26 de febrero de 2008

Desastres naturales: hacia una información de utilidad para las comunidades damnificadas

Hasta hoy existen en Bolivia 52 muertos y alrededor de 50 mil familias afectadas directamente por el fenómeno natural de “La Niña”. El desastre, que tiene a varias ciudades al borde de la inundación y a miles de familias que han perdido sus viviendas instaladas en carpas provisionales, amerita el máximo esfuerzo de todos los actores involucrados para paliar los efectos del problema y para contribuir a la reconstrucción de las comunidades afectadas. La información periodística juega un rol fundamental en este contexto.La magnitud del desastre puso en evidencia las carencias y falta de previsión tanto del Estado boliviano en sus diferentes niveles como de la propia sociedad civil para enfrentarlo y mostró la necesidad de contar con información útil para facilitar la reacción organizada de la población damnificada.


El ONADEM el año 2007 analizó cómo fueron presentadas las noticias sobre las inundaciones provocadas por el fenómeno de “El Niño” en tres periódicos de distintas regiones (“La Razón” de La Paz, “La Palabra” del Beni y “El Deber” de Santa Cruz) y cuál fue la opinión respecto a este tema en sus editoriales. Por la vigencia de los resultados de ese trabajo en el contexto actual se ha considerado necesario volver a difundir sus resultados.


El objetivo de la investigación fue realizar un análisis interpretativo sobre la cobertura a las inundaciones en el oriente boliviano a partir de temas, protagonistas y posiciones encontrados en las notas informativas publicadas en los periódicos señalados. Se trabajó con noticias y editoriales publicados entre el 18 de enero y el 18 de marzo de 2007.


La información publicada en esos tres periódicos sobre las inundaciones en el oriente boliviano en el primer trimestre del año 2007 no resultó suficiente para entender las causas y consecuencias del desastre natural. Las noticias tuvieron un enfoque centrado en la canalización de las donaciones y en los daños materiales que se registraron. La distribución de la ayuda recibida por los damnificados y las pérdidas económicas fueron los temas principales de las noticias. Los daños materiales tuvieron mayor espacio que los daños humanos en la cobertura informativa. Las informaciones tuvieron como fuentes principales las declaraciones de autoridades nacionales y en menor medida de las departamentales. Los miembros del Poder Ejecutivo fueron la primera fuente en el 30% de los casos, seguidos de los prefectos y funcionarios prefecturales, que fueron la primera fuente en el 10% de los casos.


Los damnificados por el desastre natural fueron presentados en las informaciones como víctimas aisladas, sin mostrarse sus relaciones barriales/comunales ni las organizaciones sociales a las que pertenecen. Se informó sobre las poblaciones y comunidades afectadas y también se publicó historias sobre dramas individuales o familiares. Los empresarios (llamados también productores o ganaderos) estuvieron como primera fuente en el 7,7% de los casos. Los alcaldes fueron primera fuente en el 6,3% de los casos. Los representantes de pueblos indígenas, campesinado y juntas vecinales significaron el 3,8% de las primeras fuentes. Se presentó como sujetos de la información a las “autoridades donadoras”, mientras que los “damnificados” no fueron protagonistas de las informaciones sino más bien receptores pasivos de la ayuda.
En este tema de elevado interés social y humano que requería un tratamiento informativo especializado, el trabajo periodístico se realizó con la misma técnica y rutina aplicada para cubrir un conflicto “político” y con el mismo enfoque de disputa de poder entre autoridades nacionales, departamentales y locales.



Al respecto de la población damnificada, al momento de reportar este tipo de fenómenos naturales, es necesario tener presente que se trata de colectivos organizados (al menos parcialmente) y no de población desarticulada. No se ha concebido en las informaciones a los damnificados como sujetos con capacidad de canalizar la ayuda recibida en coordinación con los órganos públicos y privados o de tomar decisiones dentro de las organizaciones a las que pertenecen respecto a las medidas preventivas o paliativas necesarias ante el desastre natural que les afectaba directamente.


No existieron prácticamente notas centradas en prevención o educación ciudadana sobre desastres ni notas que analizaran las causas de las inundaciones o las futuras consecuencias de las mismas. Sin embargo, hubo casos en los que estos temas fueron abordados dentro de las notas de manera secundaria. El tratamiento de la información en los medios estudiados fue insuficiente para mostrar el aspecto humano y drama social que ocasionaron las inundaciones.
Es necesario tener presente la importancia de la información en situaciones de desastre, porque la población afectada necesita orientaciones que le permitan tomar acciones inmediatas para protegerse y proteger a los suyos.



Los medios pueden contribuir a salvar vidas con la difusión de información útil y oportuna a las comunidades afectadas. También pueden aportar a la organización de la sociedad civil en situaciones de desastre y a la coordinación de acciones con las autoridades correspondientes, empezando por tareas de prevención.


El de la información es un trabajo que no sólo involucra a los periodistas, sino a las autoridades de todos los niveles e instituciones especializadas. Hay mucho que aprender de experiencias de otros países en este tema.


Vania Sandoval Arenas. Coordinadora General del ONADEM





Fuente: ONADEM

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