9 de mayo de 2012

Los aportes y desafíos de la radiodifusión en Santa Cruz



Cecilia Banegas Flores (1)

El 19 de marzo se celebra en Bolivia el Día del Radialista. La fecha fue instituida como el día de los trabajadores de la radio durante el Primer Encuentro Nacional de Radialistas, realizado en 1958, en la ciudad de Cochabamba, a sugerencia del periodista Mario Castro. Han pasado ya muchos años después de ese primer encuentro de radialistas y más tiempo aún desde que se instalara la primera radiodifusora en el país, Radio Nacional de Bolivia en 1929; sin embargo, el conocimiento pleno del mundo de la radio en las diferentes regiones del país es aún un tema pendiente.

Es por ello que en conmemoración al Día del Radialista, el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia, la Federación de Trabajadores de la Prensa de Santa Cruz y Radio Santa Cruz, organizaron un conversatorio de análisis sobre los aportes y desafíos de la radiodifusión en Santa Cruz, que se realizó y difundió a través de Radio Santa Cruz, el pasado 19 de marzo. ¿Cuáles son los aportes de la radio a la democracia, a la educación y al desarrollo regional?, ¿cuáles son las problemáticas por las que atraviesa este medio? y ¿cuáles son los desafíos que aún faltan por vencer? fueron algunas de las interrogantes que se plantearon para analizar el rol que ha tenido la radiodifusión en nuestra sociedad. Para responder a estos cuestionamientos se invitó a un panel de expertos que aportaron mucho a la radiodifusión en Santa Cruz: los radialistas José Ros, Javier Velazco, Miriam Suárez, Carlos Salazar y la investigadora y Coordinadora General del ONADEM, Vania Sandoval.

El aporte de la radiodifusión
a la democracia en Bolivia

Para José Ros, ex director y fundador de Radio Santa Cruz, el aporte de la radio en la lucha por la democracia es incomparable en relación a otros medios de comunicación, puesto que la radio como ningún otro medio ha tenido una gran influencia en las luchas políticas, sobre todo en el mundo rural, donde tiene la capacidad de penetrar en las comunidades más alejadas.

“La función especial de la radio es penetrar donde no la quieran”, afirmó José Ros citando al periodista Julian Hale y su libro La radio como arma política. En este sentido relató que en 1984 llegó a Radio Santa Cruz desde Paraguay un disco longplay enviado por un grupo folklórico de cantautores contestatarios, que denunciaban la dictadura de Alfredo Stroessner. El disco llegó acompañado de una nota que decía; “este disco está prohibido en Paraguay no podemos difundirlo, pero aquí se escucha Radio Santa Cruz, pásenlo ustedes por favor”. Entonces este medio difundió el disco comprobando así que la radio penetraba incluso donde no la quisieran.

Adolf Hitler en su libro Mi lucha, afirmaba que “La radio es un arma terrible en manos de quienes sepan hacer uso de ella”. A esta frase José Ros agregó, que la radio ha aportado también con esa “arma terrible” a favor de la población, de la gente más desposeída, de los perseguidos, como ha sucedido en Bolivia en la época de dictadura y el aporte de las radios mineras.


Para José Ros el aporte que la radio ha hecho a la democracia en Bolivia podría medirse en dos sentidos; uno constructivo y otro crítico. En su sentido constructivo, este medio ha aportado muchísimo cumpliendo una labor educativa, informando a la población, puesto que “las personas si no estamos bien informadas y no conocemos nuestros derechos y lo que ocurre en el país, difícilmente contribuiremos al afianzamiento de la democracia”, afirmó.

El sentido crítico de la radio se refiere al uso del medio como instrumento de denuncia de aquellos hechos que se produzcan en contra de la participación de la ciudadanía y la democracia. Sobre este aspecto, José Ros afirmó que fue fundamental el aporte de las radios mineras, que denunciaron en 1967 la matanza de mineros en la llamada Masacre de San Juan por parte de militares bajo las órdenes del dictador Gral. René Barrientos. También reconoció el aporte de gente valerosa como Domitila Chungara y Luis Espinal, entre muchos otros, que con el apoyo de la radio denunciaron e iniciaron la huelga de hambre en 1977 logrando posteriormente el retorno de la democracia. Radios como Pio XII, La Voz del Minero y Fides fueron valientes emisoras que denunciaron la dictadura y los golpes de Estado, cumpliendo así con su papel de denuncia y promoviendo entre la gente los valores de la participación y la democracia.

En el Oriente del país las radios
también aportaron en las luchas políticas

Según el libro La Rebeldía de la Radio en Santa Cruz del periodista Hugo Salvatierra, la radiodifusión en Santa Cruz se inició el 7 de octubre de 1938, luego de la conclusión de la Guerra del Chaco, cuando el entonces presidente Germán Busch trajo un transmisor adquirido por el periodista Luis Canedo Reyes, quien instaló Radio Oriente. Salvatierra divide la historia de la radidifusión en Santa Cruz en tres épocas; la primera época la desarrollan emisoras como Oriente, Florida, Electra, Cultura y Popular. Radio Electra fue fundada en 1943 por Gustavo Urioste y fue la segunda radio en la región que transmitió señal hasta 1952 con un transmisor de 400 vatios de potencia, fabricado por él mismo.

La segunda época, es la llamada “época de oro”. En este periodo se crean las radios Grigotá, Rural, Santa Cruz, Amboró, Centenario, Piraí, Camba y Oriental. La tercera es la “época contemporánea” que se dio con el cambio de sistema de la mayoría de las radios que pasaron de Amplitud Modulada (AM) a Frecuencia Modulada (FM).

Según José Ros, Radio Rural fue una de las primeras radios en Santa Cruz que apoya el movimiento cívico en la década de los 50’s que exigía que el 11 % de las regalías petroleras de Santa Cruz se queden en este departamento. Radio Rural se convirtió luego en Radio Santa Cruz y posteriormente pasaría al Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) en 1983. Un año más tarde en 1984, Radio Santa Cruz hizo la primera manifestación de apoyo a la población campesina, cuando en San Julián, a raíz de un bloqueo de carretera por parte de los campesinos, se dio un enfrentamiento entre éstos y empresarios madereros. Posteriormente en los años 90’s esta misma radio se manifestó en apoyo a las marchas indígenas que exigían el derecho a la tierra y el territorio. Entre otras radios que cumplieron la función crítica de denuncia, José Ros mencionó a Radio Marítima que en los años 70’s y bajo la dirección de Juan Francisco Flores, desempeñó este rol.

La radio como espacio de expresión
de las mujeres del pueblo

Miriam Suárez, directora de la Casa de la Mujer, incursionó en la radiodifusión dándole un enfoque de género y convirtiendo a la radio en un espacio para la voz de las mujeres. Suárez retornó al país en 1983, después de la dictadura militar y su participación como radialista empieza justamente en ese momento de transición política, época que ella describe como “el momento de oro para los movimientos sociales y los medios de comunicación que acompañaban el acontecer diario, las movilizaciones y expresiones de estos movimientos populares”.

Cuando Miriam Suárez inició su trabajo en Radio Santa Cruz, esta emisora convocó a un seminario interno que contó con la participación del gran radialista y educador popular José Ignacio López Vigil. En el encuentro López Vigil planteó la necesidad de hacer un programa de mujeres al cual llamaron “Mujeres del Pueblo”. “Las mujeres no son una población vulnerable y la etapa de la dictadura lo demostró ampliamente”, afirmó Miriam Suárez, reconociendo el protagonismo de mujeres como Domitila Barrios de Chungara que se convirtieron en la fuerza y cara pública de la resistencia al régimen autoritario.


Citando a José Ignacio López Vigil, Miram Suárez afirmó que “una voz de mujer seduce, cautiva pero a veces las mujeres solamente son las voces y pocas veces son las personas visibles que hacen la comunicación en la radio”. A partir de esas reflexiones en el programa “Mujeres del pueblo” se plantearon temas de debate como ¿Quiénes son las mujeres? ¿Qué hacen? Y ¿cuáles son sus preocupaciones?. Entonces se empezaron a mostrar los “otros” roles de la mujer, su capacidad transformadora y cuestionadora. Aparece así una nueva línea de trabajo que recogía y visibilizaba lo que hicieron las mujeres en toda esa etapa en la que los hombres estaban exiliados y clandestinos.

Suárez mencionó que a partir de entonces la radio se traslada a los barrios, donde estaba sucediendo un fenómeno extraordinario con la creación de organizaciones y centros de mujeres, donde se reflexionaba sobre la situación de las mujeres, lo cual se difundía a través de la radio. “Empezaron a crear toda una corriente, yo diría revolucionaria, que replanteaba la actitud, el protagonismo, el accionar de las mujeres en su casa, en el barrio, en todos los lugares”, afirmó.

Muchos proyectos sociales como la construcción del Hospital de San Basilio o el acompañamiento al proyecto de instalación de la primera bomba de agua en el Plan 3 Mil con la Cruz Roja Suiza, nacieron en Radio Santa Cruz. Así también La Casa de la Mujer surgió como resultado de una movilización social que se transmitía y alimentaba a través de la radio. Nació como respuesta a la necesidad de tener un centro donde las mujeres puedan llegar, puesto que era imposible estar en todos los barrios. Con el tiempo, “conscientes de que la comunicación era el principal vehículo que nos podía empoderar, comunicar y hacer escuchar otras voces, surge en el seno de la Casa de la Mujer, la Radio Alternativa”, relató Suárez.

La radio, el medio del área rural

Para Carlos Salazar, coordinador de la Red Amazónica Satelital, mientras no haya servicios de energía eléctrica y otros en las zonas rurales, la radio va a seguir siendo el medio de información y entretenimiento de estas comunidades. En Bolivia, muchas radios a través de la transmisión en Onda Corta, han logrado que la gente de las zonas rurales más alejadas pueda saber lo que está pasando en el mundo. Anteriormente radios como El Mundo, Amboró y Grigotá transmitían a través de este sistema; sin embargo, actualmente son pocas las radios que pueden hacerlo como radio Santa Cruz, FIDES, Panamericana, Illimani (ahora Patria Nueva), Juan XXIII y San Miguel, que siguen jugando ese papel de vincular a las comunidades rurales.


La Red Amazónica Satelital es en los últimos años uno de los grandes aportes en la historia de la radiodifusión en el país. Son más de 73 radios que están interconectadas con la finalidad de “ser un espacio para la construcción de ciudadanía y de desarrollo equitativo e integral en esta parte verde del país”, afirmó Salazar. También a nivel nacional la Red ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia) ha cumplido un rol importante al conectar en red a diversas radios comunitarias e instituciones educativas de diversas regiones del país.

La radio cumple un rol importante al ser el medio que ha tenido mayor alcance en las comunidades más remotas. Como afirmaba Vladimir Ilich Lenin, “la radio es un periódico sin papel y sin fronteras”, puesto que es un medio que no necesita ser impreso, que llega a regiones sin servicio de electrificación y logra que comunidades, donde hay personas que aún no saben leer, puedan informarse de lo que pasa en el país y en el mundo.

Bolivia es un país incomunicado

Vania Sandoval, Coordinadora General del ONADEM, afirmó que un diagnóstico realizado por este observatorio, dio como resultado que Bolivia es una sociedad incomunicada. La incomunicación entre el Estado y la sociedad civil se expresa en la fuerte conflictividad que ha caracterizado el desarrollo histórico y político boliviano. Tanto el Estado como la sociedad también están incomunicados internamente. Hay grupos sociales invisibilizados, como las mujeres, las personas con capacidades diferentes, gente de la tercera edad y los indígenas, quienes internamente tampoco se conocen entre oriente y occidente.

Según Sandoval, “los medios masivos han formado parte de esta incomunicación al presentar la información y a la sociedad de una manera fragmentada y no integradora, una sociedad dispersa, contrapuesta y con adversarios con quienes tendrían posiciones irreconciliables”. Al entenderse la interculturalidad como la meta de lograr una relación de equidad entre las culturas, se podría decir que aún ese objetivo no se ha alcanzado. Sin embargo, la radio es el medio que más ha aportado a la interculturalidad, la educación popular y la visibilización de grupos marginados; por ejemplo, no podría entenderse la comunicación en aymara en el mundo urbano sin el aporte de radios como San Gabriel, Pachamama y Huayna Tambo. Otro aporte importante en el periodismo intercultural es el de la Red ERBOL.

La crisis de la radio: “Al radialista se le pueden perdonar
todos los pecados, menos el pecado del aburrimiento”

La radio también atraviesa por problemas y entre ellos está la disminución de su audiencia que ha pasado a otros medios como la televisión. Javier Velazco, director del Instituto Radiofónico Fe y Alegría, citando a José Ignacio López Vigil afirmó que “al radialista se le pueden perdonar todos los pecados, menos el pecado del aburrimiento” y señaló que uno de los problemas de la radio es que cuando se pretende hacer análisis y reflexión se cae en el aburrimiento. Velazco afirmó que “el discurso aburre mientras que el relato nunca aburre”. En este sentido recomendó la utilización de otros formatos radiales con elementos de ficción como los relatos y radionovelas que han quedado ya en desuso.

Por su parte, el radialista Carlos Salazar, afirmó que está convencido de que la radiodifusión está en crisis y que los elementos que contribuyen a esta crisis son el abandono de géneros y formatos creativos, producciones con elementos de ficción que en otras épocas impactaron tanto. Salazar señaló que se ha limitado el trabajo a géneros y formatos simples, como leer noticias, reducir la participación del radialista al comentario y usar la música como un relleno de la programación. En este sentido, actualmente la radio se ha convertido en “una suma del informativismo más música”.

Por otro lado, Salazar señaló que otra causa de la crisis de la radio es la pérdida de talentos humanos que han pasado a la televisión. Actualmente la radio ya no atrae a los jóvenes y el 90 % de los estudiantes de comunicación quieren trabajar en televisión y cine. La radio se ha convertido en el espacio de la improvisación como actividad profesional, puesto que el 95% de las radios en Santa Cruz están conducidas por gente empírica. Además la radio es el medio que paga los salarios más bajos y quizás por eso se recurre a “jovencitos improvisados” para hacer radio, entonces esto se convierte en un círculo vicioso que va en detrimento de la calidad, afirmó.

Los desafíos de la radiodifusión

El sacerdote Javier Velazco, afirmó que existe una distinción entre dos grupos de radios: las que obedecen a la mentalidad empresarial cuyo objetivo es simplemente conseguir recursos económicos y las radios “que tienen algo que hacer en el mundo actual”. Estas últimas son emisoras que están insertas en una comunidad que tiene grandes desafíos, problemas y deficiencias a los que la radio debe prestar atención. Entre estos desafíos está el abordaje profundo de temáticas importantes que afectan al país, como la seguridad ciudadana, los conflictos sociales, las dificultades de la educación y la desigual distribución de la riqueza, dado que Bolivia es unos de los países más desiguales del mundo. Sin embargo, lamentó que cuando se consulta a la población en las encuestas sobre qué es lo que buscan en la radio, se establecen como prioridades la difusión de música y de información, mientras que el tema de la educación queda en 8º o 9º lugar.

Para Vania Sandoval, falta muchísimo por conocer sobre la radiodifusión en Bolivia. Afirma que en el país existen más de mil radios, muchas de las cuales funcionan en condiciones de infraestructura y de personal muy restringidas y no son “legales”; sin embargo, inciden en la vida política, social y local del país. La comunicadora mencionó que la radio tiene grandes desafíos, como el tema de la estabilidad y seguridad laboral, puesto que la radio es el medio que peor paga y las agresiones a periodistas de radio son las que no se esclarecen jamás. “Los radialistas son los menos protegidos de todo el periodismo y los que tienen las peores condiciones laborales. Estos periodistas llegan a poblaciones donde la justicia no llega; sin embargo, son los más expuestos”, afirmó.

Un desafío pendiente es el hacer un diagnóstico interno sobre lo qué significa la radiodifusión hoy, puesto que sus formas de funcionamiento, problemáticas y características en las diferentes regiones del país son un “misterio”. Otro desafío importante es el análisis de cómo se va a operativizar la nueva Ley de Telecomunicaciones, vigente desde agosto de 2011, que distribuye el espectro de frecuencias radioeléctricas de diferente manera para el gobierno, medios privados, radios comunitarias y radios indígenas campesinas. ¿Cómo se va a aplicar esta distribución? ¿Quién va a distribuir y controlar? ¿Qué pasará con las radios comerciales que no van a entrar ya en este espectro? ¿Cómo se otorgarán las licencias a las radios campesinas y comunitarias? Son cuestiones que Vania Sandoval considera deben analizarse y que deben estar contempladas en las propuestas de reglamentación. Finalmente, la comunicadora mencionó que un gran desafío es aprovechar las nuevas tecnologías incorporando la radio al mundo digital.

El conservatorio dejó claro que los aportes de la radio a la educación, las luchas sociales y la democracia han sido muchísimos. Sin embargo, quedan aún desafíos pendientes, entre ellos el brindar mejores condiciones laborales para los trabajadores de este medio, quienes llegan con sus mensajes donde nadie más lo hace.

[1] Corresponsal del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM)/Fundación UNIR Bolivia,  para trabajar en Santa Cruz y Tarija.  cbanegas@unirbolivia.org

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