Por Sandra Villegas Taborga
La ética y la técnica —o calidad periodística—
son indisociables en el periodismo. La primera es el alma de la segunda: quien
se proponga ser el mejor periodista, tendrá que ser también el más ético. De la
misma manera, el periodista ético será también técnico. “Un alto nivel de
conducta profesional requiere devoción por el interés público” (Restrepo, 2004:
23 y 24).
En
Bolivia, en la cobertura periodística televisiva de la violencia, a menudo la
primera sacrificada es la calidad en la elaboración de la información
suficiente, precisa, ecuánime en el manejo de fuentes y coherente en sí misma. Casi
al mismo tiempo, otra víctima de la cobertura de hechos de violencia es la
ética a partir del enfoque sensacionalista que algunos medios dan a robos,
asesinatos y violaciones.
Según
un estudio sobre la violencia y el manejo ético de las noticias de 6 redes de televisión[1]
efectuado por el Observatorio Nacional de Medios en mayo de 2012, las noticias
sobre violencia se centraron en un 57% en inseguridad ciudadana (asesinatos,
robos, accidentes, etc.) y en un 43% en conflictos sociales (usualmente cobertura
de protestas y enfrentamientos de diversos sectores sociales en vivo).
El
objetivo de la citada investigación consistía en analizar y comparar el manejo
ético y el cumplimiento de los estándares de calidad periodística en las
telenoticias sobre violencia en las principales redes televisivas en La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz.
El
estudio tomó como referencia para su análisis el Código Deontológico del Periodista, el Código de
Ética de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP), el código del Consejo
Nacional de Ética Periodística (CNÉP) y el
de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP). A su vez, se rescató la
propuesta de 14 estándares de calidad sugeridos en Medios a la vista (ONADEM,
2008:21).
La
calidad informativa es cuestionada cuando no se brinda información suficiente
sobre dónde o cuándo ocurrió el hecho, quiénes fueron los protagonistas de la
historia narrada como novela y tampoco se proporciona declaraciones de fuentes
especializadas. Este tipo de cobertura suele dejar de lado la protección a la
vida privada de las personas, a la dignidad de las víctimas (en especial niñas,
adolescentes y mujeres adultas), no respeta el Código Niño, Niña y Adolescente
ni la presunción de inocencia de los supuestos agresores.
La
ética también es puesta en entredicho cuando se muestran imágenes de niños o
jóvenes fallecidos sin proteger su dignidad, no se investiga las causas o
móviles de los hechos delictivos ni se hace seguimiento a las consecuencias de
los delitos o al procesamiento de los sospechosos.
Con
frecuencia se valora los hechos violentos, se mezcla opinión con información utilizando
un lenguaje como:
“había al parecer una orden expresa de no reaccionar
y en todo caso resistir” (comentario sobre la noticia del conflicto de salud y
los enfrentamientos de estudiantes de Medicina y la Policía en las puertas de
la Vicepresidencia. Presentadora Bolivisión, 11/05/2012).
Si
se parte del principio profesional de que la información debe contribuir con
datos de interés para el común de la sociedad y en la toma de decisiones de
carácter público y democrático, pierde total sentido que algunos canales de
televisión muestren detalles “escabrosos”. Tal el caso de una nota difundida en
PAT (3/05/12) sobre una niña de 11 años asesinada, según los comentarios de los
presentadores, “al parecer por celos”
del concubino de su madre que no sólo abusó sexualmente de ella en varias
ocasiones sino que además culpó al primo de 21 años por también tener
relaciones sexuales con ella. Lamentablemente, los comentarios y el enfoque
utilizado en las notas, llevan a poner
en duda la reputación e inocencia de la niña, sospechar del primo de 21 años y
casi excusar al adulto. ¿Sería esa la intención de los periodistas? Tal vez no.
La
pregunta es si no existe otro modo de presentar una noticia de ese carácter. Y
lo positivo es que sí existe, así lo han demostrado las noticias elaboradas
desde un enfoque preventivo, educativo y respetuoso para con las víctimas y con
la sociedad. Usualmente, este tipo de notas conlleva calidad informativa y
principios éticos.
La relación
ética y violencia en televisión
Al
tratar de ser los primeros en dar la noticia se puede caer más a menudo en
desinformar porque se brinda información incompleta, inconexa, sin causas ni
consecuencias. En el caso de la cobertura periodística de hechos de violencia,
muchas veces se reporta con demasiada avidez por la primicia, con ideas
preconcebidas, no se tiene en cuenta los diferentes puntos de vista de las
fuentes informativas o se deja de lado las noticias constructivas o de
prevención.
Los
valores y normas de éticas giran alrededor del otro, ese que escucha, observa y
lee. Un periodista ético debe formarse primero como un buen ser humano.
La
ética no es una utopía. El experto colombiano Javier Darío Restrepo señala que
existen tres valores universales para la ética del periodista: el compromiso
con la verdad, la responsabilidad social y la independencia. Y las
cuatro fórmulas para resolver dilemas éticos son: 1) buscar la mayor utilidad, 2) aplicar
principios universales, 3) no hacer a otros lo que no queremos para nosotros y
4) ponerse en el lugar del otro (Restrepo, 2004: 35 y 41).
Podría
añadirse a lo anterior el respeto de los derechos humanos (dignidad, de imagen,
e identidad) de las víctimas, en especial, niños, niñas, adolescentes, mujeres
y personas en condiciones de vulnerabilidad (discapacidad, pobreza, desgracia o
enfermedad, por ejemplo).
Esta
posición se ve enfrentada con la realidad todos los días debido a que se debe
añadir los sentimientos, creencias, cultura y limitaciones de los periodistas en
su condición de seres humanos perfectibles.
La
ética se vincula a la calidad del producto periodístico ─así como cualquier
producto o servicio ofertado en el mercado─ porque debe ser bueno para que el
consumidor confíe y se mantenga fiel a él. Eso es lo que genera credibilidad.
Aciertos y
desaciertos éticos en la cobertura
Según
el análisis de las noticias en contraste con los Códigos de Ética los
desaciertos éticos más comunes fueron no
citar fuentes, no incluir parte y contraparte en las fuentes informativas,
falta de oportunidad, precisión y exactitud en la difusión de las informaciones,
mezclar la opinión y la información y difundir información sin haber
corroborado hechos ni fuentes informativas.
Entre
los aciertos éticos más generalizados se identificó el uso de parte y
contraparte, exactitud y precisión, pluralismo en las fuentes, uso de fuentes
idóneas, oportunidad y veracidad en la publicación de las noticias. En el
período examinado ATB (30%) y Red UNO (27%) fueron los canales con
mejor manejo de los principios éticos en la presentación de notas sobre
violencia, de acuerdo con el análisis efectuado.
En
cuanto al seguimiento de los estándares de calidad, la contextualización y la
claridad fueron los más utilizados, en particular en la Red UNO, UNITEL y ATB.
En
el otro extremo, los menos utilizados fueron la profundidad y la investigación.
Por tanto, las causas y consecuencias de los hechos de violencia usualmente no
son explicadas sino sólo descritas como parte de un caos social sin posibles
soluciones o como parte de otra estadística más de accidentes o crímenes sin
resolver.
A modo de
conclusión
La
violencia en las pantallas de televisión se ha convertido en una mercancía o
producto mediático que en ocasiones se “vende a buen precio” en detrimento de
un periodismo de calidad y de los principios
éticos que éste debe respetar.
Las
noticias sobre violencia en la televisión en las principales redes de
televisión estuvieron relacionadas con a) conflictos sociales y b) inseguridad
ciudadana.
En
los últimos 7 años, la convulsión social, las protestas, las huelgas de hambre,
los paros y la inestabilidad económica forman parte del día a día de las
noticias en los canales de televisión bolivianos. A esa conflictiva realidad
social se ha sumado el creciente índice de delincuencia (robos, violaciones,
asesinatos, etc.), en especial, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, como
ciudades más pobladas del país.
Esas
circunstancias y otros factores que influyen en el periodismo boliviano
(presión, inestabilidad laboral, recarga de trabajo y la insuficiente formación
profesional de los periodistas) han contribuido a recurrentes fallas técnico-profesionales
y éticas en la elaboración de noticias.
El
análisis del manejo ético y la calidad periodística de noticias televisivas sobre
violencia concluyó que en general existe un manejo ecuánime de las fuentes
informativas pero la mayor dificultad radica en que no siempre se corroboran los
hechos y las declaraciones de las fuentes antes de su difusión.
Sólo
cuando se vincule la excelencia en la elaboración periodística con el adecuado
manejo ético de hechos de violencia se podrá garantizar el pleno respeto de los
derechos humanos a la privacidad y dignidad de las personas así como ofrecer al
público información ética y con alta calidad profesional.
MARTIN GRANDE - Periodista, millonario, moralista y EVASOR DE LA AFIP-
ResponderEliminarMARTIN GRANDE locutor millonario de Salta EVASOR
El locutor venido a empresario. propietario de la emisora FM 89.9 Profesional, Martín Grande, según sus propios colaboradores, se le desdibujó la sarcástica sonrisa y suspendió sus actividades en la lujosa emisora del coqueto barrio Grand Bourg, cuando la AFIP (Administración Federal de Impuestos) llegó de inspección a la próspera planta radial.
Acostumbrado a sus delirios de CIUDADANO EJEMPLAR, su honradez incomparable y cualidad moral autoreferencial, Martín Grande, el látigo admonitor de los políticos, al parecer, sufre una de sus crisis más inesperada en lo social e impositivo. No es la primera vez que Grande es visitado por la AFIP y, como resultado de sus airosos despegues, solía jactarse de su "intachable conducta previsional de impoluto contribuyente". Esta vez no pudo zafar y la AFIP arrasó con todo.
La Administración... Federal de Impuestos ordenó el inmediato secuestro de vehículos destinados a los movileros de la emisora FM Profesional y la camioneta 4x4 del locutor en un acta de infracción que, como punto de partida, es el prólogo del control profundo y la minuciosa investigación que harán los inspectores sobre la fortuna acumulada e injustificada de Martín Grande en Salta y en otros puntos del país.
Lo cierto es que el Imperio Comunicacional de Martín Grande sufre su colapso inicial de caos financiero lo que reaviva el interrogante: ¿Es este golpe impositivo parte de la maldición del esotérico Guillermo Capellán? Mientras los comentarios sobre la GRANDIOSA evasión se instalan en la ciudad, el soberbio Martín no sabe cómo hacer para desmostrar su cuantioso e inexplicable patrimonio.