia informe en consideración del tiempo y la atención de los receptores, con sencillez y precisión.

Habrá que decir “no hay nada nuevo bajo el sol” a la vez que pedir a muchos informadores que vuelvan a elaborar las noticias como se debe, ante todo en la TV y la radio. Aún se está a tiempo de evitar que con aires de “nuevo estilo” predomine una “pirámide pervertida” sobre la invertida.

9 de julio de 2008

Los leads de prensa: entre la “modernización” y la improvisación

Óscar J. Meneses Barrancos (*)

O la figura y valor técnicos del lead —primer párrafo que sirve de “entrada” en las noticias— han sido enriquecidos por nuevas fórmulas de encabezamiento de las notas periodísticas o se necesita más que una simple lectura para llegar a percibirlos, incólumes, en los textos informativos. Cualquiera de las dos presunciones es válida a la hora de intentar dar una explicación plausible a propósito de lo observado en 32 casos elegidos de una muestra de 16 diarios del país el 21 de noviembre pasado.

En un primer análisis, las mencionadas partes pueden ser consideradas a la luz de cuatro ‘miradas’, las cuales, si bien componen un mosaico ordenador preliminar de las falencias identificadas en aquéllas, integran elementos que hacen a la propia construcción (deseable) del mensaje periodístico. Dichas ‘miradas’, cuyo empleo en ese entendido obedece a un afán último de “zonificación” de los casos de inaplicación de la normativa advertidos, son las siguientes: estructura formal de la noticia, cualidad noticiosa, idea central y enfoque noticioso. A continuación se desarrolla las implicaciones de cada una de ellas.


Desdén por el complemento tiempo

A diferencia de otros identificables en la esfera del empleo del lenguaje y de los propósitos específicos del mismo en perspectiva de su función social, el mensaje noticioso —cuya expresión principal es la noticia— se caracteriza por ser claro, breve y, por cierto, completo. Esta última cualidad, que importa la provisión de los detalles —léase datos— indispensables para la comprensión suficiente de la noticia en consideración de su valor intrínsecamente informativo, descansa en buena parte en la presencia en el texto noticioso de cuando menos tres de los seis componentes estructurales básicos del mensaje mismo (qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué).

De modo coincidente, en los tres casos identificados para ejemplificar la formalización noticiosa poco ortodoxa advertida en los leads de la muestra, la información ligada a lo temporal es uno de los elementos que se echa de menos. Si bien la forma pretérita indefinida del verbo elegido para dar cuenta de los consabidos hechos permite, sin lugar a dudas, descartar que su ocurrencia tenga relación alguna con el ahora (‘hoy’), queda en cambio la duda, por la incidental ausencia del ‘cuándo’, de si el acontecimiento motivo del relato sucedió ‘ayer’, ‘anteayer’ o, por qué no, incluso ‘en la madrugada’. El siguiente es uno de esos tres casos hallados:


La noticia (des)empleada

La cualidad noticiosa se mide por el grado de afectación que pueda alcanzar el reporte de un determinado acontecimiento. En este cálculo intervienen tres factores que componen esa condición: actualidad, novedad e interés. Si bien es cierto que ni la dinámica de los hechos ni aun su posterior procesamiento periodístico suelen satisfacer invariablemente la globalidad de dicha tríada, no es menos cierto que lo que en todo caso va contra esa cualidad del producto noticioso es el ofrecimiento, con pretensión informativa, de relatos ‘intemporales’ por la condición no privativa de su referencialidad atribuida, ‘perpetuos’ por el consabido significado y/o trascendencia del tema destacado, o ‘focalizados’ por lo periférico del sentido del mensaje producido.

Entre los casos advertidos en relación con este punto, las entradas noticiosas presentan como información de actualidad temáticas más bien coyunturales cuando no endémicas, involucran afirmaciones que valen independientemente de cualquier tratamiento noticioso o dan carácter de este corte a sucesos intrascendentes en una proyección pública. Las siguientes reproducciones muestran de manera respectiva lo dicho:





Un inacabable tren

Si a algo no se puede renunciar en la factura noticiosa, ni siquiera con cargo a los requerimientos propios de un tema de por sí complejo en torno al cual gire la versión narrativa, es la composición de un mensaje claro. Varios elementos —ideas—dentro de una misma oración, muchas veces ya ni en satisfacción de los seis elementos estructurales del lead, predestinan al texto noticioso a tal renunciamiento. El resultado de ello, una especie de aglomeración de datos que pugnan por concentrar al qué de la noticia, no resulta sino en un relato internamente disgregado e integralmente disperso.

Mediante la observación de los leads se halló que en los primeros párrafos de las noticias suelen incorporarse hasta seis ideas no necesariamente de inserción imprescindible. El siguiente caso es elocuente:





Con la brújula sumergida

Una cuestión básica para procesar los datos disponibles para la composición de la nota informativa es la aplicación de eso que se llama enfoque noticioso, esto es, la lógica de la que parte el periodista para tomar contacto con una situación potencialmente noticiosa y que, con fines informativos, recrea en el procesamiento técnico de los datos correspondientes. De ahí que en una noticia se encuentre o no el mencionado enfoque depende de la capacidad de hallar, como en un juego de figuras escondidas, aquello que representa, a todas luces, el factor-noticia.

Dentro del grupo de leads sometidos a observación, el factor-noticia aparece des-enfocado por observaciones indirectas o, incluso, por sentencias que direccionan desde un inicio la proposición ofrecida. Como en el caso que sigue, en el que el factor-noticia —el inicio de medidas de presión por parte de dirigentes— da sentido a la información apenas desde el segundo plano:



Por lo evidenciado, resulta que el hecho de que el periodismo escrito, salvando toda suerte de interesados argumentos sobre presuntas “superaciones estilísticas” en la tarea de redactar la noticia, está renunciando en la práctica a uno de sus más reclamados fundamentos: informar con prontitud, precisión y brevedad. Y si cabe transar una causa común con el lector sobre cada una de las apreciaciones hechas, habrá que empezar reivindicando el hecho de que la lectura sigue sirviendo, afortunadamente, para notar sentidas ausencias.


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(*) Responsable de monitoreos de prensa del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM)-La Paz. Docente universitario.