Cubrir
conflictos es una tarea riesgosa para el periodismo boliviano. Y las
movilizaciones sociales de apoyo o rechazo a la construcción de una carretera proyectada para atravesar el Territorio
Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) lo confirman. Entre la VIII
Marcha Indígena cuya demanda fue evitar la construcción del Tramo II que
cruzaría el núcleo del territorio indígena[1],
la marcha del Consejo Indígena del Sur (CONISUR) pidiendo más bien la
construcción de la misma[2]
y la IX marcha ratificando las demandas de la VIII[3],
van 25 periodistas agredidos y un medio de comunicación violentado, en un
periodo de nueve meses (ver Anexo).
El Observatorio Nacional de Medios de la
Fundación UNIR Bolivia (ONADEM), a partir de un monitoreo informativo que comenzó
el 15 de agosto de 2011 en coincidencia con el inicio de la VIII marcha y que
continúa a la fecha, ha sistematizado las agresiones a periodistas y medios
relacionadas con las movilizaciones ligadas al tema TIPNIS realizando un corte
metodológico para presentar los datos hasta el 15 de mayo 2012.[5]
Las
agresiones a periodistas y medios más frecuentes fueron las físicas, seguidas
del ejercicio de la violencia verbal :
Fuente: ONADEM
Los periodistas que
sufrieron mayor violencia, en términos generales, fueron los de televisión,
dado que recibieron el 56% del total de agresiones. Los hechos de violencia
durante el desarrollo de la VIII marcha ocuparon la agenda de los medios, los
camarógrafos y fotógrafos obtuvieron imágenes “exclusivas” que fueron
transmitidas a la población, razón por la cual fueron obligados a entregar las
cintas en que registraron las imágenes:
Fuente:
ONADEM
Los discursos
polarizados a causa de la construcción del tramo II de la carretera y la
calificación del trabajo periodístico como parcializado con uno de los polos
(gobierno y organizaciones aliadas a favor de la carretera y contra la VIII
Marcha vs. la CIDOB y otras organizaciones aliadas que rechazan esta vía),
fueron las principales causas de agresión a periodistas.
El contexto político,
interdependiente del mediático, determinó que se clasifique también a los
medios como favorables o desfavorables a la VIII Marcha, lo que fue asumido por
varios actores sociales involucrados en el conflicto al interactuar con los
periodistas. Un ejemplo de ello es que sólo algunos medios, principalmente los
estatales, fueron convocados para grabar al diputado y dirigente indígena Pedro
Nuni –uno de los líderes de la movilización indígena–consumiendo bebidas
alcohólicas en Trinidad. Sus familiares
en esta situación fueron denunciados como agresores de los periodistas que
habían acudido a filmar al diputado, argumentando injerencia en una actividad privada
de carácter familiar.[6]
El 25 de
septiembre de 2011, en la población de San Ignacio de Yucumo, la VIII marcha
indígena fue dispersada luego de una violenta intervención policial. Los
camarógrafos y fotorreporteros fueron obligados a apagar sus cámaras y en
algunos casos golpeados e insultados por miembros de la Policía Boliviana que
hicieron el operativo. Entre el 16 y el 25 de septiembre, días antes y hasta la
misma jornada de la intervención policial, fueron agredidos 11 periodistas de
medios privados, por policías o por quienes bloqueaban el paso a los marchistas
en Yucumo o en la cercana población de San Borja.
Trabajadores
de medios estatales recibieron otro tipo de agresiones. La reportera de Bolivia
TV, Laura Ibáñez, y su camarógrafo fueron obligados a apagar las cámaras en San
Borja: “fuimos ultrajados por los marchistas por ser de Bolivia TV”, denunció.
Posteriormente, en enero de 2012 se
registraron hechos violentos en la sede de gobierno, cuando la marcha de los integrantes
del CONISUR en apoyo a la decisión gubernamental de construir una carretera
atravesando el TIPNIS, llegó a la ciudad de la Paz e intentó ingresar a la plaza
Murillo. Al no lograrlo dada la protección policial, agredieron a los
uniformados lanzando objetos que también alcanzaron a los periodistas. En
aquella ocasión cinco periodistas sufrieron las consecuencias, entre ellos la
periodista de Gigavisión, Helga Velasco, quien perdió dos piezas dentales luego
de que una piedra impactara contra su rostro.[7]
Los presuntos agresores
de periodistas en el lapso estudiado de 10 meses fueron, en su mayoría, los
opositores a la VIII marcha indígena, es decir, colonizadores o representantes
del CONISUR:
Fuente: ONADEM
Durante los
preparativos de la IX marcha indígena se registró una agresión a una emisora
radial local, en medio del clima polarizado --a favor y en contra de la
movilización-- existente en San Ignacio de Moxos. El 22 de abril, tres días
antes del inicio de la medida de protesta, la radio comunitaria Arairu Sache (Soy para todos) fue
intervenida y obligada a cortar su emisión después de que un locutor diera
lectura a una resolución que convocaba a la marcha contra la construcción de la
carretera. Según la denuncia efectuada, el director de la radio René Nuni y el reportero
Hefiquio Salazar, fueron golpeados por personas que se oponían a la lectura del
comunicado que convocaba a la marcha. Los agresores --pertenecientes a
organizaciones locales que se oponen a la marcha indígena-- irrumpieron
violentamente en la radio y hurtaron equipos.
Analizando estos datos, se puede concluir que
la polarización política entre gobierno y opositores a sus decisiones en torno
al TIPNIS ha ocasionado que el periodismo esté inserto en la conflictividad y
sea identificado –según el tipo de medio y la cobertura realizada– como
favorable o desfavorable a las movilizaciones en torno a este Territorio
Indígena y Parque Nacional. Las clasificaciones de los medios y el tratamiento
que les dieron los actores políticos se pueden visibilizar en las declaraciones
del Presidente Evo Morales y de los ministros de Estado en torno a la cobertura
informativa. También los colonizadores (llamados comunidades interculturales) y
los marchistas indígenas identificaron medios supuestamente pertenecientes a uno
u otro bando.
La VIII marcha indígena y la “contramarcha” del
CONISUR fueron cubiertas de manera muy distinta por el periodismo. La primera
tuvo un amplio despliegue de periodistas y espacios informativos durante todo
su proceso, con especial énfasis en la cobertura de la violenta intervención
policial realizada en Chaparina el 25 de septiembre del 2011, la que se cubrió
con dificultades que involucraron riesgo a la integridad física de los
periodistas desplazados en el lugar. Como correspondía a la magnitud de la
coyuntura informativa, los medios televisivos mostraron las imágenes de las
agresiones policiales en emisiones especiales. Y redes de radio salieron al
aire de manera extraordinaria ese domingo en la tarde para informar sobre la
intervención de la marcha en una emisión de varias horas, registrando las
repercusiones desde varios puntos del país.
El gobierno criticó esta cobertura, señalando
que se produjeron imprecisiones en la cobertura
de los medios. El propio Presidente Morales conminó a que le demuestren que hubo
un niño muerto, como informaron algunos medios con base en el boletín publicado
por la unidad de comunicación de la marcha.[8]
La VIII Marcha tuvo cobertura de medios
alternativos de información y redes sociales, como blogs, sitios web de
instituciones que apoyaron a la esta movilización, que informaron minuto a
minuto sobre los acontecimientos con incidencia informativa sobre todo dentro
del público citadino. Estos medios actualmente continúan realizando un
seguimiento cotidiano e incluso promueven los aportes ciudadanos y ayuda
humanitaria para la IX Marcha, movilización que está recibiendo un despliegue
periodístico importante desde el anuncio de su realización.
La marcha del CONISUR, en cambio, fue cubierta
por la prensa con menor despliegue de periodistas. Se destacaron las
situaciones de violencia generadas con la llegada de los marchistas a la ciudad
de La Paz, cuando se les impidió el ingreso a la plaza Murillo y se registraron
agresiones a policías y periodistas.
Al ser la problemática del TIPNIS un tema que
ha generado opiniones polarizadas y en la sociedad boliviana entre los
actores sociales y políticos, y que involucra la gestión de los recursos
naturales, los alcances de la autonomía indígena y el ejercicio de derechos
fundamentales, se hace necesario que se instale en todos los actores
involucrados (incluyendo gremios periodísticos, dueños de medios, gobierno
central, departamental y gobiernos municipales, organizaciones e instituciones
de la sociedad civil) la reflexión sobre el rol de los informadores en
escenarios de conflicto, garantizándose un ejercicio libre del periodismo y
promoviendo la información de calidad, situaciones que incluyen
obligatoriamente la preservación de la integridad física de las y los
periodistas. Como se encuentra en curso la IX marcha que mantiene similares
características en la polarización de los discursos de los actores
involucrados, es necesario visibilizar la temática de agresiones a periodistas
en su real dimensión, en la línea de fortalecer la creación de significados
sociales conjuntos de respeto a los derechos fundamentales.
Bolivia, junio de 2012
[1] En el presente trabajo
se toma en cuenta las agresiones denunciadas públicamente por los propios
periodistas agredidos y difundidas por el medio de comunicación en el que
trabajan y/u otro medio de comunicación. No se registran posibles agresiones
que no hayan sido denunciadas públicamente.
[2] Los pueblos indígenas de
las tierras bajas habitantes del TIPNIS, organizados en la Confederación de
Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), Sub Central TIPNIS, y otras
organizaciones indígenas y sociales, se movilizaron en la VIII Gran Marcha
Indígena por la Defensa del TIPNIS, por la Vida, la Dignidad y los Derechos de
los Pueblos Indígenas que partió desde Trinidad hacia La Paz el 15 de agosto de
2011. La demanda central fue frenar
la construcción de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos que atravesaría
por su territorio con impactos sociales, ambientales y económicos
irreversibles. La marcha que llegó a la sede de gobierno, el 19 de octubre
2011, fue recibida por gran parte de la población paceña que se volcó a las
calles para expresar su apoyo y solidaridad. El gobierno central luego del
arribo de la marcha, promulgó la Ley 180, que estableció la intangibilidad del
TIPNIS. Además de las demandas por la mencionada carretera, tanto la VIII como
la IX Marchas Indígenas elaboraron una plataforma de demandas relacionada a la
titulación y formas de gestión de sus territorios.
[3] La Marcha del CONISUR fue una movilización realizada
por organizaciones campesinas y de colonizadores (actualmente llamados
comunidades interculturales) afines al gobierno de Evo Morales, quienes
demandaron la anulación de la Ley 180, que declaraba territorio intangible al
TIPNIS, para que más bien se construya la carretera Villa Tunari- San Ignacio
de Moxos atravesándolo.
prácticamente
desconocida por la Ley 222 que establece la consulta a las comunidades para la
construcción de la carretera, argumentando que la consulta establecida por el
gobierno es “posterior y no previa” considerando que ya se construyeron el tramo I y III, y además que el contrato para el
tramo II ya había sido firmado. La CIDOB asegura que la consulta no ha sido
organizada junto a las organizaciones representativas de los indígenas ni ha
sido emprendida de buena fe. El gobierno, por su parte, argumenta que es
necesaria la mayor presencia del Estado dentro del parque por la cantidad de
explotación ilegal de madera que existe, además de insistir en que no hay otro
tramo por donde pueda construirse una carretera. Fundamenta la Ley 222 indicando
que las comunidades tienen que ejercer el derecho a la consulta previa
establecido internacionalmente, y ataca a la IX marcha acusándola de tener fines
desestabilizadores del gobierno.
[5] Este análisis puntual se enmarca dentro del trabajo
integral de seguimiento de Agresiones a Periodistas y Medios en Bolivia, que el
ONADEM de la Fundación UNIR Bolivia realiza de manera permanente desde el año
2007. La sistematización y análisis de ese tema forma parte del libro “Medios a
la Vista 2. Análisis sobre el Derecho a la Información y la Comunicación y el
Periodismo en Bolivia 2009-2011” presentado en diciembre 2011.
[6] “Nosotros fuimos
allá (al festejo de la familia de Pedro Nuni) debido a que recibimos una
información de que dirigentes que habían salido de la marcha estaban
consumiendo bebidas alcohólicas, por lo tanto quisimos hacer una entrevista y
preguntar, que nos den información sobre la situación de la marcha, pero
lamentablemente fuimos recibidos de muy mala forma con agresiones”. Carlos
Cuba, periodista del canal 21 en Beni (http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-08-29&idn=53276) Sitio
consultado el 10 de mayo 2012.
[7] La periodista
Helga Velasco testimonió: “Tengo dos piezas dentarias dañadas, me las van a
tener que reconstruir, uno no espera que pasen estas cosas, tampoco nos
exponemos, estábamos detrás de los policías y fue en un segundo que levante la
cabeza y me llegó la piedra” (Ver: http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2012/0131/noticias.php?id=41861). Sitio
consultado el 10 de mayo 2012.
[8] En una nota de
prensa, el presidente Evo Morales declaró que “algunos grupos usan a la prensa y la prensa
tergiversa. Ayer (por el lunes) el pueblo con razón estaba gritando sobre un
niño fallecido, y ahora que me digan dónde está el niño, quiénes son sus
padres, dónde se enterró, cómo se llama. Es la prensa de la derecha (utilizada) para confundir a la población, para
causar reacción en la población, quieren enfrentar” (http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-09-28&idn=55383)
Sitio consultado el 12 de diciembre 2011.
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