29 de noviembre de 2013

Escasa producción periodística guaraní en Santa Cruz


Jenny Ampuero[1]

Ñande Ñee: la voz que grita… La voz que reclama ¡queremos!
(“Tío” Martín, líder guaraní)
Los guaraníes son uno de los pueblos indígenas más significativos de América del Sur. Concretamente, en Bolivia, es el tercero en importancia después de los quechuas y aimaras. El 1% de la población boliviana habla guaraní, cuya tendencia es ascendente por un lado, por los programas de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y, por otro; debido a las nuevas políticas gubernamentales.
Sin embargo, pese a la importancia de esta nación indígena, la producción periodística en idioma guaraní es escasa en área urbana y, paradójicamente; en el área rural, tal como se ha podido evidenciar en la investigación efectuada en la ciudad de Santa Cruz y la provincia Cordillera del departamento, precisamente con el objetivo de indagar la producción periodística en guaraní.

Producción periodística guaraní en la ciudad de Santa Cruz:
Programa periodístico guaraní Ñande Ñee “Nuestra palabra”
En el estudio mencionado, se encontró la producción de un programa periodístico radial en idioma guaraní que subsiste en la actualidad. Se trata de la revista informativa Ñande Ñee “Nuestra palabra”, que se difunde desde hace 5 años a través de Radio Santa Cruz A.M.; producido por la ONG “Formación Solidaria” (FORMASOL)[2], y la dirigencia de la capitanía del área integrada de Santa Cruz del pueblo guaraní, ZONACRUZ, a través del “Tío” Martín Carayuri (sabio indígena guaraní) y su hija, Marilyn Carayuri, quienes a su vez, hacen la locución del programa en lengua guaraní. De manera paralela, se lleva a cabo la formación de líderes indígenas guaraníes en el área de producción periodística en diversos formatos.
En Ñande Ñee, los temas más enfatizados en el programa son: economía, seguido de organizaciones indígenas y el análisis político de coyuntura. Le sigue en importancia una de las preocupaciones ancestrales de esta nación indígena: Tierra/Territorio y en menor importancia el análisis de la autonomía departamental, local e indígena.
Es importante destacar la centralidad a problemas/actores de su entorno cercano. Lo nacional pasa a un plano de menor importancia. Los actores y fuentes de información de mayor mención en Ñande Ñee son los líderes indígenas y autoridades locales, muy por debajo departamentales y nacionales. El presidente Evo Morales no fue citado en ninguna nota.
Además de Ñande Ñee, durante el seguimiento a los medios de comunicación (radio y televisión) en la ciudad de Santa Cruz, se pudo determinar que, existen espacios radiales donde se emite (pero no se produce) información en idioma guaraní. Por un lado, se encuentra la Red Patria Nueva que a través del Sistema de la Red de Radios de los Pueblos Originarios coordina con radios de las diferentes comunidades, la emisión de noticias en guaraní. Por otra parte, se encuentra la Radio Santa Cruz, afiliada a la Red ERBOL, que emite el informativo guaraní nocturno (martes a Viernes), producido por radio Parapetí, de la ciudad de Camiri. Los contenidos y recursos radiales, fueron analizados en el área de producción, es decir, en la provincia Cordillera.
Por otro lado, una mirada retrospectiva en el estudio, permitió detectar algunas experiencias importantes en la producción periodística en guaraní, empero, de corta duración, tal es el caso del Informativo Trilingüe” (1984), emitido en castellano, quechua y guaraní, y; el Informativo Indígena Guaraní (1996) producido por el el Teko Guaraní[3]. Ambas experiencias fueron emitidas a través de Radio Santa Cruz. Un antecedente más cercano, fue el programa “Jóvenes Indígenas”, difundido por Radio “Alternativa” durante tres meses en el año 2012.
Próximamente: oferta periodística televisiva en guaraní: Con el objetivo de ampliar esta oferta periodística al ámbito televisivo en septiembre del 2012, la empresa estatal de Televisión Bolivia TV y la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) firmaron un convenio marco con la finalidad de propiciar la producción informativa en lengua guaraní para preservar la forma de ser del pueblo Guaraní, su Ñande Reku. En mencionado convenio se establece la capacitación en producción audiovisual, la producción televisiva en guaraní y la implementación de una antena en Camiri.

Producción informativa en guaraní: Área rural
La producción informativa está vinculada a la máxima instancia política y administrativa del pueblo Guaraní: la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), que a su vez es parte de la Confederación de Pueblos Indígenas del oriente Boliviano (CIDOB). Al interior de esta organización, la APG tiene una unidad de comunicación que trabaja en coordinación con para la coordinación de la Red Guaraní de Comunicación (RGC), cuyo ente principal de acción es la Radio Parapetí, centro de la actividad radial del pueblo Guaraní. Sus producciones en periodísticas en guaraní, son:
a.      Revista informativa de 09:00 – 10:00 principalmente en español, aunque ocasionalmente difunden entrevistas en guaraní con Mburuvichas[4] o capitanes zonales.
b.     Revista informativa “Contacto” emitida de 10:00 a 10:30 en la radio Parapetí.
c.      En la red ERBOL se emite el Resumen Informativo Guaraní, todas las noches de 19:00 a 19:20 y en Radio Santa Cruz en el horario de las 14:45 hasta las 15:00, acorde a lo que se vio en el análisis de la producción informativa urbana.
d.     En la Red ERBOL, se emite la revista Informativa Guaraní “Yasereku” (Despertando), también bilingüe de 08:00 a 09:00 los días sábados, con el fin de hacer un resumen comentado de las noticias más sobresalientes de la semana. Esta revista incluye notas de opinión, entrevistas y otros sobre temas de interés coyuntural como el censo, la Carta Orgánica, las Autonomías Indígenas, cultura, etc. Estos espacios informativos son bilingües
Además de la Red Guaraní, se encuentra la Radio Aguaragüe en el municipio de Charagua. No está afiliada a la Red de Comunicación Guaraní pero está realizando las gestiones para ser miembro. Hasta noviembre de 2012, producían informativos en guaraní, pero han sido suspendidos por falta de patrocinio, esperan retomar la iniciativa en el mes de enero de 2013.
En el mapeo que se hizo a programas radiales (no existe en otros medios) con cobertura en idioma guaraní en el área rural, se observó que la mayor producción informativa es realizada por la Red Guaraní de Comunicación (RGC), bajo la coordinación de la radio Parapetí, en la ciudad petrolera de Camiri. Esta red está compuesta a su vez de siete emisoras[5] que envían sus despachos para ser difundidos a nivel local, regional y nacional.

Características de la producción periodística en guaraní: área rural
A partir del monitoreo efectuado, se determinó que; acorde a la estructura organizacional, la radio Parapetí, es la emisora líder en la trasmisión de programas informativos, mismos que son producidos de manera conjunta con las radios miembros de la red, que trabajan mayormente como corresponsales a través de los enlaces. El género informativo utilizado es el noticiero. En menor proporción está la revista informativa, transmitida los días sábados. Es un compendio de noticias de interés de la semana, con una variedad de música, entrevistas y análisis político de temas de coyuntura.
Al ser la radio Parapetí el centro de producción/difusión de la información guaraní, las radios de las demás comunidades son enlaces, por lo que los contactos provinciales permiten una constante interacción. Este hecho resalta que gran parte de los municipios tengan información de los diferentes municipios, siendo Boyuibe el líder de los contactos. Sin embargo, la conexión Departamental, es casi nula. Este es un dato interesante porque se puede inferir que los guaraníes, tercer pueblo indígena en importancia del país, tienen muy poca interacción con el resto del país, solo se encontraron dos contactos en el monitoreo, uno con Chuquisaca y uno con Potosí. Con la sede de gobierno, fuente principal de información, no se encontró ni un solo contacto.
Los horarios de emisión se realiza en dos franjas horarias: la primera en la mañana (05:15 – 12:00) y la segunda en la noche (20:00-21.30). En este horario se transmite el informativo guaraní, pero este solo tiene un alcance de 80 Km. alrededor de Camiri. Es el programa de mayor acogida principalmente por las autoridades locales. La proyección es la de ampliar la cobertura.
En relación a los recursos radiofónicos, se pudo percibir que la entrevista es un recurso poco utilizado, estas sólo aparecen en circunstancias muy extraordinarias, probablemente por la ubicación de las emisoras en lugares distantes a los hechos noticiosos. Asimismo, las llamadas telefónicas de interacción con la audiencia son nulas, probablemente debido al costo de las llamadas y a que varias emisoras no cuentan con los soportes técnicos requeridos. El idioma de transmisión es español-guaraní. En el monitoreo, se detectó que del 31 al 60% de la emisión es en idioma guaraní exclusivamente. Los productores atribuyen como causa fundamental de este hecho que la mayor parte de la audiencia se encuentra en ciudades intermedias y/o comunidades donde predomina el español. El uso de la música como recurso es solo para caracterizar el programa, no suelen poner una canción completa, y en porcentaje elevado la música de preferencia es la originaria del Chaco.
Periodistas Guaraníes: varones, las mujeres ocupan un lugar significativamente más bajo que los varones cuando se trata de realizar la transmisión de los programas. Solo en un programa se detectó que la conducción es compartida. En relación a los corresponsales, oscila entre 2 a 6 personas, de los cuales, el 30% son mujeres. Las emisiones de las radios afiliadas, no cuentan con servicio de corresponsalía.
Sobre los actores de la noticia, en el monitoreo efectuado, tuvieron mayor relevancia las autoridades locales. Asimismo, las fuentes de información predominantes son los dirigentes sociales, representantes de la sociedad civil y; en tercer lugar, están los líderes políticos. Este dato es coherente con esa pretensión de las emisoras guaraníes de privilegiar la información local frente a lo departamental o nacional. Por último, es importante destacar que los temas de mayor cobertura: educación y salud, Este dato es importante tomando en cuenta que el pueblo guaraní estuvo a la vanguardia en la lucha por los programas de Educación Intercultural Bilingüe (EIB).
La reconocida frase de los guaraníes de “La lucha hoy no será más con arco y flecha, sino con pluma y papel” haciendo referencia a la educación, también debiera aplicarse a la apropiación mediática. El pueblo Guaraní, reconocido como un pueblo guerrero, podría aprovechar los espacios de los medios tradicionales y las nuevas tecnologías de comunicación para dar a conocer su voz, sus problemática, su cultura. Se ha podido observar al respecto, que los programas que emiten no tienen enlaces con otros departamentos, ese aislamiento a nivel nacional debe ser superado y creemos que los medios son la mejor herramienta de interacción.


Fuentes Consultadas


CIPCA. (2008). Diagnóstico sobre el desarrollo rural del Chaco Boliviano. Santa Cruz, Cordillera, Bolivia.
Diez Astete, A. (2011). Compendio de etnias indígenas y ecoregiones. La Paz: Plural.
PNUD. (2010). Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010. PNUD. Costa Rica: EDITORAMA.
Riester, J. (2008). Pueblos Indígenas de las Tierras Bajas de Bolivia. Santa Cruz.
Teko. (2012). TEKO GUARANI. Recuperado el 14 de Noviembre de 2012, de http://www.tekoguarani.org/
Teko Guaraní. (2002). Red Guaraní de Comunicación: 7 años uniendo al Chaco. Camiri: s.e.




[1] Jenny Ampuero, comunicadora y docente de la UAGRM, realizó esta investigación para el ONADEM de la Fundación UNIR.
[2] FORMASOL es una Organización no Gubernamental fundada en 1996, sin fines de lucro que apoya a la formación de comunicadores indígenas del departamento de Santa Cruz, capacita a periodistas de radio en provincias, forma locutores-productores de radio e investiga sobre la situación de los indígenas Guaraní que dejan sus comunidades de origen para irse a la capital.
[3] Teko significa "cultura" y "modo de ser - sabiduría" relacionado a la identidad ancestral guaraní
[4] Son denominados Mburuvichas a los líderes indígenas que representan a las diferentes capitanías
[5] Ecco de Cuevo, Liromar y Emy de Muyupampa, María Reina de los Apóstoles de Monteagudo, la Voz del Sur de Macharety, Milenium de Boyuibe y Frontera de Yacuiba.

7 de noviembre de 2013

El incipiente debate boliviano sobre el Derecho a la Información y la Comunicación (DIC)

  Erick R. Torrico Villanueva  

La construcción plurinacional del Estado implica el reconocimiento efectivo y común de la diversidad tanto sociopolítica como económica y cultural de todos los pueblos que habitan el territorio boliviano. Ello, para lo que acá interesa, supone el establecimiento, garantía, vigencia y ejercicio de una serie de derechos fundamentales, individuales y colectivos, como también una voluntad política y otra social que promuevan y aseguren la interrelación respetuosa, propositiva y  preferentemente orientada al bien compartido entre los diferentes grupos sociales que conforman la población general del país.

Se puede decir, en ese sentido, que el marco general para que tal proceso de reconversión estatal se produzca está trazado en la Constitución Política del Estado Plurinacional puesta en vigencia el 7 de febrero de 2009, ya que en ese documento esencial está descrita la naturaleza del nuevo Estado en edificación así como están señalados los principios y valores que deben guiarlo, además de los derechos básicos correspondientes y de los aspectos primordiales de la organización del Estado y el funcionamiento de sus órganos nacionales, subnacionales y locales.

En lo que concierne a la cuestión de la interrelación, la Constitución incorpora dos elementos de la más alta relevancia: la interculturalidad y el Derecho a la Información y la Comunicación (DIC). En el primer caso, se trata de una apuesta por superar los límites del multiculturalismo, que se quedaba en una formalidad instrumentalizadora carente de la potencia del diálogo en igualdad de condiciones y de la participación informada; en el segundo, de una ampliación inédita desde los confines de la sola libertad de expresión, por lo general reclamada apenas por los responsables y los operadores de los medios de difusión, a la concepción de un derecho integral de todas las personas.

Así, las bases requeridas están echadas, aunque resta trabajar todavía en su perfeccionamiento, como también en el desarrollo de las voluntades antes mencionadas y en el de las suficientes condiciones materiales y humanas que las pongan en servicio de la construcción estatal a que se aspira. El caso del DIC, que aquí se aborda, es ilustrativo al respecto.

El DIC, otro escenario

            La constitucionalización del DIC –que en la Constitución es citado de dos modos: “el derecho a la comunicación y el derecho a la información” (Art. 106, parágrafo I) y “el derecho a la comunicación y a la información” (Art. 106, parágrafo III)– representa, sin ninguna duda, un cambio sustancial en la materia respecto de la tradicional garantía constitucional que se tenía para la libertad de expresión de toda persona (Art. 7, inciso b), que establecía el derecho “A emitir libremente sus ideas y opiniones por cualquier medio de difusión”.

            La modificación registrada, producto de al menos siete propuestas que organizaciones sindicales, profesionales y académicas del ámbito de la información y la comunicación y algunas personas individuales pusieron en consideración de la Asamblea Constituyente en 2006, es  muy significativa, ya que abre la posibilidad de expandir el alcance de los contenidos de ese nuevo derecho, quedando la libertad de expresión como uno de sus componentes y no como el único y privilegiado.

            En cualquier caso, y por ello se habló anteriormente de tener que perfeccionar la formulación de la norma, tanto la manera en que el DIC está referido en la Constitución     –primero como si se tratara de dos derechos y luego como si fuera uno, pero con prelación de la comunicación sobre la información­– como la forma en que están presentados sus elementos –con claro énfasis en la labor de los medios periodísticos y en las atribuciones de sus trabajadores– requieren de una más detenida reflexión que permita delimitar con mayor precisión los contornos de este derecho al igual que hacer explícitas sus potencialidades para toda la colectividad.

Hay, pues, un nuevo escenario, mas aún falta una trama consistente y la convocatoria a todos los actores relevantes.

Más de tres años de trayecto

            Con lo dicho hasta aquí, a poco más de tres años de vigencia de la nueva carta constitucional, es posible intentar traducir los rasgos principales que marcan la situación que se vive en  el país con relación al DIC: innovación normativa e importantísimo avance en la materia, insuficiente definición del nuevo derecho establecido, contradicciones y dudas en la elaboración de leyes relacionadas con el mismo, reducción del horizonte de garantías que le corresponde a la dualidad Estado-medios, cuestionamientos y resistencias de los mayoritarios medios privados, escasos conocimiento e interés de la población al respecto e incipiencia del debate público necesario.

            La incorporación del DIC en la Constitución hizo avanzar la normativa nacional sobre el sector y puso a Bolivia a la vanguardia en el campo del reconocimiento de los respectivos derechos fundamentales. No obstante, no se cuenta aún con un deslinde pertinente de su área de cobertura ni con una determinación precisa de las prerrogativas que supone ni de las responsabilidades que asimismo lo conforman.

            Proyectos de ley, leyes ya promulgadas y otras cuya consideración está anunciada que involucran aspectos del DIC generaron críticas e incertidumbre en particular entre organizaciones empresariales, sindicales y académicas del periodismo. Tres ejemplos paradigmáticos de esto fueron los siguientes: 1) el proyecto de la Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación, que finalmente fue aprobado y promulgado sin modificación alguna[1] y ; 2) la Ley del Régimen Electoral cuyo “régimen especial de propaganda para las elecciones judiciales”, pese a ser formalmente modificado, mantuvo restricciones contrarias al DIC[2]; y 3) el proyecto de Ley General de Telecomunicaciones, Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación y Servicio Postal, que en buena medida fue ajustado por la comisión parlamentaria encargada del tema luego de que recibiera diversos planteamientos de algunas organizaciones de la sociedad[3]. Otros casos polémicos, entre proyectos y anuncios, son los de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la “Ley de Internet” y la “Ley de Medios” (que, se dice, podría sustituir a la Ley de Imprenta vigente desde 1925).

            Las confrontaciones que se dieron respecto de las normas arriba indicadas acotaron el espacio posible de la discusión y lo limitaron a un desencuentro periódico entre el Estado regulador  –visto como censor por sus críticos– y los medios privados y periodistas             –autoconsiderados titulares y defensores de las libertades de expresión y prensa y calificados como “adversarios políticos” por representantes del gobierno–, con lo cual la naturaleza del DIC resultó desvirtuada por incomprendida.

            Ello dio lugar a una relación tensa entre las autoridades del Órgano Ejecutivo y algunas del Órgano Legislativo con los representantes de la Asociación Nacional de la Prensa, la Asociación Boliviana de Radiodifusión, la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, la Asociación de Periodistas de La Paz y, en su momento, la Confederación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Bolivia. Esa relación tuvo lapsos de clímax, sobre todo cuando las leyes señaladas estaban en tratamiento o cuando alguna autoridad gubernamental emitía cuestionamientos a la labor de medios y periodistas o anunciaba la intención de reemplazar la Ley de Imprenta, pero vivió asimismo otros de cierta “normalización” como cuando el Presidente Evo Morales volvió a hacer declaraciones en mayo de 2009 a periodistas acreditados a Palacio de Gobierno después de casi 6 meses de haberlas suspendido o cuando se reunió, en febrero de 2012, con dirigentes de los gremios mediático y periodístico para asegurarles que no habría ninguna nueva ley referida a la prensa.

            Esa misma dinámica, sin embargo, obstaculizó el involucramiento de la ciudadanía en el análisis y diálogo en torno al DIC que  hasta ahora  lo entiende mayoritariamente como un asunto que sólo incumbe a políticos y periodistas. El Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia evidenció este hecho mediante tres estudios urbanos de alcance nacional: la “Agenda Ciudadana 2010 sobre el Derecho a la Información y la Comunicación” (agosto-septiembre de ese año), la encuesta nacional de “Percepciones sobre temas clave” (octubre noviembre de 2011) y la consulta ciudadana nacional “Tu palabra sobre las noticias y el DIC” (diciembre de 2012, cuyos datos finales serán publicados en breve). En todos estos casos, si bien la población en general destaca la importancia del DIC, refleja también que lo vincula casi en exclusiva al papel de los medios masivos y, en ese sentido, considera que su examen y deliberación compete únicamente a las autoridades y la gente de los medios de difusión.

            La otra consecuencia de lo expuesto, que acá interesa remarcar de modo especial, es la ausencia de un debate público real respecto al DIC, pues se ha carecido de espacios, oportunidades y voluntades para tal efecto. Cuando más, los pocos foros llevados a cabo a propósito del tema o, preferentemente, de algunos de sus componentes (como la libertad de expresión, la censura o la ética periodística), han servido para visibilizar y confirmar los problemas en la difícil relación gobierno-medios privados como también para ratificar las posiciones de estos dos actores centrales en la pugna que en otros términos puede ser descrita como la reduccionista contradicción entre regulación y autorregulación del periodismo.

El debate necesario

            La Fundación UNIR Bolivia, mediante el ONADEM, se ha ocupado desde fines de 2009 de producir análisis, materiales de información e investigaciones destinados a alentar la reflexión sobre el DIC y promover su conocimiento, definición, exigibilidad, garantía y ejercicio y ha hecho reiterados llamados al diálogo no sólo entre los actores más interesados sino con la más amplia participación social.

            Hasta la fecha, empero, lo que ha prevalecido en esta materia es una conducta gubernamental proactiva en cuanto a creación de normas, casi sin participación, y otra de rechazo de los gremios periodísticos, casi sin propuesta. En tal cuadro de polarización, en que la ciudadanía parece desempeñar el rol de un tercero poco informado e indiferente, es obvio que no se haya podido concretar ninguna discusión razonada y plural.

            Ese diálogo, que por tanto continúa como una tarea pendiente, debiera tener como condiciones la des-polarización y la des-mediatización del tema y tendría que avanzar hacia una definición integral del DIC que haga posible su efectiva puesta en vigor y su apropiación social como parte indispensable de la construcción plurinacional del Estado.

Bibliografía consultada

-          Nueva Constitución Política del Estado. Edit. CJ Ibáñez. La Paz. 2009.

-   FUNDACIÓN UNIR BOLIVIA. Medios a la Vista 2. Análisis sobre el Derecho a la Información y la Comunicación y el Periodismo en Bolivia 2009-2011. Impresiones Quality S.R.L. La Paz. 2011.

-       FUNDACIÓN UNIR BOLIVIA. Comunicación para una ciudadanía integral a intercultural. La Paz. 2012.

-   JOST, Stefan y Otros. La Constitución Política del Estado. Comentario crítico. Konrad Adenauer Stiftung. La Paz. 2003. 2ª edic.





[1]   En ese proyecto fueron observados los artículos 16 y 23 por la ambigüedad en su redacción que abre el riesgo de una interpretación discrecional y por incluir un incremento de las penas en caso de que los delitos previstos sean cometidos por periodistas, respectivamente.
[2]   Las disposiciones presentes en el Art. 82 contemplan formas de censura previa (límites al acceso y la difusión de información) que contravienen los principios democráticos.
[3]   La principal variación introducida fue la relativa a la distribución del espectro radioeléctrico, que el proyecto reconocía 20% para el Estado y 80% para los operadores privados. La versión final de la ley contempla 33% para el Estado, 33% para los privados, 17% para los medios social-comunitarios y 17% para los medios de poblaciones indígenas y afrobolivianas.

7 de octubre de 2013

Periodismo y cultura de paz



Vania Sandoval Arenas[1]


La paz no sólo es la ausencia de guerra si no que contempla la desestructuración de todos los tipos de violencia incluyendo la simbólica. Desde el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia se propone a la comunicación democrática, como un componente  esencial de la cultura de paz.

La comunicación democrática es el proceso de interacción entre personas, grupos, sectores sociales, instituciones, regiones y/o culturas que hace posible tanto el diálogo como la deliberación sobre temas de interés común. Se establece como un componente esencial y estratégico para avanzar hacia una sociedad equitativa, pluralista y participativa con capacidad para promover el acceso ciudadano a la información y al conocimiento, y para que los medios de comunicación ejerzan su labor orientada a la convivencia pacífica, democrática e intercultural (Erick Torrico, 2013).

Este proceso de interacción es un derecho de todos los seres humanos, y va más allá del rol de los medios de comunicación para formar parte de la misma convivencia ciudadana en la búsqueda  de la equidad de todos los actores sociales. Se expresa en el Derecho a la Información y la Comunicación (DIC), un derecho integral que incluye principios que posibilitan el ejercicio de otros derechos individuales y colectivos. Libertad, no discriminación, pluralismo, inexistencia de censura previa, respeto de la intimidad, acceso a medios, participación, interés público y  protección de derechos forman parte de los principios del DIC. Los medios de información son fundamentales para el ejercicio de este derecho aunque constituyen  sólo un aspecto del mismo. 

En este artículo se presentará una reflexión poniendo el foco en los medios de información en el contexto boliviano actual, mostrando algunos desafíos pendientes para avanzar hacia una comunicación democrática.

El Derecho a la Información y la Comunicación (DIC)

La Constitución Política del Estado Plurinacional boliviano, vigente desde el 2009  incorpora en su Art. 106 al Derecho a la Información y la Comunicación (DIC), lo cual constituye un avance significativo para Bolivia. El desafío actual está en lograr que la normativa que se construya a partir de la CPE no lo vulnere y más bien lo consolide y operativice.

El ejercicio de una ciudadanía activa y participativa requiere acceder a la información generada por todos los niveles de gobierno, así como de  otras instituciones que reciben y administran recursos públicos. El acceso a la información pública debe garantizarse y normarse. Actualmente existe un proyecto de Ley de Acceso a la Información Pública elaborado por el Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción, que está siendo analizado en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Este proyecto incluye artículos que necesitarían ser cambiados para que la norma sea coherente con su enunciado espíritu de transparencia, por ejemplo el que clasifica como información reservada a los estudios de impacto ambiental (imprescindibles para que actores como los pueblos indígenas tomen decisiones respecto a su territorio), o el que señala que por Decreto o Ley en cualquier momento puede clasificarse como reservada determinada información (más allá de las lógicas excepciones ya establecidas por el mismo proyecto de Ley).

Este proyecto de Ley es sólo un ejemplo de normas que merecen más debate ciudadano, en el que también deben estar involucrados los periodistas.  Si bien ellos no son los únicos que necesitan acceder a información pública, son los que trabajan cotidianamente con este bien público y necesitan generar noticias e investigaciones que aporten a la interacción de la sociedad civil con el Estado, para posibilitar una democracia participativa.

Agresiones a periodistas

El trabajo periodístico no puede estar desprotegido y expuesto a las agresiones de todos los actores del conflicto social. A lo largo de siete años de seguimiento y análisis a las agresiones a periodistas en Bolivia, en el ONADEM se ha encontrado que los ataques físicos a los trabajadores de la información en su mayoría están ligados a la cobertura de protestas y movilizaciones sociales. 

En el año 2012, el gobierno nacional, como actor más demandado por los actores que protagonizaron  medidas de presión, decidió desplegar a la policía para impedir, en ocasiones, que las marchas ingresen a la Plaza Murillo y desmovilizar las protestas. En ese sentido, la policía fue la mayor agresora de los periodistas que precisamente estaban cubriendo tanto la movilización como la desmovilización, con el 31% de las denuncias por agresión en su contra. 

La impunidad en la que permanecen las agresiones a periodistas puede explicar en parte el hecho de que cada vez se denuncian menos las agresiones ante la fiscalía. En el año 2009 el 15% de las denuncias que se publicaban en los medios eran denunciadas a esta institución, el año 2010 el 10%, el año 2011 el 5% y el año 2012 sólo el 3%.

Regulación y Autorregulación

Es necesario que se combinen la regulación y la autorregulación periodística para garantizar el ejercicio del DIC en lo concerniente al trabajo periodístico, preservando también derechos ciudadanos. Eso significa por ejemplo, respetar la intimidad de todas las personas, a la vez que posibilitar que los periodistas puedan trabajar sin censura. Es necesaria la regulación para garantizar que no se vulneren derechos humanos establecidos en la CPE y otras leyes, por ejemplo es necesario  proteger por Ley  a las niñas, niños y y adolescentes. 

La autorregulación comprende el ámbito de los contenidos éticos del trabajo periodístico. En Bolivia es necesario generar una sinergia entre los gremios periodísticos y los medios de comunicación para que la autorregulación  que funcione efectivamente, y todos los ciudadanos, incluidos funcionarios públicos y por supuesto periodistas, puedan  confiar en Tribunales Independientes (como el Tribunal Nacional de Ética periodística) y acatar sus resoluciones.


Cobertura de conflictos y violencia

A partir de investigaciones realizadas por el ONADEM, en casos de cobertura periodística de la violencia y delitos, por ejemplo contra las mujeres, por lo general no se hace referencia a patrones estructurales o relaciones de poder que complejizan el asunto. Puede citarse, por ejemplo, la cobertura del tristemente célebre caso de la presunta violación a una funcionaria en la Asamblea Departamental de Chuquisaca ocurrido en diciembre de 2012 y que fuera denunciado en enero de 2013.

En medios audiovisuales, en particular, además de mostrar imágenes que no respetan los derechos de niños niñas y adolescentes, así como otros sujetos y víctimas de delitos, se generan o refuerzan juicios anticipados, información que mezcla rumores con información confirmada,  no se contextualiza ni se aborda el tema de la violencia y el delito como problemáticas  estructurales, sólo información fragmentada con énfasis en lo morboso.

Medios y conflictos

Incorporando a esta reflexión los hallazgos de varios trabajos del ONADEM, y sin pretensión de generalizar se puede señalar que muchas noticias y buen número de editoriales, en eventos relevantes de la coyuntura boliviana como elecciones, conflictos con medidas de presión en temas sensibles entre regiones, informaciones sobre violencia simbólica o física, no contribuyeron a tender puentes entre los actores polarizados, presentando al “otro” (por ejemplo gobierno u oposición) como antagonista portador de todos los valores antidemocráticos, y, por lo tanto, como un actor “ilegítimo” que estaría descalificado y no sería válido para establecer una relación democrática entre adversarios políticos. El discurso maniqueo (A vs B) no permite visibilizar a otros actores involucrados en el conflicto. Como decía el conflictólogo sueco Johan Galtung,  hay medios que se dedican a fomentar el maniqueísmo en la representación noticiosa de los hechos y a la reducción de las ideas fuerza en el campo político a solamente dos, excluyentes entre sí. 

Evitando caer en generalizaciones, se sostiene que existe poca diferencia entre el discurso de los actores políticos polarizados y la representación de los mismos en buen número de  medios de información. Este tipo de cobertura informativa no está relacionada con el periodismo para la paz, que  cuestiona la cobertura  del tipo “nosotros Vs. ellos”, así como la cobertura que expone “las mentiras del otro” y ayuda a “nuestras mentiras/ encubrimientos”. La propuesta de cambiar el enfoque y trabajar por un periodismo de paz se sustenta en dotar a los periodistas de un nuevo rol protagónico: contribuir a transformar los conflictos y a evitar desenlaces violentos.

Los desafíos presentados  ─y otros no citados acá─ convocan a periodistas, gremios, universidades, organizaciones sociales e instituciones de todos los niveles del Estado, a trabajar de manera conjunta vigilando la construcción de normas que garanticen el DIC pero también realizando aportes desde la cultura ciudadana avanzando hacia una comunicación democrática, construyendo paso a paso una cultura de paz.


[1] Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) /Fundación UNIR Bolivia
vsandoval@unirbolivia.org