25 de mayo de 2008

Intrascendencia y politización temáticas del desarrollo en la prensa latinoamericana

Por Óscar José Meneses Barrancos

En contraste con la primacía que han cobrado en los últimos años las políticas socioeconómicas y sus correspondientes manifestaciones en nuestros países, el desarrollo, en tanto dimensión de la realidad social potencialmente privilegiable por el tratamiento periodístico de los medios de información —como la prensa por ejemplo— es, paradójicamente, poco menos que un elemento accidental dentro de los materiales que día a día ofrecen a sus lectores los diarios latinoamericanos. Y lo paradójico se extiende también al carácter de esa escasa presencia: cuando sí es objeto de cobertura periodística por tales medios, la cuestión del desarrollo, salvo un solo caso, aparece recurrentemente destacada a propósito de la cobertura de un hecho con un enfoque más bien político. A todo ello se suma la predominancia de una cobertura descriptiva en desmedro de una interpretativa.

A esas conclusiones apuntan los resultados de un reciente estudio realizado por la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios y coordinado por la A.C.S. Calandria (Perú), que contó con la participación de instituciones afines de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela. Para dicho estudio se analizó un total de 2.133 materiales periodísticos diferentes publicados el 9 de octubre de 2007 en 41 diarios en circulación dentro de esos ocho países. En el caso boliviano, las tareas de recojo, codificación y sistematización de los datos nacionales fueron encomendadas al Observatorio Nacional de Medios (ONADEM), integrante de la mencionada Red y respaldada por la Fundación UNIR Bolivia y la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social (ABOCCS), y se tomó en cuenta a los siguientes periódicos: Correo del Sur (Sucre), El Deber (Santa Cruz de la Sierra), El País (Tarija), La Patria (Oruro), La Razón (La Paz) y Los Tiempos (Cochabamba).

Según los resultados del anotado estudio, del total de la muestra usada —compuesta por el conjunto de noticias y artículos publicados por periódico la anotada fecha, y sin relación temática con la farándula, el deporte o la crónica roja— sólo el 23% (499 notas) está vinculado temáticamente al desarrollo. La excepción dentro de este promedio general es Chile, cuyos resultados individuales muestran que el 66% de los materiales publicados en los diarios seleccionados para la investigación tienen que ver con el desarrollo. Bolivia aparece en el extremo opuesto, encabezando la tendencia general, con sólo el 11% (29 notas) de los 257 materiales, correspondientes a los seis rotativos sometidos a análisis, dedicados a ese tema (véase gráfico).

En relación con la vinculación expresa de la temática del desarrollo al de la política (entendida como acciones gubernamentales), la misma es representativa del 41% de las 2.133 sometidas a análisis. El caso excluyente es el boliviano, cuya referencia cuantitativa muestra una coincidente tendencia que alcanza al 57%. Como en la situación anterior, Chile aparece en la antípoda, esta vez con un escaso 22% de sus materiales en los que el desarrollo es visto solamente desde su enfoque político.

En cuanto a quienes son presentados como actores/protagonistas del desarrollo, los hechos vinculados a esta temática, notablemente ligados a lo político, tienen al gobierno central (36%), la población (19%) y la empresa privada (10%) como los sujetos propiciadores, activadores y/o ejecutores del desarrollo. Mientras que Guatemala aparece al frente de esta figuración proporcional con un 66% de casos en que el gobierno central es presentado como el actor principal del desarrollo, Venezuela queda en el otro extremo, con apenas un 20% de coincidencias. Los materiales bolivianos, por su parte, son tributarios de un 41% representativo de este mismo destaque.

Si el gobierno central es presentado como el principal gestor del desarrollo, el país en general es mostrado como el beneficiario directo y más importante de las acciones políticas del primero. En efecto, el país en su conjunto aparece como el receptor positivo número uno en el 46% de los casos a escala latinoamericana. Son muestras máxima de esta figuración los casos registrados en los materiales chilenos, con el 75% del total individual aportado por ese país, y mínima los relevados por Bolivia, que en conjunto dan cuenta de una inclinación por similar representación en el 21% de los casos.

Por fin, la mera descripción del hecho identificable es significativamente predominante: el 81% del total general de notas recogidas está representado por noticias sobre desarrollo y la consecuente sola descripción de acciones de los actores. Ecuador tiene un alto 97% de este predominio a escala nacional y se opone radicalmente a Guatemala, que tiene un 69%. Esta configuración está matizada por una cobertura noticiosa que, en promedio, en el 87% de los materiales analizados supone nada más que presentación de demandas que vienen de la población o de las fuerzas políticas y económicas. En este caso, Brasil es el máximo exponente con el ciento por ciento de los materiales tributados, frente a Ecuador, que, en igual partición, presenta la mitad.

Con todo lo destacado, una conclusión inevitable es que, por cobertura y enfoque, el desarrollo en la prensa de América Latina es una cuestión intrascendente. El punto no es cuándo no lo fue, o cuándo comenzó a serlo, sino si, e
n virtud de la realidad social considerada al inicio, dejará de serlo en el futuro.


19 de mayo de 2008

Las universidades forman comunicadores sin las competencias exigidas por el mercado laboral

Mgr. Marco A. Tórrez Valverde *

A mediados de la década de los 80 las universidades privadas iniciaron la oferta de la carrera de Comunicación Social con distintas visiones y objetivos. Simultáneamente, la implantación de un modelo económico neoliberal en Bolivia contribuyó al crecimiento de esta carrera puesto que se promocionó el consumo defendiendo el libre mercado con sus inmutables leyes de la oferta y la demanda que controló todos los aspectos de la sociedad boliviana; por otro lado, los medios radiofónicos y televisivos se multiplicaron haciendo que Bolivia sea uno de los países con mayor número de medios de difusión por habitante en América Latina.

Pasaron más de 20 años, tiempo necesario y suficiente para comprender el desarrollo de esta profesión, sobre todo la relación entre la formación académica que ofrecen las instituciones de educación superior con la práctica profesional de los comunicadores y las demandas del mercado laboral.

Las competencias profesionales del comunicador pertinentes con la realidad actual

Con esta preocupación, y en el marco de su programa de desarrollo académico institucional, el año 2006 la Universidad Privada Domingo Savio de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra inicia una investigación longitudinal con un enfoque cualitativo que aborda la situación problemática sobre las características de los comunicadores formados en las universidades del departamento, sus competencias profesionales y la relación de las mismas con la demanda del mercado laboral actual.

Mediante una revisión parcial y preliminar de los perfiles académico/profesionales de egreso declarados por estas universidades, se puede establecer algunas tendencias en la formación con una aproximación a las siguientes especialidades: periodismo, comunicación audiovisual, relaciones públicas (comunicación organizacional), comunicación para el desarrollo y publicidad.

Estas tendencias presentes en las estructuras curriculares y perfiles de cada carrera y universidad no cuentan con un sustento teórico–científico y mucho menos con un estudio actualizado de las necesidades reales del mercado laboral y la sociedad en su conjunto.

Ante esta realidad, se plantearon los siguientes cuestionamientos teórico-prácticos:
a) ¿Cuáles son las características actuales de los perfiles de egreso de los estudiantes de las carreras de Comunicación Social de la Universidades del departamento de Santa Cruz y que correspondencia tienen con las necesidades del mercado laboral en la región?
b) ¿Cuáles son las características de un nuevo perfil pertinente para los egresados de comunicación social en las universidades cruceñas para cumplir los requerimientos del mercado laboral?
c) ¿Cuáles son las perspectivas futuras de la carrera de Comunicación Social con relación a los retos de la globalización, las nuevas tecnologías de la información y comunicación y la realidad digital?

En este contexto, durante las gestiones 2006 y 2007 se realizaron entrevistas en profundidad a directores de medios de comunicación en Santa Cruz, jefes de prensa, responsables de producción en radio y televisión, jefes de redacción de medios impresos, directores de comunicación de instituciones públicas, directores de ONGs y otros actores del proceso de selección, contratación y supervisión del personal que desempeña labores en distintos medios masivos, así como instituciones públicas y privadas. Estas entrevistas se complementaron con la observación sistemática de las prácticas profesionales realizadas por el personal de dichas organizaciones.

Las corrientes pedagógicas actuales hacen una clara y definitiva diferencia entre capacidades y competencias profesionales. La capacidad es la destreza para cumplir una tarea según un esquema establecido, mientras que las competencias son un conjunto de habilidades, conocimientos y procesos desarrollados dentro de un espacio y tiempo de formación necesarios para poder desempeñar una determinada ocupación dentro de una profesión eficientemente.

Los resultados obtenidos demuestran que en el departamento de Santa Cruz sí existe una demanda de profesionales en comunicación social que deben reunir con ciertas características que actualmente las universidades no están cumpliendo. Diecisiete canales de televisión en sistema abierto, más de cincuenta estaciones de radio en A.M. y F.M, diversos diarios, semanarios, revistas, empresas de publicidad, organizaciones no gubernamentales y sobre todo las empresas privadas conforman un amplio espacio laboral que debe ser satisfecho.

La radio es un medio masivo fundamental en la historia sociopolítica boliviana; si bien en Santa Cruz predominan las emisoras de corte musical, existen estaciones con un alto contenido informativo y educativo, espacio poco aprovechado por los nuevos profesionales. El Lic. Carlos Salazar, coordinador general de Radio Santa Cruz, con amplia experiencia en radio educativa, señala que “necesitamos educomunicadores, somos una institución educativa, y por lo tanto necesitamos del perfil de un educomunicador o una educomunicadora,” En cuanto a la formación académica que brindan las universidades afirma: “en todas las universidades los estudiantes de comunicación no leen periódicos, revistas, nada, no escuchan radio, no ven televisión, no van al cine, no van al teatro, no hay una vocación, están estudiando por descarte” .

En el campo de la comunicación para el desarrollo, el trabajo en ONGs, fundaciones, organizaciones internacionales, municipios y proyectos de empresas privadas dentro de la visión de la Responsabilidad Social Empresaria, es una gran fuente de demanda laboral para los graduados de comunicación; diversos responsables de estas organizaciones coinciden con el Lic. José Ros Izquierdo, director FORMASOL, ONG dedicada al desarrollo pueblos indígenas del oriente boliviano, en cuanto a la necesidad de que el estudiante “tenga conocimiento de la realidad en el país, sobre todo aquí en Santa Cruz, la realidad, las necesidades de los pueblos originarios; segundo que sea un comunicador que tenga interés y aprecio hacia las culturas originarias”. Es notoria la falta de práctica por motivos institucionales y un inadecuado desarrollo curricular; en este sentido, el Lic Ros Izquierdo indica que “como son muchos alumnos, tienen pocas horas de práctica al final de un semestre que se dedican a la isla de edición, hacer programas de radio, otro vació que tienen que es muy difícil de resolver, es el del idioma. No se estudian las lenguas originarias; entonces no saben guaraní, no le entienden guarayo, y esto siempre es una limitante a la hora del trabajo”

Siguiendo con organizaciones que trabajan en comunicación para el desarrollo de las diferentes etnias de las tierras bajas, Jurgen Riester, director de ABCOP (Apoyo al Campesino-Indígena del
Oriente de Bolivia), explica que “contratamos camarógrafos profesionales, editores y especialistas en postproducción en el exterior porque no los encontramos en el medio local”

Las instituciones públicas no son una isla en el mercado laboral, se requiere de profesionales con competencias en el análisis crítico de la realidad, bases sólidas en historia, ciencias políticas, economía, administración y otras áreas. El ex director de comunicación de la prefectura de Santa Cruz, Lic. Fernado Rivero, aseguró que el periodismo y la comunicación institucional “se caracterizan por ser trabajos a presión y más hoy en día debido a los conflictos sociales y políticos que vive Bolivia.” Nuevamente se destaca la importancia de la práctica que debe realizarse desde las aulas ya que este profesional está convencido que “las universidades brindan educación más teórica que práctica. La mayoría de las universidades tienen horas de práctica en las carreras de comunicación, pero es una práctica en la cual no está de acuerdo a la realidad de las instituciones.”

Las necesidades de los medios, empresas y organizaciones con relación a profesionales en medios de comunicación no están siendo colmadas como lo demuestran algunas de las siguientes afirmaciones:

El Lic. Eduardo Bowles, director del diario El Nuevo Día en Santa Cruz, confirma que “necesitamos diseñadores gráficos, escenógrafos, técnicos especializados en iluminación y otros especialistas que no encontramos” y menciona que en muchos casos los practicantes deben desaprender lo aprendido en las aulas universitarias ya que estos conocimientos no corresponden a la realidad del ejercicio profesional en los medios masivos.

Lic. Tuffi Aré, jefe de redacción del diario EL DEBER indica que “actualmente el periodista debe, redactar la información, editar fotografías, diseñar su página, todo esto con el dominio de las tecnologías digitales actuales”. Es destacable la importancia que se asigna en este medio a la formación en valores, el respeto a la ética periodística y la defensa del lector en concordancia con la misión y visión del medio de comunicación.

Con estas categóricas declaraciones se puede afirmar que en el departamento de Santa Cruz, existe una demanda insatisfecha de profesionales en Comunicación Social. Las universidades no están ofreciendo recursos humanos con competencias adecuadas ya que en la actualidad se requiere de profesionales especializados, actualizados y con capacidad de análisis de la realidad. El desarrollo de la tecnología y las prácticas profesionales es mucho más veloz que los cambios curriculares en las universidades. Algunas falencias detectadas en los egresados son: inadecuado manejo del lenguaje escrito, mala ortografía y redacción, falta de análisis crítico de la realidad, escaso dominio de las tecnologías de comunicación, incumplimiento de normas éticas profesionales.

Pasos a seguir

Ante los datos empíricos de la realidad referidos a la demanda de profesionales en Comunicación con determinadas competencias profesionales se demuestra la necesidad de rediseñar la currícula de las carreras; otro factor importante es el referido a la metodología y práctica necesaria en este tipo de formación, ya que la adquisición de conocimientos teóricos no es suficiente para un desempeño laboral adecuado. Sin embargo, se plantea la necesidad de comenzar este cambio de paradigma con un diseño moderno, pertinente y coherente del perfil profesional por competencias de las carreras de comunicación social en nuestra región.

Para desarrollar esta propuesta existen diferentes metodologías, las más representativas son las propuestas por el Centro Iberoamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTEFOR) y otras organizaciones internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre las que se destacan el análisis ocupacional, que incluye a la familia DACUM ( Developing A Curriculum, desarrollando un currículo) es un método de análisis ocupacional orientado a obtener resultados de aplicación inmediata en el desarrollo de currículos de formación; el procedimiento AMOD (“Un modelo”, por su sigla en inglés) es una variante del DACUM, caracterizada por establecer una fuerte relación entre las competencias y subcompetencias definidas en el mapa DACUM y el SCID (Desarrollo Sistemático de Currículo Instruccional).

La incorporación de estas metodologías en el desarrollo y gestión curricular permitirá dar luces a las universidades para readecuar sus perfiles profesionales en función al contexto actual. Quedan invitados a ser parte de este reto.


torrezmarcoa@gmail.com
* Lic. en Comunicación Social
Magíster en Educación Superior
Docente de pre y postgrado en diversas universidades
Vocal del Colegio de Profesionales en Comunicación de Santa Cruz

12 de mayo de 2008

¿Cambios en el periodismo?

Por Erick R. Torrico Villanueva

Si algo puede cambiar en el periodismo, sin duda, son las tecnologías que emplea, las maneras de aplicar los lenguajes de los distintos medios, la periodicidad y extensión de los espacios informativos o el personal que se ocupa de las tareas noticiosas, pero lo que no puede ni debe variar es la razón de la función periodística.

Como es sabido, el periodismo tiene la misión básica de informar sobre los hechos de actualidad. Esto significa que se ocupa de recoger los datos necesarios relativos a tales acontecimientos y de “traducirlos” en estilo noticioso para su posterior divulgación o difusión por algún medio impreso, audiovisual o electrónico.

Así, la información noticiosa es el alma del periodismo. Mas no toda información posee ese carácter, sino solamente aquella que reviste interés social (que no es lo mismo que impacto), que es fidedigna y está estructurada para su presentación según normas profesionales.

En consecuencia, todo aquel otro material de los medios de difusión que no se inscribe en los parámetros mencionados no corresponde al ámbito periodístico, aunque algunos lo consideren producto del presunto “cambio” que habría llegado al mundo de las noticias.

A lo largo de la historia el periodismo sí evolucionó, obviamente en el sentido de perfeccionar su tarea. De los primeros tiempos en que transmitía la palabra de la autoridad pasó a una etapa de pluralismo en que más bien fue lugar de debate y generación de ideas políticas; más tarde encontró el cauce de la información pública y definió, en ese momento, sus reglas estilísticas y éticas.

El periodismo, entonces, trabaja fundamentalmente con noticias. Si no lo hace deja de ser periodismo. Ahí no hay argumento que valga respecto a supuestos cambios que justifiquen “nuevas formas” de hacer la noticia o incluso otros modos de concebirla. Si a algún “innovador” se le ocurriera decir que desde el próximo domingo ya no se meterá goles en el fútbol, eso significaría que el juego dejó de ser lo que era para ser cualquier otra cosa. Lo mismo sucede con el periodismo: es o no es.

Dicho de modo distinto, si el periodismo no informa mediante las noticias quiere decir que perdió su naturaleza y función. Por eso, la argumentación acerca de que habría surgido un “nuevo estilo periodístico” —ese compuesto por fragmentos incoherentes, faltos de datos y hasta musicalizados que caracteriza a cierta televisión— se devela engañosa porque desfigura una tarea profesional socialmente necesaria y relevante además de que esconde lo que en realidad resulta una incapacidad para informar como se debe.

Sólo la ingenuidad, la ignorancia o la mala intención pueden confundir la violación sistemática y cotidiana de casi todas las normas de la profesión periodística —ubicación temporal de los hechos, atribución de fuentes, precisión del lenguaje, brevedad de los relatos, separación entre información y opinión o entre información y publicidad, para mencionar unas cuantas— con un novedoso avance.

Si algún cambio cabe reconocer como resultado de esa nociva práctica ése es el abandono de los criterios profesionales y de la finalidad misma del periodismo, negligencia que está dañando la credibilidad de los medios noticiosos y el prestigio de los periodistas.

La improvisación era, hace unos años, el mal que aquejaba a las salas de redacción; hoy se suma a ella un problema mayor: el intento de suplantación del propio periodismo a título de “cambio”.

5 de mayo de 2008

Más deportes y anuncios que cultura: Los suplementos de los diarios bolivianos

Por Bernardo Poma *

Los 76 suplementos que publican los diarios bolivianos están dedicados a presentar prioritariamente contenidos de deportes y de anuncios comerciales frente a otros temas importantes como cultura o entretenimiento.




Fuente: ONADEM

Esa característica fue evidenciada por el análisis cuantitativo y temático de los suplementos publicados por 16 diarios de El Alto y 8 capitales de departamento del país —excepto Cobija—. Para el análisis se observó dos semanas de publicación en el mes de febrero de 2008.

La primera tendencia señalada se expresó en los 14 suplementos deportivos (19%) y los 13 de carácter comercial (17%) hallados. Además, estos dos tipos de suplementos tienen prioridad en su aparición respecto de otros, ya que 11 de los deportivos (79%) y 8 de los comerciales (62%) son publicados diariamente. Por lo general, sin embargo, cuando estos suplementos no son publicados, sus contenidos aparecen como sección y con el mismo nombre en el cuerpo principal del diario correspondiente.

Aunque los 13 suplementos de cultura (17%) igualan el número y porcentaje de los comerciales, los primeros se publican por lo general sólo un día de la semana. En efecto, 9 de los suplementos culturales (69%) son semanales, dos quincenales y los restantes dos tienen periodicidad variada.

En un nivel numérico más bajo, los 11 suplementos dedicados a sociales (15%) resultan casi equiparables a los 10 de entretenimiento (13%), es decir, los que presentan crucrigramas, humor y otro tipo materiales. Todos los suplementos de entretenimiento registrados son de publicación diaria y también la mayoría de los suplementos de sociales.

Los demás suplementos —escolares, de variedades y femeninos, entre otros— son semanales y son menos que los antes mencionados; entre ellos destacan los 3 estudiantiles (4%), publicados por La Prensa (“Goyi), El Diario (“Nuevos Horizontes”) y El Deber (“El Debercito”).

Respecto de la periodicidad, en general, una apreciable mayoría de 44 (58%) suplementos son semanales, otros 21 (27%) se publican diariamente y 2 (3%) de los registrados son quincenales. Un conjunto de 9 suplementos (12%) se publican en días variados de la semana.

Desde el punto de vista geográfico, el estudio permitió verificar la tendencia a la concentración regional señalada por un estudio anterior del ONADEM. Resulta, entonces, que 57 suplementos (75%) se publican en las ciudades del llamado “eje”, La Paz-El Alto (27; 35%), Cochabamba (14; 18%) y Santa Cruz (16; 21%), en tanto que en las otras 5 ciudades se publica sólo la cuarta parte del total: 19 (25%). Del mismo modo se debe recordar que la mayoría de los periódicos observados se publican originalmente en el “eje”, esto es, 10 diarios (63%) y sólo 6 (38%) en las otras ciudades.

El promedio, cada diario publica entre 4 y 5 suplementos, pero las diferencias específicas son bastante grandes y también entre las ciudades del “eje” están los diarios que ofrecen más este tipo de publicación. Así, los paceños El Diario y La Prensa publican 10 y 9 suplementos, respectivamente, en tanto que el cruceño El Deber, 8. Los cochabambinos Opinión y Los Tiempos publican 7 suplementos cada uno. En las otras ciudades, destacan el orureño La Patria con 6 suplementos y el sucrense Correo del Sur con 5. Al otro extremo, en Trinidad, La Palabra del Beni publica sólo un suplemento semanal de sociales.

Aunque es posible establecer otros cruces de datos y más especificaciones, el análisis ratifica las tendencias generales del periodismo boliviano señaladas en un anterior monitoreo. En principio, la mayor cantidad de suplementos deportivos de publicación diaria explica en gran medida la prioridad del tema deportes en los contenidos noticiosos, incluso mayor a los temas relacionados con sociedad, política o economía. Por otro lado, también se reitera la tendencia a la concentración cuantitativa de publicaciones en las ciudades del “eje”.

Finalmente, si bien se verificó que los suplementos están dedicados a una gran variedad de temas, aún son poco prioritarios en número y periodicidad los dedicados a cultura, y quedan muy reducidos los de contenido educativo o estudiantil; en ese marco, resultó excepcional el único que aborda ecología y medio ambiente (“Kiswara” de La Patria). Con todo y a pesar de las asimetrías, es loable la diversa oferta de 76 suplementos, esfuerzo al cual se suman además 16 revistas publicadas por los diarios observados y que serán materia de análisis posteriormente.

* El autor es Responsable Metodológico Operativo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM).