27 de abril de 2009

Un diagnóstico del periodismo boliviano

Por Erick R. Torrico Villanueva


Los medios periodísticos tienen el encargo social de acompañar los hechos de interés público e informar cotidianamente sobre ellos con precisión, responsabilidad y en sujeción a normas éticas y técnicas de su especialidad. Hasta ahí todo parece marchar bien, pero qué pasa si el cumplimiento de esa labor presenta dificultades, deficiencias y hasta distorsiones que, al final, afectan la posibilidad de que los ciudadanos conozcan la realidad noticiosa.

Múltiples hechos registrados en el país a lo largo de la década actual han puesto en evidencia el descontento de diversos sectores de la sociedad con el desempeño mediático, lo que no sólo se ha manifestado en una baja de la credibilidad de que gozaban medios y periodistas sino incluso en lamentables acciones de hecho. La combinación de una intensa competencia comercial, la utilización frecuente de recursos del sensacionalismo, una marcada politización de informaciones u opiniones y un preocupante retorno de la improvisación profesional resultó así altamente perniciosa para el periodismo.

De ahí que ya a mediados de 2004 surgiera la iniciativa de establecer un centro dedicado a la observación mediática, el cual fue constituido a finales de 2005 como producto de un convenio entre la Fundación Unir Bolivia y la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social. Ese acuerdo propició el nacimiento del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM), cuyo propósito central es la aportación de insumos críticos para elevar los estándares de calidad de la información noticiosa en el país, en el entendido de que ésta es fundamental para el afianzamiento de la democracia y la participación ciudadana en los asuntos públicos.

Y el ONADEM acaba de poner en circulación el libro Medios a la vista – Informe sobre el periodismo en Bolivia 2005-2008 que en 25 textos recoge los resultados de distintos monitoreos e investigaciones efectuados en ese período con participación de más de 200 colaboradores entre especialistas invitados, profesores y estudiantes de Ciencias de la Comunicación de todas las ciudades principales. Los trabajos contienen un gran cúmulo de datos y reflexiones acerca de coberturas noticiosas específicas, las estructuras de contenido de los espacios informativos impresos y audiovisuales, las líneas de opinión editorial sobre temas de relevancia nacional, las percepciones ciudadanas acerca de los medios, las condiciones laborales de los periodistas o los procesos de formación universitaria en el área.

Pero, además, a la manera de un conjunto de hipótesis, Medios a la vista ofrece un diagnóstico de cierre que da cuenta de las características típicas que presenta hoy el periodismo boliviano. Entre los aspectos destacados figuran la concentración mediática e informativa, los temarios y las fuentes comunes, la predominancia de las notas “semi-informativas”, las prácticas defectuosas reiteradas, los géneros y subgéneros poco o nada cultivados, la falta de una agenda propia, la tendencia a dar más cobertura a las posiciones extremas y la banalización televisiva de las noticias.

Al margen de esa síntesis, el libro proporciona información empírica sobre los comportamientos mediáticos, útil para la (auto)crítica constructiva y para contribuir a cualificar esos desempeños. Gracias a ese informe trienal del ONADEM, los medios y periodistas están ahora “a la vista”, pues como debiera ser obvio su trabajo también supone rendir cuentas ante la sociedad que se los asignó.

1 comentario:

  1. yisela mariscal7/5/12, 15:41

    lo q escribiste es algo muy interesante

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